SEVILLA, ESPAÑA (AFP).– Salvo una catástrofe, el Sevilla se enfrentará al Barcelona en la final de la Copa del Rey tras golear ayer al Celta de Vigo (4-0) en la ida de las semifinales del torneo.
El equipo andaluz fue mejor que su rival y aprovechó su juego de contragolpe para destrozar al Celta.
Tras unos primeros diez minutos de tanteo entre ambos equipos, el Sevilla se adueñó de la pelota y empezó a crear peligro sobre el arco vigués.
Primero Krohn Delhi, con un disparo desviado (13) y después Vitolo, que no acertó al rematar (15), pudieron haber adelantado a los sevillistas.
La mejor ocasión del Sevilla fue el penal con el que el colegiado castigó un derribo del central Sergi Gómez a Vitolo, pero el disparo de Gameiro lo rechazó Rubén (29).
Cuando parecía que el partido llegaría al descanso con el empate inicial, el Sevilla vio recompensado su mejor juego con el primer gol, anotado por Rami de cabeza a la salida de un córner (44).
Tres goles de contra
El Celta trató, en el inicio del segundo tiempo, de buscar el gol, pero recibió dos mazazos consecutivos.
En dos contras muy parecidas, Gameiro se marchó de los centrales por velocidad. En la primera superó a Rubén con un gran disparo (59) y en la segunda batió al arquero por debajo de las piernas (63).
Con 3-0 y el pase a la final casi en el bolsillo, el Sevilla se dedicó a controlar el balón, mientras que el Celta buscó, desesperado, un gol que lo metiese en la eliminatoria.
El chileno Fabián Orellana, con un disparo que detuvo Sergio Rico (85), tuvo la mejor ocasión visitante, pero poco después el Sevilla sentenció la eliminatoria, en otra rápida contra que Krohn-Dehli se encargó de materializar.
