“Ruta del Adobe” entre Tinogasta y Fiambalá nos ofrece Catamarca

Entre volcanes, dunas y termas, yacimientos arqueológicos, iglesias antiquísimas y casas blancas descubra la ruta del adobe.

 

La Ruta del Adobe entre Tinogasta y Fiambalá es un circuito turístico que recorre antiguos edificios coloniales (iglesias, viviendas) y un sitio arqueológico Incaico. Todos están construidos de Adobe y algunos son Monumentos Históricos Nacionales.

 

 

 

CATAMARCA.- Declarado como Patrimonio Histórico Cultural de la Provincia a las Construcciones insertas en la Denominada “Ruta del Adobe” de 55 km de extensión, entre Tinogasta y Fiambalá en el Departamento Tinogasta, trayecto enclavado sobre Ruta Nacional 60 y zonas adyacentes.

Alli podrá recorrer el Oratorio de los Orqueras (El Puesto, Tinogasta), la Iglesia de Andacollo (La Falda, Tinogasta), la Residencia Mayorazgo de Anillaco (Anillaco, Tinogasta), la Iglesia Nuestra Señora del Rosario (Anillaco, Tinogasta) declarada Monumento Histórico de la Provincia por Ley N° 4881, el recorrido sigue con las Ruinas de Batungasta o Watungasta, la Iglesia de San Pedro (Fiambalá, Catamarca) declarada Monumento Histórico Nacional para finalizar con la Comandancia de Armas (Fiambalá, Tinogasta).

 

 

El Adobe, material noble

Voz que proviene del árabe hispánico “attúb” y éste del árabe clásico “túb” que a su vez proviene del egipcio antiguo “dbt” (djobe)

El adobe es una mezcla de barro, paja y estiércol amasado y secado al sol, ya sea para formar bloques o ladrillos amasados o moldeados, o para producir estructuras continuas amasadas in situ.

La zona de Abaucán tiene un clima seco en extremo, con gran amplitud térmica entre el día y la noche y a lo largo del año. Las lluvias son estacionales y se concentran en el verano.

 

 

El Oratorio de los Orqueras

Es un pequeño y modesto edificio de color ocre, de techo bajo y un sencillo campanario. Como muchas capillas familiares, esta era privada y perteneció a la familia Orquera.

Las vigas de algarrobo curvas, sostén del techo de la nave. Estas se curvaban sumergiendo los troncos verdes en el agua del río Abaucán.

Data de principios del siglo XVIIl (alrededor de 1740) y no fue construido con bloques o ladrillos de adobe. En cambio se construyó la madera en una sola pieza de adobe.

Para ello se utilizaron moldes de madera imitando el método de los nativos Kakanes, los moldes se rellenaban del adobe y éste tiene 70 cm de espesor. Es muy bajo y su torre única es pequeña. No tiene campana. Internamente es muy sencilla, el confesionario es de algarrobo sólido.

Pose una imagen de Nuestra Señora del Rosario, un Cristo Crucificado, un San Antonio y una pintura de la Virgen María amamantando al Niño de 1717, fueron traídas desde Chuquisaca, en Bolivia. Afuera del oratorio hay construcciones rústicas de adobe del período colonial.

 

 

Fiambalá

Si algo caracteriza a la zona de Fiambalá es la fabricación de artesanías en distintos materiales: madera, piedra, barro y cuero. Además las mantas y los ponchos resaltan por sus colores y originalidad y están logrados en lana de vicuña, llama u oveja.

Uno de sus atractivos destacados es el Museo del hombre, compuesto por 3 salas donde se exhiben piezas arqueológicas de grupos aborígenes locales (batungasta, mayupucas y pituiles) nos cuentan la historia desde sus orígenes.

Objetos cerámicos que caracterizaban a cada grupo; vasijas, urnas funerarias y puntas de flecha son algunos de los hallazgos que podremos conocer.

 

 

Termas de Fiambalá

Lejos del ruido y el estrés de la vida cotidiana en la ciudad, en un maravilloso lugar donde se conjugan la aventura y la paz, una propuesta para disfrutar del bienestar del agua termal.

Desde una fantástica quebrada ubicada entre cerros multicolores, a solo 12 km de la ciudad de Fiambalá, a los pies de la Cordillera de los Andes y a 1.550 m.s.n.m., surgen aguas termo-minero-medicinales. En las Termas de Fiambalá, ubicadas a 320 km de la capital de la provincia de Catamarca, los viajeros pueden disfrutar de la tranquilidad y la intimidad, lejos del ruido y del ritmo estresante de las grandes ciudades, en una experiencia vinculada al bienestar y la salud, con todos los servicios necesarios para tener una excelente estadía.

Rodeadas de grandes montañas, las Termas de Fiambalá cuentan con aguas clasificadas: Hipertermal, Sulfatada, Silicatada, Alcalina bicarbonatada y Clorurada débilmente. Son altamente sedantes y relajantes del sistema nervioso, limpian los tejidos, desintoxican el organismo y permiten una mejora en la salud de los viajeros. Las aguas emergen a 1.750 m.s.n.m., concentrándose luego en 14 piletas de piedra cordillerana con temperaturas que varían entre los 28° C y 51° C.