Crudo testimonio de un exsoldado

El excombatiente Silvio Katz relató los apremios que sufrió en manos de sus superiores durante la guerra de Malvinas. Lo hizo durante una charla organizada por la UNTDF para recordar el inicio del proceso judicial contra oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas en 2007.

Alberto Avellaneda, Silvio Katz, Roque Arrieta, y Jorge Martinoli (izq. a der.), en las Islas Malvinas, durante la guerra de 1982.

RIO GRANDE.- Al cumplirse 13 años de iniciada la Causa Judicial N° 1777 por violaciones a los Derechos Humanos durante el conflicto bélico de 1982, el excombatiente Silvio Katz y el exsecretario de Derechos Humanos de la provincia de Corrientes Pablo Vassel brindaron una charla “online”, que fue transmitida el canal de Youtube de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego.
Katz, es uno de los 120 exsoldados que acusan a oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas por presuntas torturas cometidas durante la guerra de Malvinas en 1982 y Pablo Vassel, el exfuncionario que promovió la denuncia contra oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas por presuntas torturas ante la justicia de Río Grande.
La charla, denominada “Las torturas a soldados durante la Guerra de Malvinas”, contó con la participación de más de 300 espectadores.
“Si bien por mi origen religioso había sido maltratado durante mi servicio militar pensé que al llegar a la Isla la situación nos iba a hermanar. Sin embargo, la Isla les dio el poder de manejarse a su antojo y todo empeoró” relató Katz. “Tuve la desgracia de tener un superior de pensamiento nazi que me torturó por el hecho de ser judío. Diariamente desde lo psicológico, hasta el castigo físico: fui estaqueado, obligado con un arma en la cabeza a comer de entre las deposiciones del resto de los soldados. A poner los miembros del cuerpo en agua congelada, entre otros vejámenes”.
“También sufrieron mis compañeros por otras condiciones: por ser negro, tonto, cualquier excusa era pasible de tortura. Si no fuera por la ayuda familiar que recibí o los tratamientos psicológicos a los que me sometí, seguiría sufriendo por lo vivido en Malvinas. Muchos de mis pares se han quitado la vida a causa del horror provocado, más allá del hecho de la guerra”, expuso el denunciante.
Durante su exposición, el exsoldado planteó como premisa: “No podemos callarnos más. Tenemos que contar la verdadera historia, que la gente sepa que hubo torturadores y torturados. Que las nuevas generaciones decidan cómo vernos, si como héroes, perdedores, o víctimas de un proceso. No podemos llevar la misma medalla que aquellos que nos torturaron. Hay que repensar Malvinas, poner por encima el valor de la dignidad. Buscar justicia, por los que ya no pueden buscarla, no tienen voz o tienen miedo”, enfatizó.
Durante la conferencia online, Pablo Vassel, en su rol de abogado querellante, aportó: “Los años 80 fue un periodo de desmalvinizacion. Los 90 fue la década de la impunidad a donde a nadie se le hubiese ocurrido denunciar torturas, cuando los responsables de este delito andaban sueltos como grandes señores. Del 2000 en adelante impulsado por los organismos de derechos humanos fueron posibles muchos avances por el contexto de la política nacional de Memoria, Verdad y Justicia que rigió en la Argentina”.
Vassel fue clave en la recolección de los primeros testimonios y en el acompañamiento a los 25 denunciantes que dieron origen a la causa en el Juzgado Federal de Río Grande. Como principal conocedor de la causa, aseguró que en Malvinas “hubo estaqueamientos, enterramientos, picaneos, entre otras numerosas formas de tortura. En todos los ordenamientos jurídicos éstas prácticas están prohibidas. Incluso las convenciones de la guerra indican que una vez abatido el enemigo, el adversario tiene la obligación de atenderlo y alimentarlo, sanarlo. De todas las formas posibles, rige la prohibición de tortura y a ¿quién se le puede ocurrir torturar la propia tropa? La tortura, la prepotencia, la violencia y el desprecio de la dignidad humana fueron la forma por las cuales las fuerzas condujeron la Argentina, entre el año 76 y 83”, denunció.
En la causa, que está a cargo de la jueza Federal, Mariel Borruto, los exmilitares Miguel Ángel Garde, Belisario Gustavo Affranchino Rumi, Gustavo Adolfo Calderini y Eduardo Luis Gassino apelaron el auto de procesamiento dictado el último 18 de febrero.
La resolución judicial fue la primera surgida de la megacausa 1.777/07, caratulada “Pierre Pedro Valentín s/delito de acción pública”.
Según el abogado del Cecim, Jerónimo Guerrero Iraola, “todavía quedan cerca de 91 militares que no fueron llamados y muchas víctimas siguen esperando pronunciamientos de la justicia”.