Inversión en educación

Según el Observatorio Argentino por la Educación las provincias destinaron desde el 2015 cada vez menos recursos a la educación. Sucedió a pesar de que contaron con más fondos destinados a este sector. Tierra del Fuego está entre las que menos gastó por alumno, desde 2005 a 2018.

Tierra del Fuego fue una de las provincias con menor gasto por alumno, en relación al costo de vida local.

RIO GRANDE.- La información fue publicada el 19 de diciembre por el Observatorio Argentino por la Educación. El espacio fue creado con la misión de contribuir a que la educación sea un determinante en el debate público argentino.
Según datos publicados por el Observatorio; entre 2015 y 2018 las provincias tuvieron mayores recursos de coparticipación, pero redujeron el gasto en educación. También disminuyó la inversión educativa del Gobierno nacional.
Los datos indican que en CABA, provincia de Buenos Aires, Jujuy, Santa Fe y Santiago del Estero la inversión en educación creció muy por debajo de la evolución de los recursos coparticipables en el período 2005-2018.
Entre 2015 y 2018 se registró un retroceso de la inversión educativa provincial del 15,6%. Sin embargo, en el mismo período hubo un aumento de 10 puntos porcentuales en la proporción de fondos tributarios disponibles para las provincias, como consecuencia del DNU 406/2016 que definió la devolución paulatina de fondos de coparticipación a las provincias en el período 2016-2020. El gasto educativo nacional cayó 18,2% entre 2015 y 2018, en un contexto en el que aproximadamente el 75% del presupuesto educativo corresponde a las provincias. Los datos surgen del informe “¿La inversión en educación evolucionó a la par de los recursos disponibles?”, del Observatorio Argentino por la Educación.
El análisis se enfoca en los cambios en la inversión educativa a partir de la reasignación progresiva de 15 puntos porcentuales de la Coparticipación Federal de Impuestos, antes destinados a financiar la seguridad social, a la masa de recursos a distribuir entre Nación y las provincias, tras un fallo de la Corte Suprema de Justicia en noviembre de 2015 que dio lugar al DNU 406/2016.
“Durante los últimos años ha caído la inversión educativa en el país. Lo novedoso, esta vez, fue que los recursos de Coparticipación de Impuestos –principal fuente de financiamiento sectorial– disminuyeron para el Estado nacional, pero crecieron para las provincias. Por lo tanto, estas habrían estado en condiciones de incrementar la asignación de recursos para educación” indicó Alejandro Morduchowicz, especialista en educación.
Y agregó: “Este informe da cuenta de la evolución de los recursos para uno y otro nivel de gobierno mostrando cómo evolucionó la inversión en el sector educativo y cuál fue la variación de recursos con que se podría haber sostenido el 6% del PIB definido por la Ley de Educación Nacional”.
Al respecto, Agustín Claus, especialista en Economía de la Educación de FLACSO, señaló: “En el federalismo fiscal-educativo argentino persiste una tensión irresuelta entre la Nación y las Provincias respecto a qué nivel de gobierno y qué tipo de recursos debe destinar cada uno para financiar la educación. La tensión entre la centralización de los recursos por la Nación y la descentralización de los gastos (Educación, Salud, etc.) en las provincias, requiere convocar a un debate respecto de la estructura del financiamiento educativo”.
Claus afirmó, además, que planificar el financiamiento educativo que conecte recursos y calidad educativa es el desafío del siglo XXI: “Modificar la lógica del financiamiento en el sistema educativo para que los recursos sean mejor aprovechados”, dijo.

Datos por provincias
Para cada jurisdicción, el informe observa la evolución real del gasto educativo y los fondos recibidos por coparticipación federal entre 2005 y 2018, junto con dos indicadores de “esfuerzo”: gasto por alumno, medido en relación con la canasta básica de consumo regional; y esfuerzo financiero relativo, es decir, el porcentaje del gasto público destinado a educación ponderado por la proporción de la matrícula que asiste a escuelas de gestión estatal (con datos de 2017).
El menor esfuerzo financiero relativo se registra en las provincias de La Rioja (22,6%), Santiago del Estero (23,8%), Formosa (24,4%), San Juan (25,7%), Catamarca (26,0%) y Jujuy (26,9%). En contraste, el mayor esfuerzo financiero lo realiza la provincia de Buenos Aires (41,6%), seguida de Río Negro (35,3%), Corrientes (33,2%), Salta (33,0%), Chaco (33,0%) y Neuquén (32,4%).
Las provincias con el menor gasto por alumno (ajustado por el costo de vida local) son Santiago del Estero, Córdoba y Misiones. El mayor gasto por alumno aparece en Tierra del Fuego, seguida de Neuquén y CABA.
Las jurisdicciones donde la inversión en educación creció por debajo de la evolución de los recursos coparticipables son CABA, provincia de Buenos Aires, Jujuy, Santa Fe y Santiago del Estero. Mendoza y Córdoba también muestran incrementos de la inversión ligeramente inferiores al aumento de recursos coparticipables. En el otro extremo, en Santa Cruz, Misiones, Salta, San Juan, La Pampa y San Luis la inversión educativa tuvo un incremento significativamente mayor al de los recursos coparticipables entre 2005 y 2018.
Héctor Gertel, profesor de Economía y Educación de la Universidad Nacional de Córdoba, destacó: “La heterogeneidad entre las diferentes jurisdicciones en cuanto a los cambios ocurridos en el esfuerzo presupuestario y su impacto sobre el gasto por alumno durante el período 2005-2018”.
Al observar los indicadores en conjunto, el informe advierte sobre la situación de provincias como Santiago del Estero, con bajos niveles de esfuerzo financiero y gasto por alumno, y donde la inversión en educación creció por debajo de la evolución de los recursos coparticipables.
En el otro extremo, se destacan los esfuerzos en materia de inversión educativa realizados por La Pampa y Neuquén. En ambas provincias la inversión educativa creció por encima del incremento de recursos coparticipables entre 2005 y 2018, y ambas muestran altos niveles de inversión por alumno y esfuerzo financiero.