Hospital Río Grande: La campaña de prevención de hepatitis virales no despertó el interés de los jóvenes

“Sorprende que no se acerquen a hacerse estos chequeos los jóvenes”, dijo la doctora Melina Ollero, profesional que estuvo a cargo de la campaña de prevención que se desarrolló en el Hospital Regional Río Grande durante la semana del 25 al 29 de julio. Las personas que se acercaron a consultar fueron de una edad promedio que supera los 40 años.
RIO GRANDE.- Durante la semana de campaña de prevención de la hepatitis, que llevó adelante el personal del Hospital Regional Río Grande, sorprendió que los jóvenes no se acerquen a hacer el chequeo, las consultas y la vacunación; resultando que la gente que más se acercó superaba los 40 años.

La doctora Melina Ollero (MP3822), estuvo a cargo del consultorio que se dispuso en el sector de Clínica Médica del nosocomio de Río Grande, que atendió las consultas y las demandas sobre las hepatitis virales.

“Sorprende que no se acerquen a hacerse estos chequeos los jóvenes. Quizás se deba hacer hincapié en la gente más joven al momento de lanzar una campaña de concientización”, sostuvo la profesional en diálogo con El Sureño, quien destacó que la “gente que vino a hacerse el chequeo, en general, fue gente mayor, en el rango de los 40 años hacia arriba”.

La campaña de prevención tuvo lugar con motivo de que el 28 de julio se conmemoró el Día Mundial de la Hepatitis. “Esta campaña se realizó de manera normal y como estaba previsto. La gente que se acercó sólo tuvo que contestar unas preguntas y se les evacuó todas las dudas. Algunos se hicieron el examen serológico y se vacunaron”, dijo la doctora Oller.
La necesidad del diagnóstico

Los expertos estiman que en la Argentina entre un 1,4% y un 1.5% de la población (aproximadamente 600 mil personas) padece hepatitis C, pero menos del 20% cuenta con un diagnóstico.

La hepatitis C (inflamación del hígado provocada por la infección con el virus C) es una de las más frecuentes y unas 700.000 personas mueren anualmente en el mundo, como consecuencia de enfermedades hepáticas relacionadas con este virus.

Se trata de una infección silente, por lo que no da señales hasta que se encuentra en estadios muy avanzados. La principal consecuencia en pacientes no diagnosticados es la cirrosis y el hepatocarcinoma que pueden progresar muy rápido y provocar la muerte.

“Toda persona debe realizarse el test de hepatitis C, al menos una vez en su vida” explicó la infectóloga Claudia Vujacich, experta en hepatitis y coordinadora de la comisión de hepatitis de la Sociedad Argentina de Infectología 2012-2016 (SADI) y de la Unidad de Hepatitis Virales de FUNCEI.

El argumento no es menor, ya que al tratarse de una enfermedad infecciosa que se transmite vía sanguínea, quienes se realizaron transfusiones de sangre no seguras (principalmente antes de 1992, año en que se comenzó a controlar la presencia del virus C, descubierto en 1989) o quienes recibieron inyecciones o tratamientos odontológicos no seguros en la década del `80 o antes de las normas de bioseguridad actuales, pueden pertenecer a un grupo de riesgo.

Por tal motivo, el chequeo por cohorte de edad, de 45 a 70 años, es muy importante. De la misma forma, quienes se hicieron un tatuaje o piercing en condiciones no seguras, o aquellos consumidores de drogas ilícitas inyectables (y en menor medida inhalatorias).

La experta también manifestó que, en la actualidad, algunos procedimientos estéticos e inyectables, como la mesoterapia o la escleroterapia, de ser realizados sin normas de bioseguridad, son una importante fuente de aparición de nuevos casos.

“Existe un gran problema por el uso de frascos multidosis desde los que se inyectan sustancias y se vuelven a utilizar para inyectar a otros pacientes. Es una práctica que sucede y muchas veces son realizadas por personal no calificado”, afirmó Vujacich.

La campaña se realizó en el Hospital Regional Río Grande del 25 al 29 de julio.
La campaña se realizó en el Hospital Regional Río Grande del 25 al 29 de julio.