La T y La M y el orgullo de “llevar la bandera de que los sueños se cumplen”

La T y La M, el dúo conformado por Tobías Medrano y Matías Rapen que se volvió aún más viral durante el Mundial de Qatar y logró traducir este año ese fenómeno a un teatro de la calle Corrientes como el Gran Rex, señala con orgullo el haber alzando “la bandera de que los sueños se cumplen y que las cosas son posibles”, al conversar con Télam sobre su historia de antes y después de la fama instantánea.

En el nuevo video del nuevo single “En Otra”, sucesor de los exitosos “Un montón de estrellas” y “No se va”, el cantante Tobías Medrano y el tecladista y productor Matías Rapen son asediados por los fanáticos y reporteros gráficos al bajar de una limusina y pisar una alfombra roja, pero con las sonrisas dibujadas como quien está viviendo, ni más ni menos, que el sueño de sus vidas.

“Siempre digo que para llegar al éxito hay que trabajar mucho y nosotros laburamos mucho para estar acá, aunque lo que nos está pasando supera todas nuestras expectativas”, señaló Rapen, oriundo del partido bonaerense Florencio Varela al igual que su ahora “hermano y amigo” Medrano sobre esta nueva cumbia que narra el desencucentro amoroso del cantante con una chica que no lo consideraba su “primera opción”.

Luego de un primer intercambio a través de internet y por recomendación de un amigo en común, el cantante y el tecladista finalmente se conocieron personalmente en el 2020 en el estudio de grabación que Rapen tiene en su casa familiar: “Conectamos al toque. Grabamos tres covers y cuando los sacamos la gente nos hizo mucho la segunda desde mi canal y empezamos a sonar bastante en Zona Sur”, completó Rapen sobre aquel encuentro fundacional que significaba, además, para su compañero “pisar y grabar por primera vez frente a un micrófono en un estudio”.

“Nos complementamos muy bien y desde el primer momento tiramos los dos para el mismo lado. Creo que se vio y se sigue viendo reflejado en los resultados. No hacemos nada que no nos tire hacer o con lo que no tengamos piel. Gracias a Dios, los resultados nos avalan” agregó el cantante.

La historia con La Scaloneta arrancó en el 2021 durante la Copa América en Brasil cuando Nicolás Otamendi subió una historia a su cuenta de Instagram desde el vestuario escuchando un tema de la T y la M.

Tras un cruce de mensajes por redes sociales entre Tobías y el marcador central, comenzó una sostenida amistad que terminó de replicarse con buena parte del plantel campeón que hasta la fecha sigue eligiendo sus canciones como una suerte de amuleto contra las adversidades.

Como agradecimiento, el grupo estrenó en plena competencia y tras el primer partido con derrota contra Nigeria su canción “Pa’ La Selección” que acabó por convertirse en uno de los himnos de aquella esta histórica hazaña, lo que les valió, además, ser parte de un festejo sorpresa organizado por Antonella Roccuzzo para su esposo Lionel Messi y acompañar a los campeones en los festejos en El Monumental en el amistoso contra Panamá.

“Ese diciembre fue un antes y un después para todos los argentinos y para nosotros en lo personal y en lo artístico. Nos ayudó muchísimo y estamos muy contentos con eso. Es algo que nos va a quedar para toda la vida”, sostuvo Medrano, quien jamás imaginó algo así para su carrera cuando arrancaron con sus sesiones “Messirve”, los enganchados que subían a YouTube con versiones de reggaetón adaptadas al sonido y el ritmo de la cumbia argentina que tienen ganas de retomar porque “la gente lo sigue pidiendo”.

La culminación de ese camino gestado en plena pandemia, sostenido también por otro hit para la albiceleste titulado “3 estrellas en el conjunto” junto a Duki y Bizarrap, tuvo su reflejo con dos fechas en el mítico Teatro Gran Rex de la calle Corrientes, “otro antes y después” para La T y La M.

“Era una de nuestras metas llegar ahí. Fue un sueño hecho realidad porque estaban nuestras familias, amigos y equipo. Mucha gente que no podía vernos en un boliche, nenes chiquitos, abuelos y primos. La gente nos recibió de una manera tremenda y fue una noche que quedará grabada por siempre en nuestros corazones”, rememoró Matías.

Para Tobías, significó además una responsabilidad frente a un público que pagó una entrada sólo para verlos a ellos: “Lo encaramos, con naturalidad, tranquilos y seguros de lo que hacemos, pero de otra manera: queríamos que se volvieran más fanáticos todavía. Nosotros como artistas teníamos que devolverles el tiempo que nos dedicaron, la hora que trabajaron para comprar la entrada. Los resultados nos avalan, pero si no hubiera funcionado capaz que sembrábamos nuestras propias dudas, pero gracias a Dios, lo que nos gusta es lo mismo que le gusta a la gente y no sacamos cosas por sacar”.

Y agregó: “Ahora vamos por los estadios, por las colaboraciones internacionales. Hay tantas cosas por hacer que no sabemos por dónde arrancar pero siempre tratamos de tomar las mejores decisiones. Hay infinidad de cosas por hacer pero la idea es hacer lo mejor y no desviarse, seguir con la mente fría y la sangre caliente y no desaprovechar las oportunidades que nos dio el día anterior”.

T: ¿Cómo eran sus vidas antes de La T y La M?

MR: Yo era productor pero lo hacía como un hobby, todavía estaba en la secundaria cuando armamos el proyecto. Hoy tengo 21 años, pero cuando explotó recién había terminado la secundaria. Siempre hice lo que me gusta y vengo de una familia que escucha mucho folclore y mucha cumbia. Esas son mis raíces. Siempre produciendo cumbia y tratando de hacer lo que me gustara, pero hasta ese momento no tenía ningún tipo de expectativa ni pensaba vivir de la música. Fue recién cuando lo conocí a Tobi que se fue dando todo esto. Hoy sí estoy cumpliendo un sueño, el mío, el de mi familia y el de la gente que nos quiere mucho.

TM: Yo laburaba como albañil. A los 18 años entré a trabajar en una empresa constructora en la obra de lo que hoy es el Paseo del Bajo. Estaba con el sindicato de la UOCRA y con un trabajo en blanco que me dejó bien parado y por el que me pude comprar mi primera moto. También vendía ropa en la calle; andaba con el bolcito arriba de la moto. Después entré en otra obra donde estuve diez meses hasta que me echaron como perro. Ya sentía que quería hacer algo más porque quería ser distinto haciendo algo que me gustara. Siempre supe que iba a estar cómodo en la vida. No me gustaba estudiar, tampoco trabajar, pero sabía que de alguna u otra manera se me iba a dar. Me gustaba cantar, entonces me lo empecé a tomar más en serio. Cuando me empecé a juntar con Mati ahí la ilusión se fue haciendo cada vez más grande. Lloraba pidiéndole a Dios que nos diera uan mano y que nos ayudara con esto que tanto nos gustaba y que también tanto le gusta a la gente. Uno puede hacer algo que te guste pero si a la gente no le gusta no te terminan de avalar. Que la gente nos re contra apoye es un plus y una recarga para poder enfrentar todo lo que se viene. Gracias a Dios, salió de la mejor manera.

T: ¿Se sienten parte de una renovación dentro de la cumbia argentina? ¿Les interesa trascender desde ese lugar?

TM: Sí, la verdad que sí, aunque a la hora de decirlo nos da un poco de cosa pero lo decimos desde la humildad. Para nosotros es una linda presión poder hacer que la cumbia dentro de todo siga sonando. Es tan extensa su historia, hay tantos géneros y artistas que para nosotros sacar un tema inédito, que la gente lo avale, entrar en tendencia con un millón de reproducciones muy rápido es algo que nos costó un montón. Sabemos que hay un montón de gente en la misma y a los que también les cuesta, pero para nosotros es lindo llevar la bandera de que los sueños se cumplen y que las cosas son posibles.

T: ¿Qué función cumple en los barrios la cumbia, un género a veces denostado de mal manera e injustamente?

TM: Exactamente, que la cumbia sea un poco marginada porque la escuchamos en los barrios nos inyecta un poco de esa fuerza. Si es así, bueno dale mejor. Nos dan más ganas de que la gente la escuche y se pegue.

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