Laguna Seca: estudios técnicos, proyectos en el olvido y obras que hasta el momento no se realizaron

Nuevamente, el polvo en suspensión de Laguna Seca genera problemas en la ciudad.

Como ocurre cada verano, vecinos de distintos sectores de la ciudad tienen que lidiar con el polvo en suspensión que el viento traslada desde las lagunas Los Cisnes y Seca. Cada verano, también, se prometen soluciones. Problemas respiratorios, de visión y alergias son algunas de las dificultades de salud que acarrea esta situación.

RIO GRANDE.- A través de las redes sociales, vecinos de diferentes sectores de la ciudad denunciaron ayer los problemas que genera el polvo en suspensión proveniente de las lagunas Los Cisnes y Seca. La situación se repite cada verano, como las promesas de solución que aún no llegan.

Desde fines de los años 90, los sistemas lagunares de las zonas norte del ejido urbano experimentan un pronunciado desecamiento en la época estival, en coincidencia con veranos secos.

Es por eso que, las lagunas “Los Cisnes” y “Seca”, a partir de esos cambios, y dado que su material del lecho está conformado por limos, arcillas y arenas finas, es activamente transportado por los vientos que dominan la región, generando inconvenientes ambientales de distinta índole, afectando a la población y la operación del aeropuerto local por falta de visibilidad, al igual que el tránsito por la ruta nacional Nº3 en ese sector.

Convenios y estudios

Uno de los antecedentes normativos más cercanos sobre la problemática se remonta a la ordenanza Nº 1374 del año 2000, en el que se autorizaba un convenio para el mejoramiento de las lagunas Seca y de Los Cisnes.

El acuerdo impulsaba un trabajo conjunto entre la Municipalidad y el equipo de Genética de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto (Córdoba).

La ordenanza mencionaba que, por ese entonces, el Departamento de Recursos Hídricos de la Provincia realizaba un estudio de factibilidad para “humedecer” las lagunas, mediante la ejecución de un entubamiento desde el Río Grande y/o utilizando un canal natural con fijación de márgenes.

Para el Ejecutivo municipal se trataba de la “única alternativa ante el fenómeno”, aunque por la demora del Gobierno en la realización de ese estudio se proponía una “nueva alternativa basada en estudios realizados en otras provincias, y a considerarse en cuanto a su viabilidad, presupuesto y al tiempo que demande obtener la solución definitiva a este problema”.

¿Qué proponía este convenio?: pastos híbridos. Es decir, una cruza de trigo y centeno, producto de distintos experimentos que desarrollaba la Facultad de Agronomía de Río Cuarto, y cuya característica principal es la de crecer tanto en un terreno árido como bajo una superficie de agua.

El acuerdo aconsejaba encarar un estudio para determinar si era factible la implantación de estos “pastos híbridos” en la superficie de la Laguna Seca y Laguna de los Cisnes “con lo que se reduciría notablemente y en un lapso aproximado de dos años, los efectos de voladura de tierra que afecta a nuestra ciudad”.

La laguna Los Cisnes ocupa una superficie aproximada de 350 hectáreas. El resto de la cuenca está compuesta por las lagunas del Peñón, Seca, Larga, Redonda y Don Bosco que suman unas 1.200 hectáreas aproximadamente.

Proyecto de acueducto, sin respuesta

En diciembre de 2016, el concejal Alejandro Nogar elevó al Gobierno provincial un informe técnico que proponía tres alternativas para resolver el desecamiento que se produce hacia fines de la primavera y principios del verano, provocado principalmente por las escasas lluvias y los fuertes vientos.

Una de las propuestas planteaba la construcción de un acueducto para el llenado de la Laguna Los Cisnes.

Sin embargo, el estudio proponía además dos alternativas para resolver la problemática en el mediano plazo: la revegetación de los cuencos de agua y el manejo ganadero.

Revegetación

A través de la revegetación, se establecía como objetivo mejorar la estabilidad del suelo y protegerlo contra la erosión hídrica y la eólica, regenerando el hábitat perdido.

“Es un proceso que permitiría el paso potencial de la superficie de suelo desnudo a suelo con cobertura vegetal, aumentando hasta un 50% de cobertura. Esto disminuiría sustancialmente la voladura del suelo, atenuando los impactos negativos que esto ocasiona en la ciudad de Río Grande”, explicaba el informe.

Y se remarcaba que técnicamente se trata de “una práctica sencilla de bajos costos económicos y de inmediata respuesta”, señalando que para la revegetación “se podría realizar previamente un estudio edáfico donde se determinen las aptitudes del cuenco y las zonas de mayor potencialidad para ser intervenidas sin necesidad de tener que realizar mayores prácticas agronómicas más que la siembra”.

La revegetación se podría hacer de dos maneras: por un lado, mediante la utilización de un cuatriciclo con una desparramadora de semilla; o de forma manual caminando por aquellos lugares que no admiten el ingreso de equipos o maquinarias.

Las especies de semillas que se proponía utilizar eran especies que se encuentran naturalizadas en Tierra del Fuego “ya que han sido introducidas hace tiempo en la isla”, mencionando entre ellas al Phleum pratense (timote); Hordeum sp (cola de zorro) o el Melilotus officinalis (trébol de olor).

Manejo ganadero

El informe presentado por el concejal Alejandro Nogar señalaba que el cuenco denominado laguna de Los Cisnes “se encuentra con hacienda vacuna durante tres/cuatro meses en el año; y coinciden con los meses donde se presenta mayor ocurrencia la voladura de la laguna”.

“El manejo del ganado conjuntamente con la revegetación son dos factores que a futuro permitirían disminuir la gran superficie de suelo desnudo que posee la laguna y potencialmente poder pasar de unas 300 hectáreas a unas 100/150 hectáreas menos de suelo desnudo en el mediano plazo”, detalla el documento.

La revegetación del perímetro de la laguna, necesariamente debe ser manejada ante la presencia del ganado con el fin de evitar cualquier alteración y una degradación del ambiente. Necesariamente se debiera crear una zona de exclusión total al ganado y una zona de pastoreo controlado.

Acueducto

El informe técnico de 2016 sugería que “en el supuesto caso que se ejecutara el proyecto del llenado de la laguna mediante la construcción de un canal, este debiera realizarse mediante el entubado del acueducto”.

“Lo anterior se fundamenta en diversas razones y factores, principalmente la alta evapotranspiración y la presencia de animales en toda traza, la cercanía de los barrios y el potencial riesgo que conlleva para las personas especialmente los niños”, señala el documento.

Y se aclaraba que “si bien la práctica de un canal a cielo abierto y un entubamiento difieren económicamente, la minimización de los potenciales riesgos justificarían los mayores costos del entubado”.

“Además existen otros parámetros a tener en cuenta en el caso de que se realice un canal a cielo abierto. Al existir animales a lo largo de toda la traza del canal se debiera colocar a lo largo del mismo un alambrado con el fin de evitar el acceso de los animales. Esto a su vez, conlleva gastos y mantenimientos que debiera ser contemplado en el proyecto. De igual modo, se debiera tener en cuenta la construcción de puentes para que los animales de pastoreo puedan cruzar para alimentarse a ambos lados a lo largo de la traza del canal”, agrega el escrito.

Gobierno y su propuesta

En mayo de 2016, el Gobierno presentó una propuesta técnica para solucionar el problema hidroambiental de Laguna de los Cisnes y Seca.

A través de la Dirección General de Recursos Hídricos, de la Secretaría de Ambiente, Desarrollo Sostenible y Cambio Climático encaró una serie de estudios técnicos cuyos resultados fueron presentados en el Centro Cultural Yaganes se de Río Grande.

Según detalla una gacetilla de prensa del Gobierno, la exposición estuvo a cargo del secretario de Desarrollo Sostenible y Cambio Climático, Mauro Pérez Toscani; el director General de Recursos Hídricos, Gerardo Noir y del equipo de profesionales y técnicos especializados que forman parte de la Dirección General de Recursos Hídricos.

“Vinimos a dar a conocer a la comunidad de Río Grande estos estudios y las obras que son necesarias y que se realizarán para poder tener, a mediano plazo, una solución definitiva a este problema en aproximadamente un periodo de entre ocho a diez meses, a partir de inicio de las mismas”, declaró en ese entonces el secretario de Desarrollo Sostenible, Pérez Toscani.

En relación al financiamiento de las obras, el funcionario detalló que “se encuentra dentro del paquete de obras que ha gestionado la Gobernadora Bertone ante la Nación, por medio del Ente Nacional de Obras Hídricas y Sanitarias, por un monto de inversión de 350 millones de pesos”.

“Cabe destacar el trabajo realizado por los profesionales y técnicos que pertenecen a la Dirección General de Recursos Hídricos, los cuales han realizado los estudios necesarios para conocer en profundidad el sector afectado, brindando los detalles técnicos necesarios para la selección de las alternativas y solución de la problemática que perjudica a la ciudad de Río Grande”, detallaba la información oficial.

Respecto a las características técnicas de las obras, el director General de Recursos Hídricos, Gerardo Noir, explicó que “se consideran aquellas obras que son viables desde no solo el punto de vista técnico, sino que también desde lo ambiental y económico”.

“La conclusión a la cual permitió arribar el estudio, y acorde a los que ya se habían llevado a cabo por esta Dirección a finales de los años 90, es la necesidad de realizar una serie obras civiles para efectuar en un trasvase de cuenca desde el río Grande a la Laguna de los Cisnes y Seca, como así también se consideran las posibles derivaciones de los excedentes hídricos resultado de los drenajes pluviales de barrios vecinos”, dijo el profesional.