En medio de un mar embravecido, el buque que traslada buena parte del equipamiento y del personal para la campaña antártica argentina alcanzó el punto más cercano a las Islas Malvinas dentro de su ruta.
Télam .- Desde ayer por la noche, influenciado por la corriente de las Malvinas, el clima tranquilo que había acompañado el camino del Golovnin cambió y dio paso a vientos intensos de 25 nudos y ráfagas de hasta 45 (casi 90 kilómetros por hora), haciendo que las olas alcanzaran hasta 5 metros y movieran la embarcación de 150 metros cual si fuera un bote.
Tal vez por el viento intenso que ruge y el mar gris embravecido, el recuerdo de los argentinos voló hacia el archipiélago austral y fue tema de conversación el conflicto bélico de 1982.
La tensión por la soberanía de Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña no sólo puede explicarse por los recursos naturales del mar circundante, sino por ser un lugar privilegiado de acceso al continente blanco
Como dicen recientes estudios científicos y geopolíticos, la usurpación británica de Malvinas no sólo puede explicarse por los recursos naturales del mar circundante, sino especialmente por ser un lugar privilegiado de acceso al continente blanco.
“(Las Malvinas) son un paso obligado a la Antártida, principal reserva de agua dulce del planeta”, señala el trabajo realizado por la profesora Edith Fernández de la Universidad Nacional de Lanús.
En uno de los camarotes, unos suboficiales del Ejército Argentino realizaban sus tareas escuchando folclore, y entre el repertorio estaba la canción “La carta perdida” de la cantante Soledad, que refiere la historia de un soldado chaqueño reclutado para pelear en la guerra del Atlántico Sur.
“Hace frío y aquí en Soledad, hay mil almas que de guardia han de estar. Sos un Puerto Argentino con bandera de otra nación”, se los escuchó tararear.
Al caer la tarde el buque se encontraba a 720 kilómetro al Este de Puerto Argentino, a 52º latitud sur, 48º longitud oeste.
