La XXVI Edición quedó otra vez inconclusa por el viento

RIO GRANDE.- Los 25 años bajando el río Grande no fueron una excusa para el viento que desde la madrugada del lunes comenzó a soplar con mayo intensidad y obligó al Club Náutico Ioshlelk Oten a levantar la segunda etapa, desde estancia Aurelia a inmediaciones del puente de la ruta Nacional Nº 3.

La primera parte de la travesía había arrancado el domingo a las 8 de la mañana desde el campamento que se organiza en inmediaciones a estancia Onamonte y había concluido sin problemas esa misma tarde, es más, todo había acontecido con normalidad, habían bajado en un grupo muy homogéneo entre el encargado de abrir el río con el que lo cierra -todos los remeros deben estar en el medio de estos dos-.

Esa misma tarde la gente de Defensa Civil de Río Grande le había informado a los organizadores que esperaban fuertes vientos para el lunes a la mañana y que iba a ser casi imposible de poder navegar; de todas maneras aguardaron hasta las primeras horas de ayer para tomar la determinación esperando que falle el pronóstico, sin embargo cerca de la medianoche comenzó a soplar cada vez más fuerte y a las cinco de la mañana cuando se levantaron los organizadores, se dieron cuenta que era imposible navegar y comenzaron a atar los kayaks para que no se vuelen.

Cerca de las 06:30 se acercó la gente de Prefectura Naval Argentina y por si quedaban algunas dudas, no autorizó a que pusiesen los botes en el agua, algo que no iba a ocurrir pero de todas maneras era válida la determinación de la gente que vela por la seguridad de los participantes.

Esta vez no hubo ni una queja, algo frecuente en otras ediciones cuando el Raid no pudo continuar, todos entendían que era imposible continuar con la travesía con semejante viento, por lo que de inmediato los organizadores volvieron a la ciudad en busca de los carros para llevar las embarcaciones a la sede del Club.

Al cierre de esta edición, los Amigos del Agua estaban realizando el cierre del mismo con la cena de camaradería que los acostumbra como todos los años, y en la cual se distingue a todos los participantes, sobre todo a aquellos que llegan por primera vez a la provincia en busca de esta aventura, y que se mostraron sorprendidos por la intensidad del viento, ya que si bien estaban alertados de la forma en la cual soplaba en esta ciudad, nunca se imaginaron que iba a ser tanto.

Un poco de historia. Esta es la segunda vez en los 25 años que llevan los Amigos del Agua organizando este evento que se ven obligados a abortar antes de iniciar la segunda etapa, la anterior fue en la Edición XXIII cuando por el viento tampoco los dejaron zarpar.

Anteriormente los organizadores se vieron obligados a cortar la misma en plena travesía en diferentes puntos del río, tal cual ocurrió en el 2011 cuando sacaron a todos los remeros del agua en el puesto 26 de María Behety, es decir, cuando habían navegado sólo una hora y habían tenido innumerables accidentes con embarcaciones que se dieron vuelta, para finalizar un Raid en Puertos de Palos, pero levantar el Raid antes que se ponga en marcha el segundo día de travesía solo una vez.

Vale recordar que para esta oportunidad no hubo que lamentar la suspensión de la regata, ya que la misma no estaba contemplada en el reglamento y las veces que estuvo contemplada, el viento siempre fue el mismo y obligó a la suspensión de la misma pese a las caras largas de los remeros; desde el 2006 (XVI Edición) que no se realiza la etapa competitiva del Raid.

Vale recordar que tanto en el año 2007 como en el 2008, la gente de Prefectura Naval Argentina suspendió las ediciones debido al viento, por lo que el Club Náutico decidió a partir de 2009 no realizar más la etapa competitiva, y así pasaron cuatro años hasta que en este 2013 volvieron a incluirla dentro de la XXIII Edición, pero así y todo no hubo caso, el viento otra vez jugó siempre una mala pasada.

Momento de relax durante la primera jornada de navegación. Foto Fabián Leiva.
Momento de relax durante la primera jornada de navegación. Foto Fabián Leiva.