A lo largo de dos jornadas, y enmarcado en el Plan de Capacitación y Formación para el Fortalecimiento Deportivo que lleva adelante la Agencia Municipal de Deportes, el exopuesto de la selección argentina de voleibol, Marcos Milinkovic, brindó una Clínica en el Polideportivo Carlos Margalot.
RIO GRANDE.- Con mayoritaria presencia de menores (de los clubes Universitario, Metalúrgico, Estrella Austral y ADeFu, además de las Escuelas municipales), el visitante pulió detalles técnicos, contó sobre sus dos décadas en el alto rendimiento y observó un par de encuentros jugados en la tarde del sábado.
Los objetivos
“La idea fue venir a compartir un rato con los jóvenes, contar un poco la experiencia de uno durante unos casi 30 años en este deporte. Que todo empieza con el trabajo, con el sacrificio, que nunca dejen de soñar, que tengan objetivos lindos, sea desde lo deportivo, en el estudio, más adelante en el trabajo. También me gusta transmitir los valores que me dio el deporte”.
“Nací en San Martín, en el Gran Buenos Aires, empecé en Sportivo Ballester, un equipo de cuarta división de la Federación Metropolitana, después pasé a Obras Sanitarias, en 1989/90, fuimos a jugar un partido de juveniles, la Copa Amistad, en Ferro, en Obras estaba el actual entrenador de UPCN (Fabián Armoa), me hablaron y ahí cambié de club”.
“A los 5/6 años de jugar en Primera tuve la posibilidad de ir a un equipo de la Segunda división de Italia, jugué más en el exterior que en Argentina. Conocí el voley internacional en un país que tiene la mejor Liga del mundo”.
“Tanto en clubes como en la Selección jugué de opuesto y de central, tuve la suerte de jugar con muy buenos jugadores. Mi mejor momento fue en 1998 a 2000, los últimos años en Brasil y los primeros en la A1 de Italia”.
“Antes de terminar mi carrera tenía ganas de jugar en el país, se dio lo de La Unión de Formosa, en 2007/08. En esa misma provincia jugamos el Preolímpico para los Juegos de Pekín 2008, y fue un golpe duro perder con Venezuela y quedar afuera de los últimos Juegos Olímpicos de los que podía participar. En el deporte se puede ganar y perder”.
Oro panamericano
“Lo más lindo fue la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995, la primera vez que lo ganaba el voleibol argentino. También destaco el acceso a las semifinales de Sydney 2000, y a los cuartos de final del Mundial de Argentina 2002, en este último caso podíamos haber jugado un poquito mejor frente a Francia, ellos hicieron un par de cambios, mejoraron su situación y nos ganaron, fue un momento duro, que lo tuvimos que sobrellevar”.
“En Buenos Aires Unidos (BAU), jugábamos de local en Once Unidos, en Mar del Plata. Eramos muchas figuras, no fue un buen año, hubo muchos quilombos y varios lesionados. Ese año (2012/13) la Liga tenía otros tres equipos muy buenos también (Bolívar, UPCN, Santana de Resistencia)”.
“Como entrenador debuté en la Universidad de Tres de Febrero (UNTreF), también dirigí unos años en el exterior. Hasta Río Grande me acompañó Gustavo Rodríguez, un amigo del vóley, habló con la gente de acá y nos vinimos. Vivo en Capital, por ahí voy a ver los entrenamientos, pero no estoy metido en el día a día de ningún club”.
“Me gusta más el actual sistema de puntuación, que se utiliza desde 1998, es mucho más dinámico, más lindo para jugar. El otro (Nota de la Redacción: para ganar el punto previamente había que estar en posesión del saque, y los sets iban hasta los 15 puntos, con diferencia de 2 o hasta un máximo de 17) era más largo, muchos partidos se volvían aburridos”.
