BUENOS AIRES (NA).- El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, remarcó que el Gobierno es “respetuoso de las recomendaciones” de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la detención de la dirigente kirchnerista Milagro Sala, pero deslindó responsabilidades en la Justicia de Jujuy y aclaró que es “ajeno” a lo que finalmente se resuelva.
“Somos respetuosos de las recomendaciones de la CIDH pero también de las decisiones de los jueces de la provincia de Jujuy”, expresó el funcionario nacional luego de que el organismo internacional recomendara al Estado argentino la prisión domiciliaria como alternativa para la detención de la líder de la Tupac Amaru, presa en el Penal de Alto Comedero desde enero de 2016.
En declaraciones a Radio La Red, el titular de la cartera judicial aclaró que el Poder Ejecutivo “sólo tiene la función de transmitir” la recomendación de la CIDH y que “en quince días las autoridades judiciales” de Jujuy tienen que dar su respuesta al planteo del organismo sobre las condiciones de detención de Sala.
Al respecto, aclaró que el Gobierno es “ajeno” a lo que se resuelva sobre la situación de la legisladora electa del Parlasur, aunque advirtió sobre “un fuerte sector vinculado al kirchnerismo que tiene en Sala una referente política” y que relaciona su detención a “aspectos políticos”.
“El caso no tiene que ser analizado políticamente. Acá hay una investigación contra la dirigente por fuertes sospechas de corrupción”, señaló el integrante del Gabinete en referencia a las causas judiciales por presunta asociación ilícita y fraude a la administración pública que pesan sobre la dirigente.
Garavano consideró que “hay que leer esta recomendación en una tónica humanitaria” porque “la morigeración de la prisión preventiva es por las condiciones en las que encontraron a Sala”, aunque subrayó que que “se están cumpliendo” con todas las medidas para “asegurar la integridad” de la dirigente.
Consultado sobre la posibilidad de que a Sala le sea finalmente concedida la prisión domiciliaria, el funcionario sostuvo que “en términos generales” la tobillera electrónica “funciona muy bien” y es una “herramienta muy valiosa para descomprimir” los centros de detención.