La Vuelta volvió a ser la fiesta deportiva de la provincia

Los 4×4 brindaron una verdadera fiesta en la XXXV edición. (Ph: Franco Pereyra).

RIO GRANDE.- Ya han pasado más de 24 horas de la consagración para los vencedores de la 35ª edición de la Vuelta a la Tierra del Fuego, a pesar de que cuando hablamos de esta carrera, todos salen como ganadores más allá de los resultados.

Nicolás Kutulas (Husqvarna) y Daniel Cárdenas (Honda) fueron los que levantaron la copa tras adjudicarse la general, tanto en motos como cuatriciclos, pero la realidad marca que en realidad fueron muchos los que festejaron una victoria.

Desde los inicios de la Vuelta hay una mística que te lleva a cumplir el mero objetivo de dar la Vuelta y lograrlo te lleva más allá. Es que nunca faltan los imponderables, problemas mecánicos, caídas y muchas otras variables que hacen de la VTDF el evento que más gente moviliza durante el año calendario.

Justamente el público, las familias, los auxilios hacen de la carrera ese hecho inédito que año a año nos mueve como ningún otro hecho deportivo. Verlos enfervorizados en cada parte del camino, indicando y colaborando con cada uno de los aventureros que se le animan a la Vuelta se hace inolvidable.

Hay cambios. Pasos hacia el profesionalismo. Tener al campeón argentino valorizando la carrera y ganando la edición, no solo visibiliza todo el potencial que tenemos a nivel turístico, sino que deja en evidencia la capacidad para organizar y llevar adelante un evento que a partir de la aparición del Stop & Go ha ganado en dinamismo. Eso le aporta seguridad.

En lo que fue el trámite lo manejó a la perfección. Eso no lo eximió de recibir golpes en la dureza propia de la Vuelta. Se cayó dos veces fuertes, supo resistir y mantener la cabeza fría. Se enfocó en lo que quería desde el inicio sosteniendo la mirada fija en la victoria.

Lo del riojano Diego Llanos también fue sensacional. Se ajustó al timing propio que requería la carrera con sólo 100 kilómetros en la espalda, supo exprimir habilidades y disminuir defectos, acompañado por Kutulas que el segundo día lo fue llevando desde atrás mostrándole la intensidad que meritaba la jornada.

Gastón Martínez se dio el gusto. El fueguino, al que siempre le costaba redondear, voló el segundo día luchando mano a mano con los foráneos a puro talento. Llegó primero al Valdéz e hizo lo propio dando el zarpazo sobre los últimos metros rumbo al “José Menéndez”, para culminar tercero respirando en la nuca de Llanos.

Se esperaba quizás algo más de Gastón Leonardelli, ganador en 2015 y monarca provincial, pero su impecable ritmo lo dejó un escalón debajo del trío de punta. Tanto Raúl González como Diego Jerez, por su parte, sufrieron la exigencia física poniendo en valor la seguidilla histórica que los posicionan como los hombres de la Vuelta, representando a Ushuaia y Río Grande.

Gran retorno de PJ Onyszczuk, volviendo a la Vuelta con una segunda etapa muy buena, para coronarse sexto. Federico Velázquez voló en la parte rápida de Río Grande, pero nuevamente la suerte lo dejaba con las manos vacías.

La contienda entre Brizuela y Aguilar en Moto Open fue para alquilar balcones. El Team “A Raja Pelada” consiguió finalmente imponerse por un minuto 18 segundos en frenética definición, al igual que la de ATV 4×4, con el bautismo para Orellano por sobre Vega de Ushuaia. Menos de un minuto fue la brecha en este caso.

Lo de Daniel Cárdenas pone las cosas en su lugar, o por lo menos reconoce a los que intentan siempre más allá de las circunstancias. El “Terrible” tuvo un mal clasificatorio aunque se redimió en la etapa inicial largando desde el fondo. Apretando como él sabe fue para adelante mientras los Bronzovich perdían la referencia y al no tener perseguidores inmediatos regulaban, en demasía, como ellos mismos lamentaron en la llegada.

Experiencias, años o simplemente errores que antes podían no definir una Vuelta, pero la actualidad demuestra que hoy las cosas han cambiado y el profesionalismo empieza a llegar al Fin del Mundo.

Párrafo aparte para la premiación en el Jorge Muriel de Río Grande, una fiesta para ponerle la frutilla al postre con la despedida de la Comisión de Germán Núñez.

Son leyenda

Lewis en motos y Baeza en ATV fueron los legendarios que inscribieron su nombre una vez más en lo más alto del podio. Marcelo se adjudicó la Moto Master con buena ventaja sobre el dakariano debutante: Laurent Lazard, que con The Ferné Team no sólo cumplió el objetivo, sino que se lleva una copa para Uruguay.

“Titín” Aguilar volvió a largar una más, llegando a las 35 en 35, imponiendo un monumento para figuras de este calibre en Rio Grande.

La gente

Tanto Nicolás Kutulas como Diego Llanos, los foráneos que se subieron a los dos escalones más altos del podio, resaltaron la pasión del público fueguino.

Vital e indispensable para mantener la esencia de la Vuelta a lo largo del tiempo, el público cautivó al salteño ganador del fin de semana: “Es algo diferente correr acá, no es lo mismo a las otras carreras que tengo en el año. A veces venís cansado y seguís gracias a la fuerza de la gente”.

Llanos, en tanto, destacó el “acompañamiento que uno tiene a lo largo de toda la carrera” y el gran recibimiento que tuvo, redondeando con un segundo puesto súper positivo.

“Vuelvo por la gente”, la frase de Kutulas que resume todo.

Una definición en el escritorio

Si bien en el arribo al Destacamento “José Menéndez” se capitulaba como ganador del segmento de Moto Novato a César Méndez, una denuncia con foto cambió los resultados finales.

Francisco Vargas, que había finalizado segundo, ascendió a la posición de privilegio con la penalización de cinco minutos para Méndez y se encontró con la victoria en el debut.

Hasta el año que viene

Como siempre que se termina, al igual que el Gran Premio de la Hermandad, empieza a asomar esa nostalgia de volver a los talleres y las rutas para disfrutar de la Vuelta.

Ese sentimiento difícil de explicar nos llena. No desesperen. Faltan 364 días para la edición que viene.