El doctor Mario Vallone, neonatólogo del Hospital en Río Grande, fue reconocido por el municipio a raíz de una jornada de capacitación sobre este tema para profesionales de la institución. En una charla con El Sureño, el médico explicó qué son las IP (Infecciones Perinatales) y cómo se pueden evitar.
RIO GRANDE.- Las Infecciones Perinatales (IP) son básicamente, infecciones que se pueden dar en la embarazada y que pueden afectar al feto. Debido a que muchas veces la embarazada no presenta síntomas y el bebé tampoco, es muy importante detectarlas. Esto se hace a través de análisis de sangre. Dentro de las IP algunas son producidas por bacterias (sífilis, estreptococo grupo B), otras por virus (HIV, hepatitis B y C, citomegalovirus) y otras por parásitos (toxoplasmosis, enfermedad de Chagas). En la charla, organizada por el equipo del HRRG se habló de todas ellas, y cómo optimizar su detección y tratamiento.
Las IP afectan un número pequeño de recién nacidos, aproximadamente al 1%. Sin embargo, si no se tratan adecuadamente, pueden producir desde abortos, mortinatos (muertes después de la segunda mitad del embarazo, en el parto), bebés con daños graves e infecciones severas, o bebés infectados pero asintomáticos (sin síntomas). Si bien las IP pueden producir daño severo de por vida, el diagnóstico oportuno mejora el pronóstico y puede prevenir la infección neonatal.
Cerca del 80% de las madres son asintomáticas, y lo mismo ocurre casi en el 70% de los recién nacidos infectados. Además, muchas IP son prevenibles, y en las que no, el diagnóstico y tratamiento precoz mejora la morbimortalidad fetal y neonatal. Por todo esto, lo más importante es el control, para detectarlas.
Otro de los aspectos tiene que ver con la obligación legal: “Está la Ley 26.279 de Pesquisa Neonatal de Sífilis y Chagas, la Ley 26.281 de Prevención y control del Chagas, la Ley 26.369 de Control y Prevención de Embarazadas respecto de la detección del estreptococo Grupo B Agalactiae, explicó el Dr. Vallone. Todas estas se detectan por análisis de sangre específicos durante el control del embarazo y en el caso del estreptococo, con un cultivo de la zona genital y anal de la embarazada en la semana 35-37 de embarazo”.
“Es importante el hecho de diagnosticar estas enfermedades y evitar contagios (sífilis, HIV, HB, BC), también en caso de otros hijos, aprovechar para ser estudiados si no lo fueron oportunamente (Chagas, toxo, etc). Esto es para el bien del bebé, de la madre y en definitiva de todo el núcleo familiar, porque tener un bebito internado no sólo es agotador, uno se angustia; ver a tu hijo internado no es nada agradable, y a veces aunque sepas que está bien, está en el hospital y no en tu casa; cuando se puede evitar”, explicó Vallone.
Hay casos en los que al tratar a la madre, mejora el bebé, e incluso puede ser que nazca sano. En otros casos hace que la lesión no sea tan manifiesta en el bebé. En el peor de los casos, dependiendo del tipo de infección, se pueden producir abortos, partos prematuros, el nacimiento del bebé con síntomas. Pero muchas veces son asintomáticos, dependiendo del momento en que la madre contrae la infección y el tratamiento que reciba.
El doctor Vallone describió: “De sífilis se han visto algunos casos, incluso tuvimos dos casos de bebitos con síntomas. Que fueron prematuros, de bajo peso. Uno de ellos presentaba algo que se llama hidropesía fetal, que quiere decir que tiene mucho líquido desparramado en el cuerpo, debajo de la piel, en la zona del abdomen. El otro tenía aumento del tamaño del hígado, del bazo, como síntomas de la infección. Pero la detección es por el análisis de sangre, porque estos síntomas pueden corresponder a otras enfermedades, no son exclusivas de las IP”.
Vallone, además, explicó que uno de los motivos por el que pueden pasar desapercibidas estas infecciones tiene que ver con las características específicas que presenta: “Por ejemplo en el caso de la sífilis, en el primer contagio, se forma un chancro que, según la ubicación, la mujer, como no es doloroso, no lo percibe. Y si no se lo detecta por análisis de sangre pasa a un estadio de sífilis secundaria que puede tener otros síntomas”.
A las embarazadas se les pide dentro de los controles de rutina, el análisis para descartar la sífilis, chagas, toxoplasmosis, HIV, hepatitis B. “Nosotros lo que tratamos de organizar es el pedido, tratar de hacerlo en el primer trimestre, que es lo más conveniente, y después ir siguiendo según los trimestres de embarazo la serología que corresponda, algunas se repiten todos los trimestres y otras no. El control del embarazo sirve para prevenir, y si hay algún problema, detectarlo a tiempo. Cuando ya está instalado, darle tratamiento. El control en el embarazo es sumamente importante. No tengo la cifra exacta, pero cada tanto se ven mujeres que no tienen control durante el embarazo”, siguió explicando el médico.
En el caso del mal de Chagas, cuando a la mujer embarazada no se le da un tratamiento específico, pero el médico sabe ese bebé tiene que seguir con un control. A los diez meses se hace un análisis, como parte ya, del control pediátrico de estos bebés. En el caso del estreptococo, que se controla entre las 35 y 37 semanas de embarazo, la mujer puede sufrir una infección urinaria, o endometritis, pero al bebé puede causarle una infección generalizada, que puede producirle la muerte. “Es bajo el porcentaje, no es para asustarse, pero el objetivo de este cultivo es detectarlo. Cuando a la mujer se le detecta esta bacteria, antes que ingrese a trabajo de parto, se le hace un antibiótico para evitar que lo pase al bebé. A la madre no se la va a tratar, pero al bebé sí le va a servir”, insistió Vallone.
Y agregó: “Lo importante, es el control. Que el médico haga el pedido, según los trimestres. Así, en base a los resultados de los análisis se actúa sobre la madre, como en el caso de la sífilis que al tratar a la madre trata al bebé mientras está dentro de la panza. En el caso de la toxoplasmosis, depende en qué momento se agarra la infección, también. Para el HIV la mamá tiene que recibir tratamiento pasado el primer trimestre, en el caso de la hepatitis B, se trata a la madre durante el embarazo, y al bebé también al nacer. Uno toma otras medidas y precauciones. Así que es muy importante el control del embarazo”.