Un cabezazo agónico de Kane salvó la victoria de Inglaterra

El delantero del Tottenham convirtió por duplicado y dejó con las manos vacías a Túnez.

VOLGOGRADO, RUSIA (AFP).– Harry Kane apareció cuando Inglaterra más lo precisaba y anotó dos goles, el segundo en el descuento, para llevar a su Selección a debutar en el Grupo G del Mundial de Rusia-2018 con un triunfo 2-1 sobre Túnez, ayer.

El goleador del Tottenham marcó su doblete a los 11 y 90+1 minutos en partido jugado en el estadio Volgograd Arena, en Volgogrado. Túnez había empatado de penal por medio de Ferjani Sassi a los 35 minutos.

El equipo de los tres leones acorraló a Túnez, incapaces de cerrar sus bandas. Por ahí llegaron las primeras ocasiones antes de los cinco minutos: habilitación de Henderson a la espalda de la defensa para aprovechar la velocidad de Delle Ali y Lingard, cuyos centros no supo definir Raheem Sterling.

La avalancha inglesa se alargó durante media hora, en la que hubo pocas noticias de Harry Kane, pero la estrella necesita bien poco para marcar las diferencias. Siempre bien colocado en el segundo poste, se limitó a cazar a los 11 minutos un rechace del arquero tunecino en un córner para adelantar a los suyos.

Nervios en Inglaterra

Advertía Southgate antes del partido del buen manejo del balón y colocación de los africanos, temores infundados hasta que éstos lograron hilvanar su primera jugada.

El centro de Khazri acabó en penal por un bloqueo de Walker, tan claro que el árbitro hizo de árbitro y lo señaló sin ayuda del VAR, noticia en este Mundial.

El empate, anotado desde los doce pasos por Sassi, y la falta de contundencia de los Pross animó a los hombres de Nabil Maaloul, que en la segunda mitad salieron con la intención de jugar el balón, gracias al animoso Khazri, aun a falta del Messi tunecino, Youssef Msakniuna, ausente por una lesión en los ligamentos de rodilla.

Los Pross volvieron entonces a ser la selección de antaño, repleta de prisas, balones colgados al área y conducciones largas, fácilmente defendidas por la defensa de Túnez, que con el transcurrir de los minutos se atornilló en la frontal de su área para defender el empate y a la espera de una contra que no se dio.

Inglaterra se limitó a presionar y buscar el error del rival, mientras se apagaba el juego del estilista Dele Alli, los carrileros se atascaban y los balones largos de Henderson, milimetrados en los primeros 45 minutos, se perdían en la tribuna del Volgograd Arena.

Sin ocasiones claras en el segundo acto, el técnico inglés dio cuerda a Marcus Rashford y Loftus-Cheek, en sustitución del errático Sterling y de Dele Alli.

Pero ni la entrada de los jóvenes enmendó el juego inglés, que tuvo que recurrir a la tradición para ganar en el descuento (91). Córner ejecutado desde la izquierda, remate desviado de Maguire y el siempre oportuno Kane que apareció por el segundo palo para cabecear y desatar la locura en Inglaterra.