El 9 de julio de 2010 quedó oficialmente inaugurado el Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas que, desde su apertura, funciona en calle O´Higgins de Río Grande.
Lo componen exsoldados de Infantería de Marina, como también del Ejército, Fuerza Aérea, Prefectura Naval, tanto oficiales, suboficiales y exconscriptos. Además hay personal civil que también participó de la guerra.
Esta institución está compuesta por 123 veteranos empadronados y cuenta con un estatuto y personería jurídica. Del total de los empadronados 86 son socios que aportan una cuota con el que se mantiene esta institución en los gastos generales. Cabe destacar que este centro está también asociado a la Federación Nacional de Veteranos de Guerra.
Alancay Roma, prosecretario del Centro de Veteranos de Guerra del Malvinas de Río Grande, fue quien recibió a El Sureño para contar que, antes del conflicto bélico, estuvo en el Crucero General Belgrano hasta marzo de 1982. Una vez que ascendió a cabo Segundo, fue trasladado al rompehielos Almirante Irizar, y durante la Guerra esa embarcación fue utilizada como nave hospital. “Yo cumplía tareas de servicios”, aseguró Roma.
De museo, a salón de exposiciones
Con relación al salón gestado por los Veteranos, se destaca que la muestra aún no está considerada museo porque, para lograr esa categoría, debe reunir ciertas condiciones y debe estar aprobado por un museólogo.
Por el momento, el lugar es un salón de exposiciones donde se puede ver una extensa cantidad de fotografías, ropa, armas y diversos elementos que fueron utilizados en Malvinas durante la guerra del ´82. “Acá hay cosas que fueron traídas directamente desde las islas y otras que fueron donadas por los Veteranos y familiares” dijo.
Cada visitante podrá ver objetos que tienen una historia muy rica detrás. Uno puede encontrarse, por ejemplo con un rosario, una placa identificatoria, mochilas, etc.
Los elementos que se encuentran en el salón tienen un valor incalculable tanto para los Veteranos como para la historia argentina.
En el lugar hay elementos que pertenecen a distintas fuerzas, tanto de Infantería, como también de la Fuerza Aérea, ejército y hasta de Defensa Civil.
Si bien el lugar no es considerado museo, ellos (los Veteranos) se sienten muy contentos con el salón ya que, lo que los satisface, es el saber que, desde su apertura, el Salón ha sido visitado por cientos de personas de todo el país y hasta lo han visitado personas de Rusia y de diversas partes del mundo “quienes nos han elogiado de manera sorprendente”.
La idea del salón (museo) fue, en un principio, la de contar con un quincho pero cuando estaban dadas las condiciones para que funcionara como quincho, surgió la idea de hacer un salón de exposiciones para toda la comunidad, y así nació.
“En 2010, momentos antes de que lo inauguráramos, vinieron representantes del Rotary Club, quienes visitaban el país en una gira internacional. Ellos quedaron sorprendidos por la muestra” contó orgulloso uno de los Veteranos.
Entre los cientos de elementos, llama la atención algo que tiene un gran valor especial, simbólico, histórico y personal. En el Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas, existe una carta que fue enviada por una abuela a su nieto que estaba en las Malvinas participando del conflicto bélico en 1982. Esa misiva reapareció luego de 30 años de estar guardada y hoy se encuentra en el Salón de Exposiciones de los Veteranos de Guerra en Río Grande.