Empleado de Tecnomyl reclama reincorporación y que lo dejen asumir como delegado

Pablo Cabrera.

RIO GRANDE.- Pablo Cabrera, empleado de la firma Tecnomyl, sigue reclamando que cese la suspensión que la Justicia laboral le impuso y que le impide desde marzo, no solo cumplir sus labores como empleado de la firma sino, además, asumir su cargo como delegado de la planta laboral, elegido por los más de 80 empleados que cumplen tareas en dicha fábrica.

Restringido en sus posibilidades laborales por una decisión de la jueza Edith Cristiano a partir de las desavenencias que vivió desde que concluyó su rol como tesorero del Sindicato Único de Personal de la Industria Química y Petroquímica de Tierra del Fuego (SUPIQyPPTF), el trabajador espera ahora que la Justicia analice su caso y le permita retomar la actividad laboral y sindical.

Cabrera inició su actividad laboral en Tecnomyl allá por 2006 y tres años más tarde se convirtió en tesorero de la conducción que entonces dirigía los destinos de SUPIQyPPTF. Tras dos mandatos, cesó en el cargo en octubre de 2017, coincidente con el inicio de la tensión con las autoridades de la empresa que derivó en la suspensión impuesta por la jueza Cristiano, tras encadenarse dos veces en el acceso a la planta fabril.

En aquel momento, Cabrera reclama ante las autoridades de Tecnomyl una deuda por permisos gremiales no liquidados que arrastraba desde junio de 2017, sin respuesta formal. En enero de este año, el reclamó prosiguió y ya se contabilizaban 23 días. La empresa solo reconoce seis días y allí se produce la primera decisión drástica de Cabrera: se encadena en el acceso a la planta en el parque industrial Violetas.

La instancia de diálogo evita la continuidad del reclamo que finalmente no se cumplió y que derivó que los primeros días de febrero el trabajador vuelva a encadenarse en el portón principal de Tecnomyl.

Al reclamo por los 17 días no abonados -la empresa asegura que no se justificaron los permisos gremiales- se le sumaba ahora la incorrecta liquidación de un premio que días después sería corregida.

Los reclamos prosiguieron hasta el 15 de marzo del presente año, fecha en la cual la jueza Edith Cristiano notificó la suspensión provisoria plena en sus funciones laborales. Por su parte Tecnomyl solicitó el desafuero. Desde ese día a la fecha, Cabrera no percibe sus haberes y se ha quedado sin cobertura médica.

Lo más llamativo ocurrió hace algunos días. Más precisamente el 27 de abril cuando se desarrolló la elección de delegados en la fábrica química. Cabrera fue postulado por sus compañeros a pesar de encontrarse suspendido en sus labores y, además, ganó ampliamente la elección. Sin embargo, sigue sin poder asumir su cargo -por ende, sin recuperar su puesto laboral- a partir de la decisión de la Justicia laboral.

“Todo esto es muy injusto. Por un lado, no puedo acceder a mi puesto de trabajo y por otro, no puedo asumir como delegado a pesar de que mis compañeros me eligieron tal como marcan los estatutos”, precisó el trabajador a El Sureño.

Por otra parte, Cabrera contó que “estoy siendo representado por mi abogado, Fabio Pesce, y vamos a hacer todo lo que haga falta para que Tecnomyl me devuelva mi puesto y me permita asumir como delegado”.

Finalmente, aseguró que “esto es un atropello al que se prestó la Justicia laboral. A mí me duele porque se trata de mi fuente laboral, pero desde octubre de 2017 lo único que han hecho es perseguirme y maltratarme”.