Confirmaron que el anestesista se suicidó

Néstor Eduardo Colombo tenía 66 años y fue encontrado en su domicilio luego de dos días de no frecuentar su lugar de trabajo. El cuerpo sin vida lo descubrió un amigo y la empleada doméstica. La Policía buscó si había alguna carta con los motivos de la trágica decisión, pero no había nada. El profesional usó una pistola Colt calibre 45.

RIO GRANDE.- El hallazgo se produjo en la mañana del pasado viernes, cuando se tomó conocimiento de que el doctor Néstor Eduardo Colombo, de 66 años, se encontraba sin vida en una de las habitaciones de su domicilio de calle Trejo Noel 768.

Un amigo y la empleada doméstica, quien debía limpiar la vivienda esa tarde, se movilizaron hasta la misma dado que hacía varios días no tenían noticias de Colombo, aprovechando asimismo que este amigo poseía una llave de la puerta.

La conmoción fue grande cuando hallaron a Colombo sin vida en el interior de su habitación, tirado en el suelo con un disparo en la cabeza y un arma de fuego a escasos centímetros, presentando el estado del cuerpo y la sangre sobre el piso, indicios de que el suicidio se había producido hace aproximadamente dos días.

Ante ello dieron intervención a la Policía, actuando la comisaría Tercera con su jefe a cargo del procedimiento, comisario Raúl Bustamante; quien dio parte al juzgado de instrucción de turno, presentándose la secretaria doctora Sandra Lucca, la perito forense Inés Aparici y personal de Policía Científica para trabajar en la vivienda donde no había aberturas forzadas ni escenas de violencia o participación de terceros.

Allegados a la víctima aseguraron que Colombo llevaba dos años separado y que estaba sumido en depresiones esporádicas, por lo cual incluso realizaba un tratamiento, aunque no dejó expresados sus motivos en una carta o mensaje ya que se requisó toda la casa en la búsqueda de algún indicio más explícito en ese sentido.

Finalmente los peritajes y la autopsia confirmaron la ausencia total de indicios de violencia o lucha en el interior de la casa, donde se determinó que Colombo, quien era afecto a las armas, e incluso poseía un registro de portación, tomó una pistola Colt calibre 45 para acabar con su vida con un disparo a la cabeza.

Colombo era anestesista, ya jubilado del Hospital Regional donde fue un enérgico activista laboral en los años del manfredottismo, aunque en la actualidad trabaja en la salud pública como contratado, así como en el sector privado en la clínica Cemep.

El procedimiento en el frente del domicilio del anestesista que se quitó la vida.
El procedimiento en el frente del domicilio del anestesista que se quitó la vida.