Ceremonia de ascenso en las fuerzas de seguridad

El presidente Alberto Fernández encabezó ayer la ceremonia de ascenso en las cuatro fuerzas de seguridad y la entrega de los sables y espadines correspondientes a los oficiales superiores de la Policía Federal Argentina, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval Argentina y la Policía de Seguridad Aeroportuaria.

BUENOS AIRES (TELAM).- El acto se desarrolló ayer a la tarde en el Salón Blanco de Casa Rosada y el Jefe de Estado estuvo acompañado por el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.

También asistieron los jefes de la Policía Federal, Juan Carlos Hernández; de la Gendarmería Nacional, Andrés Severino; de la Prefectura Naval, Mario Rubén Farinón; y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, José Glinski.

Durante el acto el mandatario entregó los respectivos atributos de mando a cinco oficiales superiores de la Policía Federal, 10 de la Gendarmería Nacional, cuatro de la Prefectura Naval y seis de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).

Por la Policía Federal Argentina fueron ascendidos los comisarios generales Luis Alejandro Rolle, Fabián Gabriel Prado, Marcelo Orestes de Pierro, Eduardo Miguel Francescutti y Marcelo Daniel El Haibe.

Por la Gendarmería Nacional Argentina recibieron el reconocimiento los comandantes generales Favio Waldo Benegas, Pablo Daniel Gigena, Ricardo Daniel Castillo, Germán Carlos Wacker, Aníbal Ariel Bronzetti, Víctor Hugo de Jesús Ocampo, Gabriel Horacio Calleja, Enzo Martín Duarte, Juan Luis Provens y Víctor Hugo Duette.

Por la Prefectura Naval Argentina los ascendidos fueron los prefectos generales Carlos Esteban Salaburu, Carlos Alfredo Villarreal, Guillermo Figueredo y César Aníbal Moreno.

Y por la Policía de Seguridad Aeroportuaria recibieron la condecoración los comisionados generales Guillermo Gabriel Fornés, Bernardo Ribeiro Querol, Christian Ariel Castrichini, María Lorena Andersch, Mariano Ignacio Stábile Villanustre y María de las Mercedes Blanco.

El vicario general castrense, monseñor Gustavo Fabián Acuña, dio en el inicio de la ceremonia las bendiciones a los ascendidos y a los sables y espadines entregados posteriormente por el Presidente.

Acuña se dirigió a los ascendidos al grado inmediato superior de las fuerzas federales de seguridad y bendijo los sables y espadines para que “los empleen en el servicio de la justicia, la paz, la defensa del orden institucional y del derecho”.

El vicario general castrense señaló que “los sables, al igual que sus uniformes con sus colores diversos, según cada fuerza, son conocidos en el país, recuerdan la dedicación, la seriedad, la seguridad, identifican un servicio único”.

“Sin embargo -prosiguió- el papa Francisco nos recuerda que detrás de cada uniforme hay una persona real, con una familia, un país de origen, con una personalidad y sensibilidad con deseos y planes de vida”.

Y amplió: “Pero recuerden que no es el uniforme sino quien lo lleva puesto lo que debe impresionar a los demás, con su amabilidad, con el espíritu de hospitalidad y con la actitud de servicio hacia todos”.

“Invocamos para eso la protección de la madre y patrona de nuestra querida República, la buena venturada Virgen de Luján, que guíe, sostenga, ilumine y acompañe a nuestro Presidente, a nuestras autoridades, al Ministerio de Seguridad y a las fuerzas policiales y fuerzas de seguridad, en su amparo, dedicarnos sin temor al bien de todos”, concluyó.

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