Luna de miel en cuarentena

Vanesa y Diego, son dos de los 320 argentinos varados en Cuba. actualmente están alojados en el Hotel Tulipán, en La Habana. Un viaje que debía ser un festejo de dos semanas, y terminó en cuarentena. Aislados, y en una isla, muy lejana a Tierra del Fuego.

Dos vecinos de Río Grande, entre los argentinos varados en Cuba.

RIO GRANDE.- Los pasajes de avión por Copa Airlains, ya quedaron como un souvenir más de un viaje del que Vanesa y su esposo Diego, aún no pueden regresar.
Llegaron a Cuba el día 13 de marzo a La Habana, con un itinerario que los llevaba desde el día 15 al Cayo Santa María, donde pasaron seis días, casi la mitad del viaje como estaba programado.
“Ya en el Cayo nos escriben familiares, contándonos que la situación del COVID-19 se venía complicando y nos pedían que habláramos con la empresa a la que le habíamos comprado los tickets aéreos, que consultáramos para cambiar el regreso, que en un principio era para el 29 de marzo”, relató Vanesa Delgado.
Ante la consulta, la empresa les aseguró con toda tranquilidad, que debían aguardar. La insistencia de los familiares, hizo que volvieran a comunicarse con la agencia: “Ahí ya nos encontramos con los vuelos de nuestra línea aérea Copa Airlines cancelada hasta el 21 de abril. Fue una locura”, narró la mujer.
El día 21 de marzo, cambiaron de hotel, como estaba acordado en el paquete, y se trasladaron a Baradero: “Una vez instalados, hablando con otros compatriotas empezamos a entablar diálogos diarios con sectores de urgencia de la embajada argentina en Cuba. Siempre se nos solicitó que nos quedáramos en los hoteles donde estuviéramos, pero el problema vino cuando nos pasamos de los días que ya estaban pagos. En nuestro caso era hasta el 27 de marzo. A pesar de eso, pagamos los días demás hasta el 1° de abril, y desde ese día decidimos los 20 argentinos que estábamos alojados en el hotel, todos unidos, entablar un diálogo con la embajada para que nos llevaran a La Habana con los demás compatriotas”, siguió el relato de Vanesa.
Desde ese día, están en el Hotel Tulipán, en La Habana: “Acá hay personas de todas las provincias argentinas. Nos encontramos con salteños, cordobeses, sanjuaninos, nosotros somos los únicos fueguinos, pero tenemos entendido que en el hotel Caribean hay tres personas más que son de Río Grande, Tierra del Fuego y están pidiendo también venir para acá, para que nos concentremos todos los argentinos en el mismo hotel”, explicó Vanesa.

El aislamiento
“Este es un viaje que yo le regalé a mi marido, por nuestro aniversario…”, recordó Vanesa, como buscando el inicio de la locura que hoy están viviendo. “Y todo se suspendió de repente, el 19 de marzo, cuando el presidente Fernández decretó el aislamiento por la pandemia. Quedamos acá aislados de todo. Desde ese momento, nosotros veníamos pagando 70 dólares la noche de hotel. Javier Figueroa, embajador argentino en Cuba, la solución dio fue traernos La Habana, a este hotel que hoy concentra a 320 argentinos”, indicó.
El lunes 6 de abril Diego Greco, esposo de Vanesa tuvo una nueva conversación con el embajador: “Fue después de que se armó un poco de revuelo acá en el hotel, porque estamos al día de hoy sin información de un vuelo certero desde el último que salió, que fue el 1° de abril. No tenemos información de nada, nadie nos dice nada. La comunicación con la embajada es de ida, pero cuando queremos consultar, no tenemos respuesta a las preguntas que hacemos”, expresó Vanesa, ya dejando ver su angustia.
Desde la embajada alegan que desde Cancillería de la Nación hay información: “Nos dicen que como están en una locación en la que no hay muchos casos, no estamos tan expuestos. Mientras tanto, acá no vino un solo avión de Aerolíneas Argentinas a repatriarnos. Los aviones que están haciendo las repatriaciones son aviones de Aerolínea Cubana. Todos los gastos de repatriación corren por nuestra cuenta; o sea que nosotros que ya tenemos pasaje, tendríamos que pagar otra vuelta, y es algo que está saliendo fortunas, porque son alrededor de cien mil pesos”, sostuvo.
Es que ese mismo lunes, los más de 300 argentinos que aún esperan una respuesta, decidieron manifestarse en el hall del hotel, grabar un video y subirlo a las redes sociales, el mismo, se viralizó.
“Decidimos plantearle a todos nuestros compatriotas lo que ocurre, a través del video, para llegar más lejos y tuvimos algo de éxito… los periodistas de varias provincias están ayudando a hacer eco. Pero por otro lado, en nuestro caso, somos papás de tres hijos, todos adolescentes. Hoy la preocupación máxima está puesta en nuestro hijo menor Mateo, de 16 años que está en Río Grande, ya que Nicolás y Florencia están estudiando en Buenos Aires. Mateo, está bajo el cuidado de su abuela, de 80 años y sabemos la preocupación que esto produce en nuestro grupo familiar en tiempos de cuarentena, y nosotros lejos. Los padres de mi esposo son muy adultos y forman parte del grupo de riesgo”, detalló la mujer.
Como si fuera poco, otros inconvenientes se suman a la situación ya desesperada: “Encima está la incertidumbre del día a día, de no saber cuándo vamos a volver, mis tres hijos preocupados por lo que pasa. Pero además, acá no tenemos elementos de higiene personal. Se nos acaban cosas como el shampoo, el jabón, la pasta de dientes, y son elementos difíciles de conseguir aún para quienes viven acá. Después, la medicación. Yo soy hipertensa, y tengo problemas pulmonares, no tengo hoy la medicación adecuada para todos mis tratamientos, me dan de tres o cuatro pastillas”, dijo Vanesa.

Final incierto
Aunque en el hotel, la atención es extraordinaria, la ansiedad crece con cada día que pasa lejos de casa: “A todos los huéspedes nos controlan la temperatura, lo mismo que la tensión arterial. Estamos super cuidados, no hay un solo argentino con síntomas de coronavirus, ni nada. El gran problema, para nosotros es el estar varados. Y lo que nos mata es la incertidumbre, la falta de respuesta. La verdad, estamos desesperados”.
Una vez que lleguen a Buenos Aires, sin embargo, la odisea no habrá terminado, quedan 3 mil kilómetros, más otras dos semanas de aislamiento, y seguramente dos más al pisar suelo fueguino: “No sabemos cómo vamos a hacer, porque creo que Aerolíneas Argentinas no está volando a Ushuaia ni a Río Grande. La verdad es un abandono total el que estamos sufriendo de parte de la presidencia argentina”, concluyó.