Reforma tributaria: un tema urgente también para Tierra del Fuego

El contador Matías Lapadula se refirió a la reforma tributaria que el Gobierno nacional se comprometió a encarar y que, según se estima, tendrá su mayor discusión en 2018, pasado el año de las elecciones legislativas. “Es absolutamente necesario encarar de una vez por todas una reforma integral de lo que es el sistema impositivo en Argentina”, dijo aunque aseveró que es un análisis que llevará varios años.

RÍO GRANDE.- La reforma tributaria es uno de los grandes objetivos del Gobierno Nacional. Si bien planean presentar un proyecto luego de las Legislativas de octubre, desde el Ejecutivo esperan que tardará una década en verse los resultados.

El tema fue puesto en agenda por el Presidente Mauricio Macri, y rápidamente se alzaron voces a favor mayoritariamente.

Para el contador Matías Lapadula la “reforma tributaria por parte de la Nación hace foco en las provincias”. “Tengo casi 16 años de contador público y desde que estaba en la facultad se viene hablando de la necesidad de una reforma impositiva integral, y yo acuerdo como cualquier persona que conozca el tema tributario que es absolutamente necesario encarar de una vez por todas una reforma integral de lo que es el sistema impositivo en Argentina”, afirmó.

Lapadula señaló que la reforma de la que se habla “tiene más que ver con los impuestos provinciales que otra cosa, y acá lo que hay que atacar son las dos cosas juntas”.

El contador consideró que “en Argentina no hay ninguna duda que tenemos un sistema impositivo totalmente regresivo, donde la mayor parte de la recaudación que viene del IVA que es un impuesto al consumo, y los impuestos progresivos como el impuesto a las ganancias son los que menos portan a la recaudación de impuestos a nivel nacional”.

“Lo que pasó es que en los últimos años, y esto viene desde los 90, cosa que no se interrumpió salvo por excepciones en los últimos años es que las provincias han visto retraídos sus ingresos por coparticipación”, explicó.

Esto viene atado a que “desde los 90 con las reformas que les dejaron a las provincias los temas de hacerse cargo de la educación, la salud, pero sin la transferencia de los recursos”, agregó.

Y afirmó que esta situación “empeoró durante muchos años la situación fiscal de las provincias que se vieron obligadas a comenzar a aumentar la recaudación propia, que es principalmente el impuesto a los ingresos brutos”.

En este sentido Lapadula señaló que los ingresos brutos “son el impuesto más distorsivo y regresivo que hay. Tiene un efecto directo sobre los precios, no hay ninguna duda que desde el punto de vista impositivo y lo que debiera ser un esquema progresivo impositivo, los ingresos brutos son sumamente distorsivos”.

“Lo que sucede es que a las provincias no les ha quedado otra, porque de alguna manera tenían que tapar ese bache que fue la transferencia de un montón de servicios que la Nación le pasó a las provincias por un lado, y por otro el recorte de servicios. Esto se debió desde los años 90 durante mucho tiempo se fue resolviendo dando recursos directamente a las provincias, tanto para obras públicas como ayudas a todas las provincias que lo necesitaban pero tampoco fue una solución”, indicó.

Y recordó que “fue una solución a las provincias inmediata de darle los recursos, pero no generaba sustentabilidad porque dependía de si el gobierno te daba o no. Hoy la situación ha empeorado porque las provincias cada vez necesitan más recursos, la Nación cada vez les retraen más recursos. Y además las crisis como las que estamos viviendo financiera, que tienen que ver con la recesión, la inflación, la pérdida del valor adquisitivo, hacen que las primeras cosas que se dejan de pagar son los impuestos municipales por ejemplo”.

“Obviamente que cuando las cuentas no cierran se entra meter mano y artilugios de esta manera para que se puedan seguir prestando, acá no es malo el municipio o la provincia, pero hay un desequilibrio tal de las cuentas públicas que se terminan generando más distorsiones todavía”, sumó.

El contador consideró que la presión sobre las provincias nunca ha cambiado y se ha venido agravando y la realidad es que ninguna provincia quiere discutir coparticipación porque nadie quiere resignar, ni provincias ni Nación.

“Uno puede estar a favor, en contra, querer más o menos, pero la provincia de San Luis es desde los últimos 20 años la única provincia que puede discutir cualquier cosa de Nación porque no la necesita, porque mal que nos pese es una provincia bien administrada, la única que puede hacer lo que quiera y la que menos paga de sueldos públicos de todo el país”, afirmó.

De esta forma indicó que “el problema no es bajar o subir impuestos sino cambiar la estructura impositiva, como es en los países desarrollados en Europa, porque en EE UU es cierto se paga menos impuestos pero yo no quiero ser como EE UU en ese sentido, quiero ser como Noruega o Suecia. Si el gobierno quiere avanzar en este sentido tiene que dar algo a cambio a las provincias”.

“Hay algo que atenta contra la idea de bajar los impuestos que es que duplicamos en un año y medio el déficit fiscal y si duplicamos el déficit y queremos bajar los impuestos ¿Qué hacemos? Vamos a tener que bajar el gasto y que hacemos, de donde recortamos”, preguntó.

“Y esto traería otros problemas y sabemos cómo termina eso porque lo hemos vivido, yo puedo estar de acuerdo o no con la política económica del gobierno nacional, pero si no hay una reactivación rápida de la economía y fuerte esto cada vez va a ser peor, porque el déficit fiscal aumenta, la actividad baja y el déficit entonces aumenta de vuelta y lógicamente termina en más ajuste y eso de nuevo frena la economía”, cerró.