Cómo liderar nuestra vida

Mucha gente me pregunta cómo hacer para tomar las riendas de su propia vida. Para disfrutar de vidas plenas y satisfactorias, debemos aprender a liderar cualquier actividad a la que nos dediquemos. A continuación, te invito a considerar cuatro rasgos de un líder que todos podemos imitar:

a. Actúa con rapidez

Las personas en una posición de liderazgo actúan rápido. Son proactivos. Alguien reactivo expresa: “Nadie me dijo nada, nunca me avisaron”. En cambio, alguien con proactividad se mueve con rapidez, sin esperar que nadie le diga nada. Cuando te envíen un mensaje, respóndelo rápido. Y en todo aquello que tenga que ver con lo que anhelás alcanzar, actuá con rapidez. ¡Porque nadie lo hará por vos!

b. Sabe delegar

Las personas en una posición de liderazgo delegan sus tareas en otros. Si tenés un negocio o un emprendimiento, necesitás armar tu segunda línea. ¿Qué significa? Buscar personas que sepan hacer lo que vos hacés mal. Personas que tengan las habilidades que vos no tenés. Por ejemplo, si no sabés bien cómo negociar, buscá a alguien que negocie por vos. Lo ideal para avanzar en la vida es acercarnos a la gente que sea distinta de nosotros y nos ayuden con aquello que nosotros no sabemos o no podemos hacer. ¿Sabías que hay quienes aman eso que a vos no te gusta?

c. Siempre está dispuesto a aprender

Las personas en una posición de liderazgo investigan todo lo que les sea útil para alcanzar sus objetivos. ¿Tenés un sueño? Leelo, investigalo, hablalo. Lo ideal es buscar a expertos en nuestro campo de acción, ya que siempre encontraremos a alguien que ya haya logrado lo que a nosotros nos gustaría lograr. Por lo general, se trata de gente muy ocupada; pero, aun cuando no podamos tener contacto personal, hoy tenemos la opción de seguirlos en las redes sociales para aprender de ellos. Cuanta más información tengamos, más rápido nos moveremos. He observado que aquellos con grandes sueños se convierten en “depredadores de información”.

d. Tiene respeto por las jerarquías

Las personas en una posición de liderazgo no se saltan las jerarquías. Cuando uno tiene un jefe, lo más aconsejable es hacerlo brillar. Incluso cuando pueda apropiarse de una idea y se lleve todo el mérito. ¿Por qué? Porque el superior es quien nos puede promocionar. Nunca hay que competir con un jefe. ¿Qué espera este de sus empleados? Fundamentalmente, obediencia. En cambio, un par espera respeto. Si intentamos darle una orden, seguramente se enojará. Al jefe, lo obedecemos. Al par, lo respetamos. Y al subalterno, se le debe entregar órdenes claras y precisas. Sólo cuando aprendemos a movernos con superiores, pares y subalternos, es decir, a respetar las jerarquías, logramos avanzar en la vida.
Tu vida y todo lo que hagas, crecerá rápidamente, cuando practiques el liderar cada área con esfuerzo y perseverancia. Es decir, con excelencia. Recordá: hay un líder innato en tu interior. Solo debés reconocerlo y soltarlo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *