MEDELLÍN, COLOMBIA (AFP).– El colombiano Atlético Nacional, con las ventajas de ser favorito, local y haber logrado un empate 1-1 en la ida, recibirá hoy en Medellín al meritorio equipo ecuatoriano Independiente del Valle, que busca una nueva hazaña en la final de la Libertadores 2016.
El conjunto cafetero, apoyado por más de 40.000 espectadores, buscará consolidar su gran campaña en el certamen continental y armar la fiesta en el estadio Atanasio Girardot, donde espera imponerse en el juego definitivo que comenzará a las 21:45 (hora argentina).
El conjunto dirigido por Reinaldo Rueda ha hecho una campaña fantástica en la Libertadores: en 13 partidos acumula nueve victorias, tres empates y apenas una derrota, lo que lo hace favorito.
El equipo colombiano llega completo a la final, con jugadores jóvenes con hambre de gloria como el atacante Miguel Borja, quien llegó este semestre al verdolaga e inmediatamente se convirtió en ídolo tras marcar los cuatro goles de las semifinales ante Sao Paulo.
De ganar, Atlético Nacional obtendría su segundo título de Libertadores (luego del de 1989) y sería el campeón con más puntos conseguidos en la historia, con 33, seguido de Boca Juniors que hizo 32 en 2003.
La última hazaña
Pero el escollo que debe afrontar el Verde no es sencillo, porque Independiente del Valle ha hecho una campaña llena de hazañas que lo llevaron a la final atravesando un verdadero campo minado.
Los dirigidos por el uruguayo Pablo Repetto han disputado 14 partidos en el torneo, pues comenzaron en zona de repechaje, acumulando nueve victorias, dos empates y tres derrotas.
En el camino, los Rayados del Valle dejaron a clubes tan grandes como Pumas de México, Colo Colo de Chile, y los argentinos River y Boca, en juegos con tintes épicos.
La pregunta que ronda en Medellín es si el equipo ecuatoriano tiene la cuerda suficiente para consolidar una nueva hazaña, ante un local que llega en gran momento y que lo dominó mayormente en Quito.
El Negriazul tiene en duda a su delantero José Angulo, quien se recupera de un fuerte golpe en un tobillo recibido en el juego de ida. De no estar, sería reemplazado por Miller Castillo.
El juego será dirigido por el árbitro argentino Néstor Pitana asistido por sus compatriotas Ezequiel Brailovsky y Ariel Scime.
