Los tres refugios que miran a los glaciares de Pampa Linda

A unos 80 kilómetros de la ciudad de Bariloche, en Pampa Linda, una zona ubicada en la base del cerro Tronador y dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, se enclava el punto de partida de travesías que conducen a tres magníficos refugios de Bariloche, el Otto Meiling, el Agostino Rocca y el Laguna Ilón, además de ser la ubicación para el inicio de una gran cantidad de caminatas breves.

TELAM.- Este circuito de refugios, que cautiva año tras año a miles de personas experimentadas y a otras muchas motivadas por la curiosidad y metas de superación, se distinguen por presentar en uno de sus tramos una vegetación distinta a los tradicionales bosques de coihues y por tener uno de los hospedajes de montaña de mayor altura.
El sendero más extenso es el que lleva al refugio Otto Meiling, una construcción de hormigón armado y madera, con un techo a dos aguas y un no sé qué que recuerda al hogar propio, que se asoma tras unos 14 kilómetros de caminata y poco más de 1.000 metros de desnivel.
“La particularidad del Meiling es la extraordinaria vista a los picos del Tronador. Es el refugio más alto de todos, con unos 2.000 metros sobre el nivel del mar, y está entre los glaciares Alerce y Castaño Overa, al borde de las nieves permanentes”, describe a Télam Juan Pablo Ordóñez, presidente del Club Andino de Bariloche (CAB), que gestiona los tres refugios.

Los primeros dos tercios de la picada transcurren dentro del bosque, señalizados con carteles y marcas amarillas, y el último tramo se abre por terreno pedregoso con marcas en las piedras y continúa en una cresta entre los dos glaciares.
n el refugio es posible reservar excursiones para conocer los inmensos bloques de hielo desde otras perspectivas, ya sea escalando el Castaño Overa o cruzándolo para alcanzar el mirador del imponente Ventisquero Negro, caminando por el lomo entre los glaciares Alerce y Frías, o ascendiendo unos 200 metros de altura hasta Punta Cóndor, uno de los más impactantes puntos panorámicos del cerro Tronador y sus glaciares, entre otros atractivos.
El otro refugio es el de Laguna Ilón, un camping moderno basado en domos al que se accede tras ocho kilómetros de caminata, con un tramo de ascenso pronunciado, y es la puerta de entrada a la Mirada del Doctor, que regala un punto panorámico impresionante del lago.
El refugio Rocca es el refugio más nuevo y se arriba tras un trekking de 14 kilómetros sin mayores dificultades y con increíbles vistas del cerro Constitución, los picos argentino y chileno del Tronador y el glaciar Frías, por dar solo algunos ejemplos.

Interior Refugio Otto Meiling.

Entre las caminatas que se pueden realizar desde este punto, se destaca el Paseo de las Cascadas, un sendero corto, de unos 15 minutos, que dirige a un plano muy grande que se encuentra debajo de la abrupta pendiente del filo del Tronador, que separa del glaciar Alerce.
Los tres refugios pueden conectarse sin descender, en un circuito que debe ser guiado por un profesional, dado que tiene un tramo que atraviesa un glaciar y requiere de equipo específico.
Estas picadas entre refugios “se despliegan al límite de la vegetación, entre los 1.400 y 1.600 metros, más o menos, entre rocas”, expresa Ordóñez, aunque destaca que “siempre hay alguna florcita o alguna planta que no se sabe cómo sobrevive agarrándose de la piedra, pero que resiste pese a las inclemencias climáticas”.

Existe otra travesía que conecta el refugio Rocca con Puerto Blest. Se trata de un recorrido único dado que, a diferencia de las vegetaciones que habitualmente conquistan la mayoría de los senderos y en los que predominan los coihues, este recorrido se sumerge en la exuberante selva valdiviana y,
si bien, es una travesía extensa, no presenta grandes dificultades.

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