La joven era estudiante del Colegio Kloketen y el 17 de mayo de 2012 falleció de manera trágica al caer al precipicio. La tía reflexionó que “esto es un homenaje para ella, pero también algo muy lindo para que la gente pueda pensar un poco sobre la vida”.
USHUAIA.- El lunes quedó inaugurado el mirador ubicado en calle Río Almanza del barrio Río Pipo, el cual se construyó en homenaje de Tania Rojas Valenzuela, una joven estudiante que concurría al Colegio Provincial Kloketen (actual Colegio Eva Duarte de Perón), y transitaba siempre por ese lugar, hasta que el 17 de mayo de 2012, cayó de manera accidental a un precipicio de 15 metros y falleció.
En el acto de inauguración del nuevo espacio público, estuvieron presentes Adolina Valenzuela, abuela de Tania y Marcela Valenzuela, tía de la estudiante desaparecida, quien expresó: “Esto es un sueño, un homenaje para ella, pero también algo muy lindo para que la gente pueda pensar un poco sobre la vida y para que los jóvenes tengan conciencia de sus pares”.
Marcela expresó que “me gustaría agradecer a los arquitectos, y a todas las personas que hicieron posible la concreción de este proyecto, que nos lleva a recordar lo que fue una tragedia el 17 de mayo del 2012”.
“Tania era estudiante del Kloketen y para ir al colegio, cruzaba por ahí, como tanta gente, y lamentablemente había un precipicio de 15 metros, pero hoy ya es un espacio que se recuperó con el aporte del municipio, donde realizaron un relleno para hacerlo más seguro y un espacio para reflexionar sobre la vida”, recordó Marcela.
La abuela, en tanto, recordó que “Tania no solo era mi nieta, era mi amiga porque nos entendíamos muy bien. Amaba jugar y estudiar”.
En la inauguración del lugar estuvieron presentes la secretaria de Planificación de la Municipalidad, Gabriela Muñiz Siccardi; el secretario de Asuntos de Malvinas, Daniel Arias; y el secretario de Relaciones Vecinales y Parlamentarias, Omar Becerra.
El espacio
El espacio que rinde homenaje a Tania cuenta con un muro para colocar placas y gráficas alusivas, un solado de hormigón armado, un muro de contención revestido en piedra sobre el cual se empotró una baranda metálica con columnas de distintos colores, bancos en madera de lenga, y a su vez, accesos con solado de pavimento articulado, contemplando las pendientes y escalones que permitirán absorber los desniveles del terreno para llegar a la vereda.
Respecto a los colores, indicaron que representan la energía, la humildad, el optimismo, la pureza, la creatividad, la fuerza y la serenidad, cualidades y valores que llevan a reflexionar y valorar la vida.