Los jóvenes y la pastilla del día después: “Todavía hay mucha hipocresía y desconocimiento”

“Cuando una adolescente se embaraza todos se espantan, y se preguntan cómo no buscó algún método habiendo tantas opciones, pero la realidad es que no está garantizado el acceso”, afirma la doctora Patricia Padinger. Experiencias de jóvenes y el acceso a la pastilla del día después, en farmacias y centros de salud públicos de Río Grande.

RÍO GRANDE.- “¿Tuviste un accidente? Si yo fuera tu madre te cacheteo”, le dijo la enfermera de un centro de salud de Río Grande a Catalina, una adolescente del Colegio Laureano Maradona, que fue con una amiga para obtener la píldora de emergencia, más conocida como pastilla del día después, utilizada para evitar embarazos no deseados, que se reparte gratuitamente en todos los hospitales y centros de salud públicos de Tierra del Fuego y del país.

La adolescente había ido al periférico como parte de una consigna del taller de salud sexual a cargo de la doctora Patricia Padinger. La médica les pidió a los chicos que se acercaran a un centro de salud para experimentar cuál era el acceso real que tienen a la pastilla de emergencia. “La enfermera me dio un sermón y al final me dio la pastilla y me hizo tomarla delante de ella, me dio un vaso de agua y me dijo `tomate la pastilla´”. Catalina no la necesitaba, y la experiencia, no solo le generó temor, también la desalentó. “Después de eso ya no sabía si poder volver a un periférico si lo necesitaba o me dirían que no, que ya tendría que haber aprendido la primera vez”.

La Anticoncepción Hormonal de Emergencia (AHE), aprobada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es utilizada cuando no hubo protección durante el acto sexual o falló el método anticonceptivo habitual. Según se indica en el prospecto de las distintas marcas, impide la fecundación hasta 72 horas después de haber tenido una relación sexual.

Tamara, de 17 años, está de novia hace casi diez meses. “Tuve un accidente por no cuidarme y entonces fui a buscar la pastilla del día después a una farmacia, y no me la quisieron vender porque me la tenían que dar bajo receta” contó y cuestionó que “sin embargo si pedís una pastilla para el dolor de cabeza no te piden receta, pero si pedís ayuda porque te pasó esto y no querés quedar embarazada, sí te piden receta”.

Para Juliana la experiencia en otro centro de salud público, fue distinta y no solo se fue con la pastilla del día después, sino también con información de cómo cuidarse para no tener que volver a recurrir al método de emergencia. “Fui acompañada de dos compañeras y me dieron un muy buen trato, me preguntaron si yo quería hacerlo confidencial, la doctora y yo, o si quería estar con mis amigas; cuando entré me preguntó qué inconveniente tuve, le conté, y ella me respondió que tenía que tener más cuidado. Me dio preservativos, y me recomendó que empiece a tomar pastillas anticonceptivas. También me explicó cómo se utilizan todos los métodos anticonceptivos. Me generó confianza y tranquilidad”.

La doctora Patricia Padinger recordó en FM del Pueblo que hace diez años un juez prohibió la distribución y luego la venta en farmacias de un tipo de presentación, el Levonorgestrel de una sola dosis, pero no la desdoblada. “Hecha la ley hecha la trampa”. Luego de cinco años el fallo se revirtió y hoy se venden en farmacias, y se entregan de manera gratuita en hospitales y centros de salud. Desde entonces –afirma- las experiencias son distintas, algunas farmacias la venden bajo receta y otras no. Y en los hospitales y centro de salud el acceso no es tan sencillo para los adolescentes. “Hay mucha hipocresía “, afirma.

“Lo importante con respecto a la anticoncepción hormonal de emergencia es que hay una hipocresía de adultos, cuando una joven menor de 18 años se embaraza todos se espantan y dicen `se embarazó´, `por qué no buscó otro método habiendo tantas cosas´, nos espantamos del embarazo adolescente. Pero la realidad es que no tienen acceso, no está garantizado el acceso”, asegura Padinger.

Para la especialista en temas de educación sexual no alcanza con tener una pastillita, se necesita el acceso. “Y el acceso se tiene con educación sexual integral en las escuelas, padres hablando con los chicos y que los chicos sepan que pueden acceder a una pastilla para evitar un embarazo y que esa pastilla no es abortiva que es lo que al principio se quiso hacer suponer”.

La médica recordó que “la pastilla es muy efectiva en las primeras doce horas, pero después se va perdiendo la efectividad con los días. Es muy importante que los chicos se cuiden con anticonceptivos comunes, si no se cuidaron es obligación nuestra y de los chicos el derecho, que puedan cuidarse de otra manera que es tomando la píldora de emergencia”.

Padinger remarca que “es de emergencia, eso quiere decir que es excepcional, no es el mejor método para cuidarse, pero si es buen método para evitar un embarazo no deseado. Y lo ideal es tomarla en las primeras 12 o 24 horas porque es más efectiva”.

Para ello están habilitadas las guardias de los hospitales públicos, la guardia del centro de salud de Tolhuin las 24 horas y los centros de salud barriales en sus horarios habituales. “En todos deberían ser recibidos los chicos, y deberían poder acceder a la pastilla”, destaca.

Sin embargo no es la realidad que se da en todos los casos, o no siempre ocurre de la mejor manera para los jóvenes, y en algunos casos hasta para los adultos. “Como siempre sabemos y yo he recibido denuncias por el 0800 de la línea de salud sexual, de chicos que han ido a la guardia y les han dicho, ´eso no es acá´ o `atendemos cosas más importante´, los mandan a retirarla el lunes, cuando le estamos diciendo a los chicos que tienen que tomar la primera dosis antes de las doce horas y no se la dan”.

Padinger cuestiona también la posición que han adoptado la mayoría de las farmacias de la provincia y los entes que controlan. “Una cosa es lo legal y otra es la práctica y el uso corriente, lo legal es como todo medicamento se venden bajo receta. Si yo le pregunto a cualquiera si fue a comprar Amoxidal a una farmacia y el farmacéutico se lo dio, y también es venta bajo receta, pero se la dan. El Ibupirac y la Buscapina también son de venta bajo receta, y te la dan. Ahora, vos vas a buscar la anticoncepción hormonal de emergencia y sobre todo si la busca un joven, no se la dan y los sacan corriendo”. “Detrás de eso legal que es venta bajo receta, mucha gente es hipócrita”, remarca.

Sin embargo destaca que “trabajé con los farmacéuticos muy bien durante un tiempo y ellos me decían, es venta bajo receta, estuvimos trabajando sobre el acceso y se convencieron, accedieron a dar sin receta. Un día Fiscalización Sanitaria les cayó con un par de inspecciones y les cobró una multa de 3 mil o 4 mil pesos a un par de farmacias, por supuesto los farmacéuticos me llamaron enojados. Lo lamento por los farmacéuticos que lo hicieron de muy buena onda poniendo el derecho de los chicos por encima de la letra chica de la ley. Fui a hablar a fiscalización y me dicen ´yo hago cumplir la ley´. Se escudan en eso, pero no hacen la inspección del Amoxidal que dan sin receta, el clonazepam que dan sin receta. Escudarse detrás de la ley es joder a los pibes”.

Para la especialista falta educación sexual tanto en las escuelas como en los equipos de salud y en los profesionales. “Todavía seguimos pensando que tenemos el poder de decidir nosotros qué es lo que necesitan los chicos”, lamenta.