Una mujer tenía 57 perros a su nombre y nunca se enteró

Valeria Gaona recibió una llamada de la Dirección Municipal de Zoonosis, indicándole que recibiría una infracción por dejar suelto a su perro en la vía pública. Tras comprobar que su mascota estaba en el patio de su vivienda, la inspectora le sugirió que se acercara hasta las oficinas del área. Una vez allí, todo fue aún más raro: tenía a su nombre nada menos que 57 perros.

 

RIO GRANDE.- Desde hace un tiempo, la tecnología permite a la ciudad, ubicar a los perros de los vecinos a través de un micro chip electrónico que posee datos del dueño, incluido un teléfono de contacto. Esto permite responsabilizarlos en caso de que los animales estén sueltos en la calle y muerdan o generan otro tipo de problema.

Valeria y Ariel chipearon a su perra, “Payasa”, hace un poco más dos años y el martes último, Valeria recibió una llamada telefónica indicándole que habían atrapado un perro a su nombre, suelto en la vía pública.

Cuando miró por la ventana y constató que su perra estaba allí mismo, la mujer quedó desconcertada. “Después recordé que nosotros tuvimos dos perros en una época, pero por poco tiempo. A una tuvimos que regalarla porque yo no estaba en todo el día, y la segunda perra que teníamos estaba muy enferma con algo similar a la sarna. Ésa se escapaba todo el tiempo a través del tejido, y estaba enseñándole a Payasa también”, relata Valeria.

En 2015, regalaron a la segunda perra, Tina, y una de las protectoras le encontró un nuevo hogar.

“Cuando me llamaron, yo pensé que era por esta perra que regalamos hace un año, porque a veces, desde las protectoras no hacen el cambio de titularidad. Volví a llamar a zoonosis y pedí más detalles de la infracción, ahí me dijeron que eran dos los animales, y uno era un perro negro, grande.” sigue contando.

Después de hablar con Zoonosis, Valeria llamó a la nueva dueña de Tina para saber si ella la tenía suelta, y avisarle que le harían una infracción.

Contrario a eso, le aseguraron que Tina estuvo toda la mañana dentro de la casa, y que ya habían hecho el cambio de titularidad.

Valeria insistió en Zoonosis, en busca de una explicación: “Ahí ya estaba muy enojada, la verdad. Así que volví a llamar a Zoonosis para contar esto y aclarar que nunca tuve un perro grande, o negro, o macho”.

“La mujer que me atendió se percató que había algo raro. Me pidió que le diera mi número y me dijo que se iba a fijar en la base de datos que tienen ellos, a ver cuántos perros había chipeados a mi nombre”, prosiguió.

“Al rato me llaman de Zoonosis -contó la vecina a El Sureño- y me dice la misma persona con la que hablé antes que tenía 57 perros chipeados a mi nombre. Me pregunta si mi esposo o yo éramos o habíamos sido voluntarios de alguna de las asociaciones protectoras de animales, pero le respondo que no. Y ahí decido ir directamente, a ver qué pasaba”, relató.

Al llegar a la Dirección de Zoonosis, Valeria ve una por una las impresiones de la base de datos en las que figuraban sus datos, con los nombres de varios perros. Según esa información, ella era responsable de 57 mascotas.

“Para cuando fui, los chicos de Zoonosis ya estaban buscando las fichas del chipeado, en papel. Que es lo que te hacen firmar, en los quirófanos o en las veterinarias cuando identificás a tu perro. Obviamente los datos de las fichas en papel, y los datos en la computadora no coincidían. No sé si fue un error al cargarlas, o una falla del sistema”, explica Valeria.

“En ese momento pedí que me permitan hacer un acta, o algo similar, para dejar asentado que me acerqué, que la administrativa encontró el error y que salvo ‘Payasa’ ningún otro perro era mío. Además, para que quede constancia que fue la administrativa la que se había tomado el trabajo de ir a buscar con mis datos, qué era lo que pasó, porque si no era por ella, a mí me mandaban la infracción, y la multa directamente”, advirtió.

Y agrega: “Después de todo esto nos reíamos con la empleada de Zoonosis, por lo insólito de la situación. Además, el Dr. Ruiz es el veterinario de ‘Payasa’ y también había atendido a mi otra perra antes que la regale, así que sabía que yo no tenía tantos animales”.

Según explicó el Dr. Julio Ruiz, a cargo de la Dirección de Zoonosis, el error en el registro se produjo porque los 56 perros estaban registrados a nombre de la protectora Guardia Animal.

Al momento de la adopción, la ficha se completa con el apellido de los adoptantes, y el apellido de Valeria es Gaona, por lo que empieza con la misma letra de la ONG y ese -sostuvo- sería el motivo por el cual el software quedó tildado con sus datos.

“Al final fue una experiencia cómica. Pero cuando volvía a mi casa, en la Margen Sur, atravesé media ciudad, y la verdad me entristeció la cantidad de perros sueltos que vi solo en esa recorrida”, dijo Valeria.

Consideró “muy importante” el trabajo que realiza el personal de Zoonosis “pero si la gente no toma conciencia tampoco sirve”.

“El perro es parte de la familia y el que no puede cuidarlo, para mí no debería tenerlo”, concluyó.

“Payasa”, la mascota de la familia que tenía otros 57 perros a su nombre.