El eclipse de sol pudo observarse desde la Base Belgrano II

En contraste con Base Orcadas, que era el punto de observación óptimo y donde el clima no acompañó, en Belgrano los integrantes de la dotación aprovecharon el cielo despejado para registrar el fenómeno.

USHUAIA.- El verano austral en la Antártida fue interrumpido durante la madrugada de este sábado por el eclipse total, donde la luna se interpuso ante el sol y proyectó una sombra sobre la tierra y las tres esferas quedaron alineadas.

Algunos turistas pagaron hasta 40 mil dólares para viajar a Glaciar Unión y poder admirar este eclipse.

Investigadores del Instituto Antártico Argentino (IAA) instalados en la Base Orcadas, en la Isla Laurie, se habían preparado para registrar el eclipse total de sol que sólo se pudo apreciar por completo en la Antártida y que no se volverá a repetir hasta dentro de 400 años.

El viernes, el biólogo del IAA Agustín Biasotti y el guardaparque Alejandro Rey partieron de las instalaciones de la base antártica Orcadas, en la Isla Laurie, en búsqueda de un lugar elevado en donde montar un campamento para tomar imágenes del eclipse.

La doctora en Física y jefa del departamento de Ciencias de la Atmósfera del IAA, Adriana Gulisano, dijo a Télam que “Esperamos monitorear a través de los magnetómetros que tenemos instalados en las bases Orcadas, Belgrano II y San Martín los efectos de la ionización en la alta atmósfera causada por el eclipse”, indicó.

La científica apuntó que “como la tierra es redonda, para que las señales de radio recorran distancias más allá de la curvatura terrestre se las hace rebotar en la ionósfera; conocer cómo afecta esta ionización causada por el eclipse permite evaluar el estado de las telecomunicaciones y analizar si algún tipo de cambio de frecuencias es necesario”.

El sábado el sol salió en Orcadas a las 2.33 y el eclipse comenzó las 3.20, teniendo su momento de pleno eclipse entre las 4.08 y 4.09; aunque la nubosidad impidió que el equipo desplegado pudiera tomar imágenes.

En las bases argentinas Belgrano II y Marambio, los invernantes tuvieron la oportunidad de ver el eclipse y tomar fotografías que compartió la Dirección Nacional del Antártico

El fenómeno fue vivido en forma particular en el punto de visualización internacional ubicado en la base Glaciar Unión, a 2.000 km al sur de las bases internacionales en la Antártida, en la isla 25 de Mayo.

En ese lugar sólo científicos estadounidenses, la NASA, investigadores chilenos y algunos turistas -que pagaron 40.000 dólares por el viaje a una empresa de turismo extremo- fueron testigos del eclipse total en directo.

La base, inaugurada por Chile en 2014, apenas cuenta con unas carpas o tiendas de campaña en medio de un desierto helado a -15 grados celsius, rodeado por los montes Elsword que evitan la llegada de los extremos vientos que recorren el interior del territorio antártico.

La instalación -administrada y gestionada por las Fuerzas Armadas de Chile- comparte ubicación con el campamento de la empresa privada estadounidense Antarctic Logistics & Expeditions LLC, que opera el aeródromo en el que los aviones de la Fuerza Aérea de Chile aterrizan para entregar logística y personal.

“Esta base es la única que está sobre el camino de la sombra del eclipse, no hay otro emplazamiento previo dentro de la Antártica que esté en el camino de oscuridad total. Hay un trayecto que pasa sobre el mar, donde entiendo hay planes para observar desde barcos, pero luego su trayecto cubrirá las grandes capas de hielo del continente”, afirmó Patricio Rojo, doctor en astrofísica y líder de uno de los equipos de investigación de la Universidad de Chile que viajó a la Antártida.

Los científicos de la USACH apostados en ese lugar buscaron durante el eclipse analizar los cambios abruptos que ocurren solamente durante este fenómeno astronómico.

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