Por la fuerza, ayer por la tarde el Sindicato de Camioneros logró que se levante el piquete de estatales que reclamaban por la reforma jubilatoria en la Planta Orion. Fue una verdadera batalla campal. Finalmente se levantó el corte que impedía el tránsito de camiones de combustible.
USHUAIA.- El enfrentamiento se desencadenó ayer por la tarde, sin que intervenga la Policía, cuando el sindicato que lidera Pedro Velázquez llegó al piquete instalado hace dos días por la Unión de Gremios en el ingreso a la Planta Orion, para reclamar el levantamiento del corte que impedía el tránsito de los camiones de combustible.
Los camioneros traspasaron el vallado que habían armado los estatales sobre la avenida costanera de Ushuaia y lograron llegar hasta la planta de combustibles Orion, con el objetivo de garantizar la entrada y salida de camiones que se encuentra interrumpida desde ayer, lo que produjo desabastecimiento de naftas tanto en la capital provincial como en Río Grande.
La Policía no intervino durante los incidentes y se limitó a formar un cordón con un número reducido de uniformados cuando los enfrentamientos más importantes ya habían concluido.
Otro foco de tensión lo constituyó el fuego que encendieron los estatales sobre la calle, pero cerca de los tanques de almacenamiento de combustible, lo que hizo temer por la seguridad de las instalaciones y de la gente que se encontraba en el lugar.
Los gremios del Estado analizaban anoche si permanecían en el bloqueo, a riesgo de volverse a enfrentar con los camioneros, o se replegaban hacia el acampe que realizan frente a la Casa de Gobierno provincial.
El conflicto por la sanción de la reforma jubilatoria lleva 43 días consecutivos e incluye un paro general por tiempo indeterminado que repercute en el funcionamiento de oficinas públicas y establecimientos escolares.
La situación empeoró con la realización de piquetes en el centro de Ushuaia y el bloqueo de la planta que abastece de combustibles a todas las estaciones de servicios y aeropuertos de la isla.
Los incidentes de ayer coinciden con el 21 aniversario de la represión de Semana Santa de 1995, que ocasionó la muerte del obrero de la construcción Víctor Choque, considerado el primer muerto en un conflicto gremial desde el retorno a la democracia en 1983.
Dos años atrás, docentes y camioneros habían reclamado juntos en la toma de Casa de Gobierno por el reclamo estatal, pero en esta oportunidad los sindicatos marcaron sus diferencias.
“La decisión es tomar medidas de acción directa, vamos a pedir la intervención del Ministerio de Trabajo”, había dicho horas antes del enfrentamiento el dirigente de Camioneros Guillermo Vargas.
Además apuntó a “los ataques vandálicos al edificio de camioneros en Ushuaia, con pintadas que dicen mafiosos y este tipo de cosas; creemos e interpretamos que algún compañero se ha equivocado de pared, lo entendemos y transmitimos de esa manera”.
“Nos solidarizamos con todos, con los gremios y los medios, en la boca del conflicto no van a lograr ni se va a interpretar que Camioneros queda en el ojo de la tormenta de una solución a un problema que no nos corresponde y no es nuestro”, indicó.
Asimismo remarcó la necesidad de “hacerle saber a la sociedad que el paro llevado adelante en nuestra actividad no corresponde tampoco y menos en el ingreso a la planta donde se maneja todo el transporte, hay otras organizaciones gremiales que trabajan dentro de la planta y cada una defenderá a sus trabajadores”.
“Nosotros queremos la libre transitabilidad para los compañeros del transporte de combustibles y que a su vez, ante la falta de combustible tampoco va a haber plata en los cajeros por falta de transporte de caudales, alimentos, recolección y muchas otras circunstancias que dependen de eso”, sumó.
“Acá hay un solo problema y entendemos el reclamo, entendemos que el movimiento obrero no puede perder sus derechos, pero en este caso no puede ser perjudicando en forma directa a otros trabajadores”, cerró.
