Representante del pueblo selk’nam de Chile solicitó entre lágrimas el reconocimiento de su descendencia

Esta semana causaron impacto las presentaciones que hicieron representantes de distintos pueblos originarios ante la Comisión de Derechos Humanos de la Convención Constituyente que se está llevando a cabo en Chile, en particular la de José Luis Vásquez Chogue, secretario de la Corporación Selk’nam, sobre el exterminio de su etnia.

SANTIAGO DE CHILE.- Representantes de los pueblos originarios expusieron el pasado miércoles en la comisión de Derechos Humanos de la Convención Constitucional que se está llevando a cabo en el Palacio del ex Congreso Nacional, sobre sus condiciones y postergación histórica. Pero hubo uno que más llamó la atención: un pueblo que la historia declaró extinto y que para la ley no existe.

‘Goshpai’ rebautizado Carmelo, ingresó a la misión salesiana en 1899 junto a su madre y hermanos. Fue uno de los 25 sobrevivientes de Isla Dawson antes de su cierre definitivo.

“El joven que ven en la lámina es mi abuelo, su nombre indígena era ‘Goshpai’ y fue cambiado por Carmelo, él ingresó a la misión salesiana en 1899, junto a su madre y tres de sus hermanos, habitaron con cerca de mil indígenas en la misión salesiana, en su mayoría selk’nam y nuestros hermanos kawésqar. Su hermano Julio, Camilo, Juana y junto a su madre, fueron parte de los 25 que sobrevivieron al genocidio, una vez que mi abuelo abandona la misión salesiana en 1911, fue entregado en adopción a una familia de colonos”, señaló José Luis Vásquez.

A la llegada de los colonizadores los selk’nam eran los señores de  Tierra del Fuego y en pocos años el contacto con la civilización occidental diezmó a su población. Para los historiadores desaparecieron pero descendientes de algunos sobrevivientes abogan por ser reconocidos como pueblo originario. Hoy el estado de Chile los ignora.

Es difícil decir aquí quién soy, porque este Estado no nos reconoce, no puedo decir quien soy con la frente en alto. Quisiéramos nosotros caminar libres, hoy en día nosotros hemos crecido junto a ustedes, hemos caminado, trabajado, levantando también a este país, pero este Estado no nos reconoce”.

Entre lágrimas denunció que el Gobierno no tiene la voluntad de hacer los estudios que permitan echar luz sobre la descendencia de los selk´nam y reconocerla como etnia viva. Pidieron a los convencionales no olvidar a este grupo originario de Tierra del Fuego.

Reconocimiento detenido

La negativa del Gobierno en apoyar el estudio requerido, mantiene paralizado en el Senado la tramitación del proyecto que modifica la Ley N° 19.253, que establece normas sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas, con el fin de incorporar al pueblo selk’nam entre las “etnias indígenas” reconocidas por el Estado.

La iniciativa legal está en la Comisión de Gobierno del Senado, pero se encuentra detenida debido a la ausencia de un estudio, que debe apoyar el Gobierno, con respecto a la determinación de la existencia selk’nam, tal como ha ocurrido con el reconocimiento de otros pueblos.

La presidenta de la Corporación Selk’nam Chile e integrante de la comunidad indígena covadonga ona, Hema’ny Molina, señaló en una reciente declaración: “Para nosotros representa un nuevo intento de eliminarnos, seguimos sintiendo la injusticia y el genocidio en pleno siglo 21. Mientras nosotros hacemos grandes esfuerzos para fortalecer nuestra cultura, traspasarla a nuestro hijos, para estrechar lazos amigables con el territorio que ancestralmente nos pertenece, el estado hace caso omiso e ignora todas nuestras llamadas, y por el contrario, se sigue fomentando la usurpación insolente de nuestro patrimonio disfrazado fomento productivo, pymes o inspiraciones”.

Agregó también: “Para nosotros como pueblo selk’nam, sabemos el dolor y la tremenda hazaña que debieron vivir nuestros abuelos y bisabuelos para resistir, sobrevivir y sobrellevar este terrible genocidio, en el que ellos mismos fueron las víctimas. Acunar sus recuerdos fue la base de nuestra conciencia y existencia hoy en día. Por ello, es triste ver que por una parte el estado no niega su participación en los hechos ocurridos en Tierra del Fuego en donde ampararon un genocidio con la clara intención de exterminio, y que, por otra, se niega a cooperar con lo mínimo que debiera ser desde una iniciativa propia. Facilitar los estudios que ellos mismos solicitan para el proceso de integración a la ley indígena.

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