El hecho ocurrió en la madrugada del sábado en la esquina de Piedra Buena y Alberdi, donde amenazaron de muerte a un taxista obligándolo a entregar la billetera con la recaudación. Los tres pasajeros se escondieron en un aguantadero cercano, que fue allanado, en el cual reside uno de ellos, recientemente llegado a la provincia, quien posee un frondoso prontuario.
RIO GRANDE.- El taxista Diego Germán Escalanate denunció que en la madrugada de ayer trasladó a dos sujetos a la zona de calles Piedra Buena y Alberdi, uno de los cuales lo amenazó para que entregara la recaudación, amedrentándolo físicamente, ante lo cual le dio su billetera con 900 pesos
Testigos y pesquisas policiales lograron determinar que los autores de la sustracción ingresaron al fondo del inmueble ubicado en calle Piedra Buena 868, donde se encuentra un inquilinato irregular.
A llegar personal policial de la comisaría Primera se dejó una consigna en el lugar que detuvo, saliendo en estado de ebriedad, a Elías Pascual Posse de 26 años y Maximiliano David Carrillo de 19, egresando luego la pareja de uno de estos quien entregó de manera espontánea una billetera sin dinero, similar a la del taxista.
En la vivienda, asimismo, se encontraba Leandro José Sánchez de 42 años, quien fue requisado, hallándose en su poder dinero en efectivo, por lo que a esto se sumó el testimonio del taxista, cuya descripción coincidió con la fisonomía de este sujeto.
Frondoso prontuario
Este último individuo ya fue vinculado por la Policía a otros tres hechos delictivos anteriores, contra locales comerciales, por los que fue detenido, y otros dos asaltos similares a taxistas en los que figura como posible sospechoso, con el mismo modus operandi.
Sánchez llegó hace pocos meses a la provincia, procedente de la localidad de Quilmes, con un frondoso prontuario policial; por lo que este sujeto se encuentra en la mira de las autoridades antes sus reiterados ilícitos.
Continuará en libertad en razón de que el asalto fue caratulado como “robo simple” ya que no se comprobó la utilización de armas en un hecho en el que el malviviente se valió de la intimidación física como factor vulnerante.
