Pablo Vidal, cuarentena en soledad

RIO GRANDE.- Desde hace cinco días Catalunya vive la cuarentena que dictó el Gobierno español para intentar frenar la pandemia del coronavirus que tanto mal le está haciendo al país; Barcelona ha cerrado todas sus fronteras, sus puertos y no queda otra que permanecer en sus hogares, y a nueve kilómetros de la plaza central de la capital catalana vive un fueguino, se trata de Pablo Vidal, el jugador de Futsal FIFA del Industria Santa Coloma quien aún no cumplió su primer año de experiencia en la mejor Liga del Mundo.

Pablito Vidal es abrazado por el Monito Vargas en la última cena que compartieron argentinos antes de la cuarentena dispuesta en toda España. Junto a ellos el Chuky Ferreira, Agustín Calleri, Sebastián Corso, otros amigos argentinos con sus respectivas parejas; estas salidas que ayudaban mucho en el día a día, se cortaron de raíz.

Vidal, al igual que el resto de los jugadores del García, antiguo nombre de uno de los clubes con mayor participación de la Liga española, deben permanecer aislados de todo, lo mismo sucede con el habitante común, sólo se le permite abandonar su domicilio para acudir al supermercado, farmacia o centro asistencial.
Y a Pablito lo agarró en su mejor momento, no sólo porque el equipo levantó su performance, ingresando al Final Four de la Copa del Rey junto a Barcelona, Betis y Jaén FS Paraíso Interior, sino que la vida social se hizo de un grupo de argentinos famosos que lo adoptó como uno más.
Hace un tiempo en una barbería de un argentino conoció al Monito Vargas, ex Velez Sarsfield y hoy defendiendo los colores del Español, y a través de él es normal que se juntasen todos los miércoles con Chuky Ferreira, también ex Velez y Agustín Caleri, ex Boca y todos en el elenco contra del Barcelona FC a cenar en algún bodegón de la ciudad, donde Pablito sumó a Sebastián Corso, el otro argentino del Industrias, y eso de golpe se cortó.
A la espera de levantar esta medida, la cual no tiene fecha estimada, el goleador fueguino comentó el relato de lo que está viviendo.
“Al principio la actividad continuó pero a puertas cerradas, jugamos el partido así ante el Barsa, luego se suspendió la Liga y sólo íbamos a entrenar al club; más tarde se suspendieron también los entrenamientos, luego comenzó la cuarentena obligatoria donde nos tenemos que quedar todo el día encerrados, no queda otra, por prevención estamos aislados de todos; se creó una psicosis bastante grande en la gente vaciando los supermercados y demás, pero fue en un principio, ahora se acomodó todo y no sólo que se ve poca gente en el súper sino que también en la calle, y eso también tranquiliza un poco, como que entendieron la gravedad del virus y todos colaboraron”.

  • ¿Cómo llevás el día a día?
  • El día pasa escuchando música, tomando mates, leyendo un poco, tele, series, teléfono, redes sociales, a veces todo es muy aburrido pero no queda otra; a veces la cabeza se te va pero bueno es cuestión de relajarnos y estar tranquilos hasta que pase todo esto, no queda otra que obedecer las disposiciones y quedarse encerrado, que quizás es lo que más me incomoda, no poder salir a tomar aire y llega un momento donde no aguantás más.
  • En el aspecto físico tenés alguna rutina?
  • Sí, el preparador físico del club nos envió por redes sociales una rutina intermitente que dura diez minutos y la cual debemos llevar a cabo en cinco oportunidades a lo largo del día, es un embole (risas) pero es lo que hay y debemos mantenernos en forma.
  • ¿Hay algún jugador con coronavirus?
  • Hasta el momento gracias a Dios no, tuvimos una charla con el doctor del club y nos comentó que posiblemente surja algún caso, ya sea acá en Industrias como en otro club pero que va a ser normal que haya algún caso, pero por ahora no ha ocurrido y esta cuarentena para nosotros es importantísima para que nada nos suceda.
  • ¿Tú única salida es entonces ir al súper?
  • Sí, uno se vuelve tan loco encerrado entre cuatro paredes que cuando voy al súper me como una fila enorme para poder ingresar, y solo ingresan cinco personas a la vez, pero me quedo media hora afuera como para tomar un poco más de aire; pero la verdad que no está bueno todo lo que se está viviendo acá.