Estudian disminución de pingüinos

La doctora Andrea Raya Rey, del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) habló acerca de las causas por las que fluctúan las poblaciones de pingüinos fueguinos. Cuáles son las medidas sobre las que se está trabajando actualmente para contrarrestar los estragos que causan el cambio climático y otros factores.

El más reconocido como el pingüino Rey.

RIO GRANDE.- Hace más de veinte años, especialistas e investigadores del CADIC estudian diferentes aspectos de las colonias de pingüinos que habitan en Tierra del Fuego. LA doctora Andrea Raya Rey, es una de las integrantes de este equipo, y en 2016 fue reconocida por su trabajo socioecológico sobre el comportamiento de las poblaciones de aves en Tierra del Fuego. En esta nota explica cuáles son las causa para que cada vez haya menos pingüinos en la zona de la Patagonia Austral y Antártida.
Según explicó la bióloga, en Tierra del Fuego hay tres tipos de pingüinos: el Penacho Amarillo que tiene una colonia muy grande en la isla de los Estados, pero también habita en las islas Malvinas, en isla Pingüino cerca de Puerto Deseado en Santa Cruz; y en algunas pequeñas islas chilenas: “Esa es la especie del Atlántico Sur, y en otras islas subantárticas de los océanos Pacífico, Índico, y Atlántico Este, viven otras poblaciones. También está el Pingüino de Magallanes con varias colonias tanto en isla de los Estados como en el canal Beagle; y el pingüino Papúa en isla Martillo cerca de Ushuaia”, detalló la Dra. Andrea Raya Rey.
Entre la cosas que se observan desde los equipos científicos, están las tendencias poblacionales, como se alimentan los pingüinos hábitos reproductivos y cambios demográficos: “En el caso de los pingüinos antárticos, y subantárticos, lo que tenemos es lo que en ciencias llamamos perdedores y ganadores del cambio climático. Hay algunas especies que son muy versátiles y que se adaptan mejor a lo que son los cambios de la temperatura del agua, que trae aparejados cambios en la distribución de las presas, con una sinergia, cuando la pesquerías sobrepescan y hace que el ecosistema se modifique. Hay algunos pingüinos que se adaptan mejor. En particular el pingüino Penacho Amarillo, en Tierra del Fuego, es una especie que está en disminución desde hace 80 años; acá, en las islas Malvinas y en otras partes de su distribución subantártica”, explicó la bióloga.
Para estas fluctuaciones, el principal sospechoso el cambio climático: “Sucede que cuando la temperatura del agua es más alta, o más baja de lo normal, el éxito reproductivo y la supervivencia de estos animales disminuye. Esto no se debe a que el cambio de la temperatura del agua afecte directamente a los pingüinos, sino a sus presas y de ese modo afecta a la cadena trófica, afecta a la población que disminuye”, recalcó Raya Rey.
Los trabajos presentados por el equipo de CADIC están relacionados específicamente con la inclusión del hombre como parte del ecosistema de los animales: “La idea es trabajar no solo, y de manera aislada los problemas que enfrentan los pingüinos y sus características, sino que los pingüinos están en un ecosistema donde también hay seres humanos que tienen que pescar, que se transportan. La idea de estos estudios es trabajar con la interrelación naturaleza y sociedad para una mejor convivencia de todos los que habitan el planeta, animales o humanos. Son trabajos socioecológicos”, remarcó.

Medidas preventivas
La bióloga Andrea Raya Rey reconoció que revertir las tendencias es complejo. Debido a que principalmente obedecen al cambio climático: “Lo que nosotros estamos haciendo desde hace varios años. En 2008 hicimos un taller mundial donde se hizo el plan de estudios para trabajar con el pingüino Penacho Amarillo a nivel mundial, para al menos, si no revertimos las tendencias, frenar la disminución poblacional. Como el cambio climático es complicado, lo que se intenta es que otras amenazas que pueden hacer sinergia con el cambio climático para esta disminución es tratar de frenarlas: como es el caso de la pesquerías; animales introducidos en las islas, es algo importante porque también es otro factor de estrés para las poblaciones. Por ejemplo, en la isla de los Estados hay desde hace muchos años, ciervos y cabras introducidos, estas especies se alimentan del pasto donde nidifican estos pingüinos, modificando el paisaje y el sitio de nidificación”, detalló.
Otra de las tareas en las que están trabajando es la identificación de unidades de conservación en términos genéticos. Lo que se hace es ver cuán distintos son. Por ejemplo, los pingüinos de Penacho Amarillo de la isla de los Estados, respecto a los de Malvinas, para determinar si hace falta conservar fuertemente ambos grupos, o si se conserva a uno más que otro. Para esta parte de la tarea, se da además una amplia colaboración internacional: cada grupo de investigación trabaja en su área de estudio, pero luego comparten las muestras y analizan en conjunto los datos: “En este caso tenemos trabajos conjuntos para cuestiones de la alimentación de los pingüinos, estudios genéticos de varios tipos, tenemos también colaboración con un grupo de Nueva Zelanda en la que estamos equipando a los pingüinos con unas cámaras muy pequeñas que se pegan en las plumas y podemos ver de qué se están alimentando, por ejemplo”, concluyó la Dra. Raya Rey.