Miguel y Mercedes, una historia de vida en nuestra comunidad

Mi papá MIGUEL ÁNGEL MELIÁN, casado hace 53 años con MERCEDES ISABEL SÁNCHEZ. Mi mamá Mercedes, hija de DELFÍN SÁNCHEZ y de MARINA URIBE, nació en Río Grande el 20 de agosto del año 1950 e hizo sus estudios en el Colegio María Auxiliadora de esta ciudad. La historia comienza así…

Por Marina Patricia Melián.- Allá por la década del ´60, puntualmente en el año 1963, mi papá emprende viaje a la ciudad de Río Grande, desde su ciudad natal Merlo (Pcia. de San Luis), para cumplir con el Servicio Militar Obligatorio ya que había salido sorteado y, además, debían realizarlo por un período de dos años.

Su pasión siempre fue la música y el canto. En Merlo ya había conformado una banda en la que tocaba el bombo a los 18 años. Se llamaban “Diamantinos”.

Durante sus salidas de franco de servicio, con un grupo de compañeros, formaron una orquesta, así la define mi papá en su relato, la cual recibe el nombre de “Los Discómanos”, luego de haber debatido entre sus integrantes.

Entre ellos, su gran amigo Horacio David Surt, quien posteriormente y con el correr de los años se convertiría en su cuñado al casarse con la hermana de mi mamá, ALICIA CRISTINA SÁNCHEZ.

Década del ´60, Miguel con su banda “Los Discómanos” en Río Grande.

Así, los nombrados tocaban y cantaban en los locales bailables y confiterías que se emplazaban en la ciudad por esos días. Es así que en uno de esos recitales conoció a Mercedes, mi mamá, iniciando un noviazgo que finalmente culminaría con su casamiento.

Del matrimonio nacieron cinco hijos: JULIO CÉSAR, MARINA PATRICIA, ANDREA VIVIANA, PAULA NATALIA y MARCO ANTONIO, quienes, a través del tiempo, los convirtieron en abuelos y bisabuelos de catorce nietos y cuatro bisnietos.

Una vez que mi papá terminó el Servicio Militar y, a pesar de que se hacía muy cruel la distancia física que lo separaba de sus familiares, decidió radicarse definitivamente en Río Grande, donde empezó a trabajar en diferentes rubros, como por ejemplo en el puerto donde realizaba la estiba en los barcos; después trabajó por un período de trece años continuos en el Supermercado “SADOS”, dependiente de la Armada Argentina, hasta que cerró definitivamente sus puertas. Más tarde comenzó a realizar labores en el Aeropuerto local para la firma comercial “Jetpaq”.

En 1993 ingresó a uno de los trabajos con el que realmente se identificaría: ser Portero en la Escuela N°32 del B° Chacra II. En él podía brindar todo su espíritu solidario a toda la comunidad escolar, cuidar y mimar a los niños y docentes, ser el hombre orquesta, actor y cantante en los actos, como hacer todo tipo de arreglos en el edificio. Esto lo hizo por un periodo de veinte años ininterrumpidos, donde finalmente se produjo su ansiada jubilación.

Miguel en el BIM Nº 5 “Campaña en el Cabo Domingo”, año 1962.

Mi papá nos cuenta que la ciudad les ha permitido pasar momentos agradables y construir un gran sentido de pertenencia a la misma. En la actualidad continúan demostrando este sentimiento a diario. Pero, no todo fue camino de rosas, puesto que también vivieron tiempos de gran incertidumbre y de honda congoja. Sin embargo, nunca cesaron en lo que siempre fueron sus grandes valores, afrontando las adversidades siempre juntos y en familia.

Vivian en una pequeña casa, la que aun mantienen, ubicada en la Avda. 9 de Julio Nº949, entre Alberdi y Moyano. Con mucho esfuerzo y sacrificio lograron ampliarla y hacerla más confortable para poder criarnos dentro de un ambiente sumamente familiar. Era una de las últimas casitas que se encontraban en la avenida y después de ahí, solamente se podía observar un horizonte muy alejado y largo, con un descampado sumamente hostil, donde se reflejaba el frío que se producía y, además, muchos sectores cubiertos con agua, donde se formaban planchones de hielo y siempre se encontraba completamente repleto de nieve.

A través de éste relato queremos agradecer la posibilidad de hacer visible las vivencias e historias de los pobladores que nos precedieron en ésta ciudad y sobre todo la de Mercedes y Miguel, nuestros padres, grandes hacedores y arraigados riograndenses.

Un comentario sobre «Miguel y Mercedes, una historia de vida en nuestra comunidad»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *