Educación Secundaria: Un estudio nacional calificó la actualidad como trágica

Se trata de un estudio exploratorio, no representativo. El mismo fue realizado con información de más de 560 escuelas del país. El nivel más preocupante es el secundario, donde más de la mitad de los docentes dicta clases en más de tres burbujas y en diferentes instituciones.

RIO GRANDE.- El estudio fue realizado por dos docentes en instituciones de todos los niveles en provincias de todo el país. Los datos más preocupantes tienen que ver con la rotación de los grupos en el nivel secundario y con las condiciones de salubridad en los edificios. También se indagó sobre el acceso a conectividad, y las respuestas no fueron mejores.

Un informe en base a un estudio exploratorio realizado con docentes de todo el país, reveló alertas en el nivel secundario.

En el nivel secundario, el 29% de los docentes trabaja en más de 9 burbujas; mientras que el 31% enseña en una o dos burbujas. Un 22% trabaja en hasta 4 burbujas y un 7% en hasta 6 burbujas. En resumen, el 70% de los docentes trabaja en 3 o más burbujas.

Los datos surgen de un informe publicado por la Red de Educadores Innovadores y se basan en un relevamiento exploratorio -no representativo- en el que participaron 565 educadores de todas las provincias y todos los niveles educativos.

Los autores del informe, titulado “Funcionamiento de las burbujas estudiantiles en Argentina”, son Germán Soto y María Cristina Gómez. Según el relevamiento, el 55% de los docentes de secundaria tiene concentradas sus burbujas en una sola institución. La otra mitad se compone de un 27% que dicta clases hasta en 3 instituciones; y un 9,5 % que se reparte entre 4 o más instituciones.

“Estamos frente a una tragedia educativa que dejará fuera del sistema a toda una generación: la que constituyen el 70% de niños y jóvenes bajo la línea de pobreza. Las otras víctimas de la pandemia son el millón y medio de chicos que ya no asisten a la escuela y seguirán perpetuando el círculo vicioso de la pobreza estructural”, declararon los autores del estudio en medios nacionales.

Secuelas y escuelas

La realidad en las instituciones educativas para la vuelta en 2021 es variada, con una mayoría de la combinación de clases presenciales y virtuales. Más del 70% de los docentes relevados señaló que trabajó en instituciones con esta modalidad. El 21% de los casos optó por la presencialidad exclusivamente, y un 6% mantuvo la virtualidad sin clases presenciales.

Las escuelas secundarias, punto de conflicto y preocupación en el sistema educativo en todo el país.

En cuanto a la disponibilidad de la infraestructura y equipamiento necesarios para reducir el riesgo de contagio de COVID-19, los autores señalaron: “Aquí surge como prioritaria la necesidad de generar la ventilación cruzada entre ventanas (la puerta no es un dispositivo de ventilación); también se pueden incorporar rejillas y conductos de ventilación; o caños tipo chimenea que pueden generar el barrido de oxígeno en los espacios escolares”.

Sin embargo, solo el 50% de los docentes confirmó que las ventanas de su escuela están en buenas condiciones. Menos de la mitad de ellos -el 41%- dijo que los baños de la institución están en buenas condiciones, el 52% afirmó que contaba con agua. En cuanto a la conectividad, solo el 16% manifestó que la institución educativa contaba con disponibilidad de internet.

“La conectividad dentro de los espacios educativos es uno de los mayores obstáculos de la bimodalidad. No solo es imprescindible para sostener el sistema híbrido, sino que constituye un elemento de trabajo imprescindible para docentes y alumnos“, señaló Soto.

Con respecto al equipamiento, se advirtió el descenso de temperaturas que se aproxima por una cuestión estacional y el inconveniente de que no todas las instituciones educativas poseen ventilación cruzada.

“Es imprescindible incorporar detectores de dióxido de carbono, para alertar sobre los niveles de la saturación de este en las aulas y avisar la necesidad de ventilación inmediata”, indicaron los autores del informe.

“Necesitamos levantar la mirada de la coyuntura y pensar en evaluar el estado de los aprendizajes escuela por escuela, y pensar un sistema de recuperación que atienda las necesidades de cada comunidad. Otros países de la región ya lo han hecho”, puntualizaron Gómez y Soto.

Y concluyen: “Es el Estado el que debe garantizar los medios para que la educación se lleve a cabo en condiciones dignas y seguras para todos los miembros del sistema. No hay educación sin conectividad, sin aulas decentes y con profesores taxi. La pandemia se combate con vacunas y con las escuelas abiertas”.

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