El privilegio de observar la naturaleza

Pasando la mitad agosto y hasta entrado diciembre, la costa del océano Atlántico empieza su temporada de “visitas”: focas, elefantes marinos, pingüinos, y otros pueden llegar a tierra buscando un espacio para descansar o cambiar el pelaje. La bióloga Analía San Martín explicó al diario El Sureño qué se puede hacer y qué no, cuáles son los peligros para las personas, y para los propios animales marinos.

La foca leopardo en su ambiente natural, los hielos del Continente Antártico.

RIO GRANDE.- La semana pasada, durante algunas horas se pudo ver sobre la playa a una foca leopardo. El encuentro quedó registrado en un video breve que disparó algunas alarmas. Pero la verdad es que, a metros del patio, cruzando la calle o pasando de casualidad, son muchas las especies de animales marinos que se pueden avistar por la playa. Estas visitas se hacen más frecuentes a medida que concluye el invierno, generan emoción y expectativa. Además, son una fascinante oportunidad para aprender del sistema natural del que la ciudad forma parte. La Dra. en Biología Analía San Martín detalló, en esta nota, cuál es la manera más adecuada de disfrutar de estos fenómenos y porqué.
“En cuanto a las focas leopardo, se cree que son animales machos juveniles que salen a la costa a descansar, esa es la razón. En la Antártida, no es que salen a la costa, sino que descansan en los fragmentos de hielo. Y en esta época desde agosto a principios de septiembre generalmente están en muda, entonces con más razón salen para poder mudar el pelaje”, dijo la bióloga.


Además, contó que existen muchos registros en la isla Martillo, cerca de Harberton de avistajes por la misma época en la que llegan los pingüinos. Las focas leopardo se alimentan de ellos, por lo cual desde fines septiembre a principios de octubre, hay algunos de estos animales que están un mes, o varias semanas alimentándose. “En esta zona tal vez se quedan un día entero, o si se sienten cómodos puede ser que se queden más tiempo, sobre todo si están cambiando el pelaje. Es muy común”, recalcó la especialista.
En toda la costa Atlántica, hay registros de avistajes de focas leopardo, en los meses de noviembre y diciembre se registran otras como elefantes marinos, o alguna foca cangrejera, pero es un comportamiento común: “Estos animales no son de esta región, vienen de la Antártida en general, entonces hasta llegar allá tienen un trecho bastante largo, descansan y después siguen su camino”, dijo San Martín. Y agregó: “Lo más importante es saber que la foca leopardo es un animal muy agresivo. Con este tipo de animales es preferible no acercarse. Nosotros trabajamos con planillas, por lo cual el registro nos sirve. Pero siempre que nos acercamos, es a una distancia de 5 o 6 metros. Y ya, cuando notamos que el animal empieza a levantar la cabeza o que abre la boca o empieza a respirar más fuerte, son indicios de que está molesto, que no le está gustando que estemos ahí, y hay que alejarse. Si bien es cierto que en tierra las focas son más lentas que en el mar, son animales muy grandes y capaz te acercaste mal, te resbalaste o lo que sea y te puede llegar a morder”.
Pero además, San Martín remarcó la importancia de respetarlos: “el animal salió a la costa para descansar, entonces hay que darle ese espacio de descanso.

La foca leopardo varada en la zona de la playa, en Río Grande, notablemente molesta ante la presencia de personas muy cerca de ella.

Otros Peligros
Además de morder, la foca leopardo puede transmitir enfermedades. San Martín detalló que casi todos los mamíferos y principalmente estos llamados pinípedos, tienen un registro parasitario muy importante: “Muchas especies de los parásitos que tienen los pinípedos pueden ser consideradas zoonóticas. O sea, que si bien son propias del animal el hombre se puede contagiar. Y al contagiarse no es que el parásito va a desarrollarse como en el animal, sino que puede generar otros perjuicios. Por ejemplo, hay unos gusanos que se llaman nematodes y pueden producir una molestia estomacal bastante importante, hasta llegan a producir úlceras. También si bien no está comprobado en esta región, pero estos animales pueden contraer brucelosis, tuberculosis. Es importantes que no nos acerquemos nosotros, ni los perros tampoco. El animal puede estar ahí tranquilo y en algún momento se va a ir. Más en Río Grande, que está la zona de la Lobería y suele haber animales, incluso muertos, y las mascotas se acercan”, ejemplificó.
Pero, para los animales también es peligroso: “Ellos salieron a tierra porque necesitaban el descanso o el cambio de pelaje y se pueden sentir invadidos. Tal vez no recuperaron las energías o necesitaban ese cambio de pelaje, es perjudicial para la salud de ellos en ese sentido. Porque siempre que el animal se sienta amenazado va a recurrir al agua y si no estaba listo puede irle mal”, indicó San Martín.

Las últimas mediciones estimaron que había cerca de 200 mil especímenes de foca leopardo


Las últimas mediciones estimaron que había cerca de 200 mil especímenes de foca leopardo, aunque su existencia se ve claramente amenazada: “El tema, como con la mayoría de las focas es el derretimiento de los hielos que es donde ellas viven. Pero además, las focas leopardo se alimentan de cachorros de focas cangrejeras, y estas también usan los témpanos para parir, por lo que al haber menos espacio para que las focas cangrejeras tengan su crías es más difícil también para las focas leopardo sobrevivir”, describió la dra. San Martín.
En síntesis, la bióloga recalcó que como ciudadanos que habitan una zona de reserva natural urbana, debemos ser prudentes: “Se entiende que son animales que no se ven todos los días y que la gente les quiera sacar una foto. Pero es importante esto, tanto para la salud de los animales que están descansando en playa, como para la salud pública. Son muchas las visitas que tenemos de especies no comunes por estar en la Costa Atlántica. Lo mismo con animales varados, como nos ha pasado. Pero realmente nunca sabemos porqué se murieron porque eso lleva un tiempo, y a veces entramos en contacto con fluidos del animal que pueden llegar a ser perjudiciales”, concluyó.
Actualmente Áreas Protegidas, y municipios trabajan junto al CADIC en un programa de varamiento con diferentes interventores La recomendación, ante cualquier avistaje es avisar a Defensa Civil (103) que ya está al tanto de a quién llamar en cada caso.