Valeria Ojeda, la mamá de Nicole, la pequeña de tres años que fue violada y asesinada en enero pasado en un hecho por el cual se encuentra detenido quien fuera su padrastro, Elías Catacata, aguarda con expectativas el juicio oral y público. Asegura que “nunca lo tuve enfrente, sino ya lo hubiera matado”. Y relató el sufrimiento que la familia vive hace nueve meses: “Se dijeron cosas muy hirientes, pero hoy en día más daño que el que ya me han hecho no me pueden hacer”.
RIO GRANDE.- Valeria Ojeda perdió hace nueve meses a su pequeña hija Nicole, quien fue violada y asesinada. A pocos meses de que inicie el juicio oral contra quien fuera su pareja y padrastro de la niña, Elías Catacata, asegura que se encuentra de pie y que lo único que quiere es justicia.
Entrevistada por FM Aire Libre, Valeria recordó cómo ocurrieron los hechos en enero pasado, cuando su hija fue asesinada y ella estaba trabajando. “Durante los primeros días mi familia no me dejaba ver los noticieros ni escuchar radio, me decían que tenía que estar tranquila y que después me iban a explicar; yo no entendía qué había pasado”, contó.
Solo después de cuatro o cinco días del fallecimiento de Nicole, mientras había quedado detenido Catacata y la abuela de la pequeña, que luego fue liberada, Valeria fue llamada por la justicia y se enteró de los motivos de la muerte de su hija.
“A los cuatro o cinco días de lo sucedido me llama la Jueza, me pidió que le cuente cómo era mi historia con él (Catacata), cómo era con mis hijos, me preguntó cuestiones de cómo mi nena se refería al baño, cómo se refería a muchas cuestiones. Me preguntó qué pensaba yo que le había pasado a mi nena, y yo pensé en una apendicitis o algo del corazón. Ella fue quien me dijo que mi hija falleció a causa de golpes muy fuertes, letales, posterior a eso se produce la violación, y luego de eso muere mi nena”, dijo.
Y agregó: “Yo pensé que me estaba mintiendo, comencé a los gritos. No sé con qué fin hizo eso, gracias a Dios hasta el día de hoy no lo he visto, sino ya lo hubiera matado. Tengo que verle la cara en el juicio y contenerme de no matarlo, es el asesino de mi hija”.
Respecto a las especulaciones y rumores a través de redes sociales sobre la familia, la joven dijo que “cuando pasó lo de mi hija acá lo que más sobraron fueron opinólogos gratuitos; todo el mundo era detective, policía, todos sabían todo y criticaron. Incluso se tomaron el trabajo de amenazarnos de muerte, mucha gente no tuvo nada de respeto hacia mi familia ni hacia mi hija que estaba recién fallecida”.
En este sentido agregó que “se dijeron cosas muy hirientes pero hoy en día más daño que el que ya me han hecho no me pueden hacer, estoy de pie y lo único que quiero es justicia, sacar adelante a mi hijo, a mi mamá, hacer justicia por el asesinato de mi hija”.
Y sumó: “No sé cómo voy a hacer para, durante el juicio, no matar al asesino de mi hija; desde enero hasta ahora será la primera vez que voy a tener frente a frente al asesino, si bien cuando fue la marcha en Ushuaia cuando se cumplieron cuatro años y terminamos afuera de la alcaldía donde él se encontraba detenido. La bronca, el dolor y la impotencia de tenerlo a solo un vidrio, y nos miraba riéndose, yo fui quien lo vi”.
La joven dijo que nunca sospechó que Catacata hubiera cometido algún abuso anterior hacia la pequeña. “Si yo cuando mi hija falleció, los médicos me hubieran dicho en ese momento tu hija murió por lo que pasó, directamente ahí mismo lo mataba, no iba a esperar a que lo lleven preso y lo cuiden, tanto yo como cualquier madre que quiere a sus hijos y les pasa lo que le pasó a mi hija, cualquiera lo mataría, lamentablemente por cuidado de no sé quién no me dijeron nada”.
Finalmente recordó que “cuando él quedó detenido, tanto él como mi mamá, yo no entendía nada, a mí ni en el Hospital ni la Policía me decían nada. Y mis familiares me decían que esté tranquila, porque tampoco es una noticia que se puede dar así como así; cuando me contaron el por qué no lo podía creer, era mi bebé, con toda una vida por delante, era la alegría de mi casa”.
El caso
En enero de este año la pequeña Nicole Ojeda fallecía a causa de lesiones sufridas en su domicilio del barrio Perón, llegando en estado desesperante a la guardia hospitalaria, donde no alcanzaron los esfuerzos por salvarle la vida.
Inmediatamente quedó detenido su padrastro, Oscar Elías Catacata, sujeto de 28 años que en la investigación se determinó que abusó de la menor en el baño de la vivienda, y que producto de ello fueron las lesiones que le costaron la vida a esta inocente criatura.
El caso ya fue elevado a juicio y la acusación comprende el abuso con múltiples agravantes, como la calificación por el acceso carnal por vía anal y vaginal, lo que generó lesiones que desencadenaron la muerte, por compresión de la pequeña, sumado a golpes que asimismo derivaron en el colapso multiorgánico de la pequeña, quien además se broncoaspiró y entró en shock hipovolémico.
Si bien aún están por definirse las características del delito y el clima social imperante contra el detenido, llevarían a que el proceso se realice a puertas cerradas.
