Una travesía de casi dos décadas

Desde Brasil, Denizart Simoes salió a andar en bicicleta y, hasta ahora, sigue pedaleando. Su afición por el ciclismo comenzó como una terapia para superar la adicción al cigarrillo y se convirtió en la meta más difícil de su vida. Hoy, con mucho más de 500 mil kilómetros recorridos, espera poder acreditar su travesía en Londres y llegar a establecer un nuevo Récord Guinnes por la travesía más larga registrada en bicicleta.

Denizart, durante su paso por Veracruz, una de las veces que estuvo accidentado.

RIO GRANDE.- Denizart Simoes es ciclista aficionado. Desde Brasil salió hace casi dos décadas para batir el récord de la travesía más larga en bicicleta. Es la segunda vez que visita Tierra del Fuego, con casi 20 años de diferencia. Pedaleó a través de montañas, pasó por terremotos; sufrió robos en México y en China, y tuvo que volverse sin entrar a Estados Unidos: “Gracias a Mr. Trump”, dijo bromeando. Hoy espera poder volver a la oficina de los Guinnes en Londres para registrar su récord y volver a casa.
“Conozco Argentina hace varios años y ya he entrado varias veces. A México igual, en realidad, pero a veces te toca la mala suerte y pueden pasarte este tipo de cosas. En Argentina, lo único que me pasó es que se me fue un bolso, se me cayó de la bicicleta para atrás, pero lo recuperé. Esto fue en Santa Fe”, dijo Denizart, hablando de las veces en que sufrió algún tipo de atraco.
De China viajó hasta Brasil y desde allí recorrió todo el sur del Continente Americano: “De Brasil hice toda la ruta hasta Paraná. Entré a Paraguay desde Puerto Iguazú y atravesé todo Paraguay. Bajé a Argentina atravesando Clorinda, con mucho, mucho calor”, resaltó.
Aunque, reconoció que Formosa es uno de los lugares más calurosos en los que estuvo, aseguró que no tiene comparación con la parte de Asia: “Singapur es un lugar hermoso, me encantó, pero es un calor insoportable. Aunque están muy bien equipados, muy preparados, tenés sitios para refrescarte, incluso en la playa tenés como duchas, porque el calor es realmente insoportable. Pero es un país muy pequeño, con mucho dinero. Allí se hablan cuatro idiomas. Y es el astillero más grande del mundo. Sólo por eso, la mayoría de los barcos del mundo van a parar ahí en algún momento”, relató.
Luego de recorrer Europa y Asia intentó llegar hasta la oficina de los Récord Guinnes en Nueva York, pero se lo impidieron las actuales políticas migratorias: “Yo estaba para pasar a Estados Unidos, pero desgraciadamente Mister Trump me frenó en la frontera. Porque yo tenía que llegar hasta Nueva York; porque el Guinnes tiene dos oficinas, una allí en Nueva York, y otra en Londres. En la oficina de Londres me conocen. Yo ya estuve allí. Y anduve mucho para renovar la visa y el pasaporte, porque es lo más cercano. Y luego fui por todo el mundo y tenía la intención de terminar en Nueva York porque ahí es la matriz de la organización del Guinnes. Entonces, hacía la nota allí mismo para que quede registrado, pero me pidieron dos sponsors, que no conseguí. Porque conseguir uno ya es difícil. Conseguir dos… es casi imposible. Pasa que lo que ellos no quieren, en Estados Unidos, es que uno trabaje”, explicó Denizart.
Finalmente tuvo que emprender el viaje de regreso, algo que estaba fuera sus planes: “Yo creo que soy el único que ha ido y regresado de esta manera, porque por lo general los que llegan allí después ya parten para otro lado. Lo que pasó conmigo es que yo partí de aquí, de Ushuaia, llegué hasta México, después atravesé Europa y comencé a girar por el mundo. Ahora, estoy de regreso buscando la forma de conseguir regresar a Londres. Porque sino, todo esto que llevo hecho va a ser para nada”.
En México el robo que sufrió también le generó un nuevo contratiempo. Allí le quitaron un bolso con un disco rígido que contenía todas las imágenes, videos, notas periodísticas y demás pruebas que acreditaban la travesía que viene realizando: “Y no tengo la mayoría de esos archivos, porque no había llegado a subirlos en la nube u otro dispositivo. Tengo algunas imágenes en Facebook, pero muy poco. Eran 500 gigas de contenido. Esto pasó el día del temblor en México, hubo gente que aprovechó que la policía, bomberos y todo el mundo estaba rescatando sobrevivientes, ellos salieron a robar porque no había nadie para controlarlos”, explicó el ciclista.
“En Europa, en Suiza, tengo un amigo que es informático -siguió contando-. Él es quien me abrió el website para la travesía. Y él me dijo que me quede tranquilo, que cuando pase por allá conseguimos otro disco, porque él sí tiene registrado el material que yo tenía en lo que me robaron”.
“Hoy lo que necesito es probar que realmente estoy haciendo esta travesía. Mientras más notas periodísticas, historias, videos, imágenes, haya en las redes sociales, en las noticias, en Google, es mejor para mí. Porque la verdad es que son muy incrédulos a la hora de certificar un récord”.
Hoy Denizart tiene 60 años. Comenzó su travesía a los 40. Una vez que registre su récord, su meta es volver a Brasil y convertirse en la cara de su propia marca de indumentaria y accesorios para ciclistas. Durante su paso por Argentina aseguró que, deportistas como el medallista olímpico Curuchet y otros le ayudaron a reparar la bici, a conseguir elementos necesarios, lo alojaron, y le brindaron muchísima ayuda. La travesía de Denizart Simoes puede seguirse a través de la página http://www.denizcycle.com.