Sensación térmica, casi 23º bajo cero

Desde el fin de semana se mantuvo la ola polar en Río Grande. Nuevos inconvenientes con las cañerías de agua congeladas. Se espera que hoy comience a mejorar el clima de un invierno que ha comenzado con temperaturas históricas, que desde hace casi 24 años que no se vivían.

La Municipalidad mantuvo en condiciones las calles, frente a la formación de huellones de hielo.

RIO GRANDE.- La ola polar se hizo sentir más fuerte ayer, cuando a las 7 de la mañana, desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), informaron oficialmente que la temperatura llegó a los 15,5 grados bajo cero, registrando una sensación térmica de 22,9 grados bajo cero.
Ante estas bajas temperaturas se evidenciaron nuevos casos de congelamiento de cañerías de aguas en otros sectores de la ciudad, sobre todo del casco viejo. Además, muchos automovilistas tuvieron inconvenientes a la hora de poner en marcha sus vehículos para poder salir a trabajar, desde horas muy tempranas.
La sensación térmica registrada ayer superó a la que se produjo durante las primeras horas del sábado pasado, cuando llegó a los 20 grados bajo cero; en lo que parecía ser la jornada más fría para la ciudad, con temperaturas iguales a las que se viven en el Sector Antártico.

Este martes a las 7.00 la térmica llegó a los 22,9 grados bajos cero. (Foto MRG).

Informe oficial
Desde el SMN, difundieron un informe acerca de cómo serán los próximos tres meses, en virtud de lo que se desprende del pronóstico climático trimestral. Allí “se muestra la tendencia para los próximos tres meses (julio, agosto y septiembre) en términos de temperatura y precipitación. Este pronóstico se obtiene a partir de diversas fuentes, como los modelos globales de simulación del clima, los modelos estadísticos nacionales y el análisis de la evolución de las condiciones oceánicas y atmósferas”.
El informe dice que, “de acuerdo al pronóstico para el trimestre julio-agosto-septiembre, se espera que las temperaturas sean superiores a la normal en prácticamente todo el territorio nacional. Sin embargo, las zonas con mayor probabilidad de ocurrencia se concentran en el noroeste (NOA) y tanto el este como el sur patagónico”.
El informe completo expresa:
Buenos Aires y La Pampa son las únicas provincias con tendencia a condiciones normales de temperatura para la época. Por último, el sur del Litoral (Entre Ríos, este de Santa Fe y sur correntino), las tendencias muestran que hay igual probabilidad de ocurrencia para las tres categorías (climatología).
En cuanto a las precipitaciones, el pronóstico trimestral muestra condiciones bien diferentes entre zonas del país. En una extensa región, que va desde el norte de Misiones y abarca gran parte del centro-este de la Patagonia, se espera que las lluvias sean inferiores a la normal. Es por eso que se seguirá monitoreando la Cuenca del Plata ya que las provincias del NEA vienen siendo testigos de una marcada sequía.
Las condiciones se mantendrán dentro de los valores medios esperados en la zona cordillerana de la Patagonia y Cuyo, situación que se repetirá en el este bonaerense y el sur del Litoral. Tanto el extremo sur y como el extremo norte argentino presentarán una situación similar, ya que en ambos casos no hay ninguna categoría que presente mayor probabilidad de ocurrencias (climatología).
Como las provincias del NOA y norte de Cuyo se encuentran atravesando su estación seca, no se desarrolla un pronóstico para este sector del país.
En este análisis, que está basado en un consenso entre profesionales de diversos organismos, se indican las probabilidades previstas para cada categoría (superior, normal e inferior) en cada región señalada y para el trimestre pronosticado (julio, agosto y septiembre).
Ya que este pronóstico se refiere a condiciones climáticas medias, no se deben descartar fenómenos como las irrupciones de aire frío que pueden provocar descensos importantes de temperatura en forma temporal. Se recomienda consultar el pronóstico diario y la perspectiva semanal para informarse sobre los eventos meteorológicos de alto impacto que no puedan ser previstos en la escala estacional.