Javier Milei visitó Tierra del Fuego esta semana en plena campaña en medio un protestas que lo obligaron a suspender la recorrida. Tras la polémica, que incluyó aseveraciones del Presidente sobre una supuesta operación del kirchnerismo, el gobernador de la provincia, Gustavo Melella, señaló que «el clima social» era contrario al arribo.
El mandatario, de FORJA, sello aliado al peronismo e integrante de Fuerza Patria, hizo referencia a la crisis de la industria local y la falta de comunicación con Nación. «Llamaron el domingo a la tarde y solo para pedir a la policía local», sostuvo Melella en diálogo con Ámbito.
También cuestionó la decisión del Ejecutivo de permitir el ingreso de tropas norteamericanas, un hecho que puede afectar a la provincia. En el plano electoral, lamentó la división del peronismo fueguino y se entusiasmó con una fuerza comandada por gobernadores que dé pelea por el poder en 2027.
Periodista: ¿qué le pareció la visita del Presidente a la Tierra del Fuego?
Gustavo Melella: El Presidente tiene derecho a venir y es el Presidente de los argentinos. Lo que pasa es que, en esta ocasión, vino a hacer campaña, vino como el líder de La Libertad Avanza. No como Presidente a visitar una provincia, sus sectores productivos o a encontrarse institucionalmente con las autoridades provinciales. Vino de campaña. Y, realmente, si vos venís de campaña a una provincia donde las medidas del Gobierno nacional afectan a la industria tecnológica, a la textil, al turismo, a la construcción, paralizan la obra pública, la sociedad no va a estar contenta. No sé si eso no lo ven, no lo miden, no lo sienten, pero era de esperar que iba a haber un rechazo de la sociedad. Nosotros lo vimos hasta como una falta de respeto. Yo leía declaraciones de la ministra Bullrich y da vergüenza ajena escuchar las mentiras que dice.
P: ¿Se coordinó la visita con la provincia?
G.M.: Recién el domingo a la tarde un funcionario se comunicó conmigo, pero no para decirme “Va el presidente, se quiere juntar con vos”, sino para pedirnos la policía. Fue el único pedido. Le hemos dicho que no, primero porque venía a un acto político, y yo cuando tengo actos políticos en mi partido no llevo la policía de la provincia. No se usan los recursos del Estado para eso. Y, segundo, es que no voy a poner la policía de mi provincia para reprimir a un vecino. Es la tercera vez que viene a nuestra provincia y nunca a ver las autoridades. Es una falta de respeto.
P: El Presidente dijo que las manifestaciones se deben a que se quiere instalar que no puede pisar el territorio, y usted nos está manifestando una situación distinta. ¿Cuál es la situación puntual hoy en el distrito?
G.M.: Nosotros tenemos uno de los índices de desocupación más importantes del país y de la Patagonia. La industria textil está siendo aniquilada. Una disposición del Gobierno nacional pone en jaque, en terapia intensiva, a una de las industrias textiles más grandes. La baja de aranceles para la importación trajo un conflicto muy grande hace unos meses atrás. Hay posibilidades de inestabilidad laboral desde el 31 de diciembre para 6.000 trabajadores. En una ciudad de 100.000 habitantes, como es Río Grande, es muchísimo. Porque son 6.000 trabajadores directos, pero después tenés los indirectos, que son 10.000, 12.000 más. Entonces, es una locura las medidas que está tomando el Gobierno nacional. Entonces, ¿cómo querés que te reciban?, ¿querés que te hagan una fiesta?, ¿que te canten un feliz cumpleaños y te pongan globo? No es que se quiera instalar. Se lo advertí el mismo día ciertas autoridades. No está el clima social, por lo menos en Tierra del Fuego. Por ahí tienen provincias que los quieren un montón, pero acá la gente está enojada por todas estas cuestiones.
P: En su provincia hubo un dato llamativo: Milei, incluso en la campaña, mencionaba sus planes aperturistas que podían afectar a la industria de Tierra del Fuego. Y, sin embargo, después ganó cómodamente en la provincia. ¿Cómo ve el panorama electoral ahora? ¿Y a qué atribuye ese voto de 2023?
G.M.: Tenemos que hacer una gran autocrítica: en el Gobierno anterior hicimos muy mal las cosas. No haber frenado la inflación, por ejemplo. Entonces, la gente quería un cambio. Esta es la realidad. Y después, yo creo que hay mucho componente del voto de personas que no miden. Motosierra y fin del Estado, a algunos les gusta. Pero no saben que eso después te vuelve a vos. Yo siempre les digo acá en la provincia: algunos de ustedes votaron la motosierra y me piden milagros a mí. Porque cada vez que hay menos recursos para la provincia. Hay menos recursos en educación, en salud, en seguridad, en infraestructura, en vivienda. Tenemos que hacernos cargo de que hicimos muy mal las cosas. Nosotros tuvimos las elecciones en junio de la provincia, en agosto fueron las PASO. No hay una gran diferencia. Y la misma gente que me votó a mí, lo votó a él. Y hay mucha coincidencia en ese momento en el voto. Porque la gente también vota una cosa en la provincia cuando son provinciales y vota distinto cuando son nacionales. Hoy hay mucho descontento. Y nosotros estamos seguros de que Fuerza Patria puede ganar las elecciones. No hemos logrado la unidad. Entonces, tristemente vamos en dos sectores, con lo cual también dividimos votos y eso le favorece a La Libertad Avanza. El Gobierno nacional no quiere la producción, no quiere la industria, quiere la producción primaria, exportar granos, y de paso que hagan negocios unos amigos de ellos. Pero después quiere todo mucho más barato. Entonces abre esa importación en lo textil, en lo tecnológico, en los vehículos, en alimentos. Y la verdad es que a veces la gente dice, bueno, compré más barato. Pero así destruye la industria, no solo la nuestra. Destruye la industria en la provincia de Buenos Aires, en Salta, en Tucumán, en La Rioja, donde sea.
P: Otro de los temas que impactan en su provincia es la autorización del Presidente para el ingreso de tropas de los Estados Unidos. ¿Qué opinión le amerita esto?
G.M.: Una locura. Yo no sé qué tanto enamoramiento con los Estados Unidos. El Presidente ya tuvo gestos de demasiada cortesía. Recordemos cuando vino a Tierra del Fuego la general Richardson, que era la responsable del Comando Sur, miembro de la OTAN, socio de Gran Bretaña. Nosotros no la recibimos por ese motivo y él vino corriendo a recibirla. A mí me parece desmedido. Uno tiene que tener relaciones bilaterales serias, pero maduras, no tan entreguistas. En un contexto de cuestionamiento sobre una posible base militar norteamericana en nuestra provincia, la verdad llama la atención, y es para nosotros mínimamente reprochable.
P: Los gobernadores se han convertido en un actor relevante en la política nacional, ¿cómo observa esa situación? ¿tienen contacto con Nación?
G.M.: Por lo menos con nosotros, casi ni contacto. Con otros sé que hablan, sobre todo con los más cercanos. En campaña, ellos se quejaban del kirchnerismo, de que se relacionaba con los amigos. Y yo doy fe de que no era tan así. Pero este Gobierno, sí. Exclusivamente responden a sus amigos. Con nosotros no hay diálogo. Ni siquiera para la visita del Presidente. Unas horas antes, solamente para pedirnos la policía. Ningún diálogo institucional de un ministro. Nada. El portero de la Casa Rosada, por lo menos. ¿Alguien? Nada.
P: Sobre todo al inicio del gobierno de Javier Milei, los gobernadores patagónicos se habían mostrado más en bloque, ¿ese bloque puede llegar a reflotarse? ¿Hay demandas comunes?
G.M.: La Patagonia tiene objetivos comunes y demandas comunes. Hoy por la cuestión electoral y porque el Gobierno se ha dedicado también a dividir, se fue desdibujando. Pero todos los gobernadores de la Patagonia sentimos que tenemos objetivos y dificultades comunes. Y también esperanzas comunes. Y eso nos une mucho más.
P: ¿Se puede pensar para 2027 en un armado que tenga a los gobernadores como protagonistas más allá de lo partidario?
G.M.: Yo creo que sí. Falta para 2027. Primero hay que pasar esta elección. Trae la fuerza de los gobernadores. Eso lo veo claro y lo deseo también. Porque la verdad es que hay gobernadores de distintos espacios muy capaces. Gente muy sólida, con una mirada de país que uno comparte en gran parte. Hay mucha fuerza. Y el 2027 necesita un modelo de país que mantenga bien abajo la inflación, pero que crezca, que desarrolle, que genere trabajo, que acompañe la industria, que haya un desarrollo regional, que haya infraestructura, que haya viviendas, que construyan escuelas. Esta gente no ha construido ni un jardín de infantes. Hoy las rutas están abandonadas. Cuando nos juntamos con los gobernadores, todos nos lamentamos. Entonces, espero que el 2027 traiga un proyecto nacional de la mano de algunos gobernadores.
P: Qué evaluación general hace de la situación económica del país en estos momentos de volatilidad financiera.
G.M.: Recién hablaba con empresarios. El clima está muy pesado para hacer negocios. Hoy creo que está sostenido con alfileres. Se tranquilizó la economía con un tuit o dos tuits del secretario del Tesoro de Estados Unidos. Estamos débiles. El otro día veía un informe y nosotros lanzamos un programa de desendeudamiento a través del Banco de la Provincia de Tierra del Fuego para los que están sumamente endeudados, porque hoy la gente está tremendamente endeudada. Se ahoga financieramente a las provincias. Se dice que somos gastadores seriales y con esa historia recortan fondos que van para salud, educación o seguridad. No hay una reactivación económica, crece el desempleo. La baja de la pobreza, una tremenda mentira. ¿Cómo no baja la pobreza después de la gran devaluación que ellos hicieron y nos llevaron a límites extremos de pobreza? Entonces creo que hoy la economía agarradita con alfileres y es muy preocupante. Entonces, por lo menos muchos gobernadores, estamos realmente muy preocupados porque lo vemos todos los días. Si baja la actividad productiva en mi provincia, porque no se produce, tenemos menos recursos. Menos recursos de coparticipables de la Nación. Se va generando un clima de conflicto muy preocupante.
Fuente: Ámbito Financiero