La Armada Argentina destacó la aeroevacuación sanitaria de un Suboficial Auxiliar de la Fuerza Aérea Argentina e integrante de la dotación de invernada de la Base Antártica Conjunta (BAC) Petrel, en una aeronave Beechcraft TC-12B Hurón de la Aviación Naval, concretada el pasado 28 de junio.
USHUAIA.- Este es el tercer vuelo que este tipo de aeronave realiza al continente antártico. La concreción exitosa de la misión pone de manifiesto el profesionalismo y la capacidad adquirida por la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima dependiente del Comando de la Aviación Naval, para operar en un ambiente complejo como lo es la Antártida en esta época del año. De esta forma, la Aviación Naval reafirma sus títulos de pionera en el continente antártico.
El primer vuelo de una aeronave argentina en la Antártida data de 1942, cuando un hidroavión Stearman 76 D-1, perteneciente a la Escuela de Aviación Naval, operó desde el transporte ARA “1º de Mayo” en la isla Decepción. Cinco años después se realizó el primer vuelo directo entre el continente americano y el continente blanco, con el cruce del Círculo Polar Antártico con un avión naval DC-4.
En 1962 la Aviación Naval llevó adelante un nuevo acontecimiento histórico en la Antártida, con la llegada al Polo Sur de dos DC-3, siendo los primeros aviones argentinos en cumplir dicha proeza y unos de los primeros también a nivel mundial.
La operación de helicópteros navales desde el rompehielos ARA “San Martín” y, posteriormente del ARA “Almirante Irizar”, abasteciendo las bases antárticas, continuó contribuyendo a la presencia de nuestro país en ese continente.
En 2002 se llevó a cabo la Operación “Cruz del Sur”, el rescate del buque alemán “Magdalena Oldendorff”, atrapado en los hielos, al que se le brindó asistencia, abastecimiento y ayuda médica desde el rompehielos ARA “Almirante Irizar”. Con el objeto de encontrar la mejor ruta de salida, los helicópteros Sea King realizaron vuelos de exploración glaciológica; y entregaron 1,5 toneladas de alimentos y otros elementos para que la tripulación del buque bloqueado pudiera pasar el invierno, aguardando hasta que el clima le permitiera zafarse de los hielos.