El Club Social Río Grande fue fundado el 23 de agosto de 1936 por un conjunto de hombres que desarrollaban sus oficios y tareas en el campo y en el comercio de la ciudad.
Entre los que se juntaron y decidieron formar parte de esa organización se encontraba Justo Pérez Mendizabal, Vicente Arnauld, Domingo Poarbieri, Narcizo Areas, Salomón Bunader, Juan Guerra, Antonio Rivas, Antonio Salmorpraghi, Fausto Herrera, Francisco Santomé, Ruperto Bilbao, Antonio Falguera, Eduardo Van Aken, Simón Korik, Elías Berlin, José Raful, Manuel Olmedo, Vicente Barría, Alberto Díaz, Miguel Susic, Enrique Zapico y Clementino Soseli.
La entidad siempre funcionó sobre la calle Perito Moreno y, entre sus particularidades se destaca que nunca desarrolló actividades deportivas sino que se centraron en las de carácter social y cultural tal como lo especifica su estatuto original, esto lo diferenciaba de otros clubes que fueron apareciendo.
Fue la caja de resonancia del pueblo ya que, durante muchos, años el club fue un espacio de reunión familiar. En él se juntaban familias los fines de semana, a disfrutar del almuerzo mientras que los hijos jugueteaban entre aquellas cuatro paredes. En esos tiempo “los hombres jugábamos a las cartas o al billar mientras que las señoras disfrutaban de tertulias matizadas con torneos de canasta. Eran tiempos en que no había televisión ni radio, no se hablaba por teléfono y tampoco había vuelos diarios como tampoco se hablaba de viajes o de vacaciones”, recordaba al comienzo de su relato, don Néstor Nogar, actor y testigo de los últimos 50 años del Club.
En esos tiempos, el progreso y el cambio de costumbres, aún no había llegado, y “éramos pocos, y nos conocíamos todos. Eramos felices con lo que teníamos” dijo y recalcó que entre los integrantes del Club Social, ya sean socios o concurrentes “han salido diputados nacionales, intendentes, ministros, dos jefes de policía y dos gobernadores territoriales”.
Según aseguran quienes conocen de su historia, tradicionalmente, el Club ha sostenido y cultivado cordiales relaciones con autoridades locales y territoriales.
Nogar rememoraba que cuando el Club estaba en pleno auge, “eran tiempos en que el 24 de mayo y el 8 de julio, previa cena, a las 00:00 y con asistencia de autoridades, entonábamos el Himno Nacional Argentino para continuar con el baile”.
También recordó que, en su caso, recién en 1967, integró una Comisión Directiva junto a Mario Velázquez, Ramón Alberto Trejo, Jaime Gutraich, Mariano Viaña, Angel San Juan, Aldo Sist, Luis Rivero y Luis Montane que fue un gran Presidente durante varios años.
Datos que quedan en la historia
El Solar de la manzana 57, con el número 66 de la calle Perito Moreno donde hoy sigue funcionando el Club, le fue adquirido el 8 de noviembre de 1965 a Doña María Albaine de Raful en la suma de $150.000 moneda nacional que se pagaron $90.000 en efectivo y $60.000 con algunas facilidades, el Escribano interviniente fue Miguel Arrufat mediante escritura 855. En la década de 1950 mediante decreto nacional 3123 el Presidente Juan Perón firmó la Personería Jurídica.
A pesar que el Club ha perdido cierta preponderancia en los últimos tiempos, motivado por el surgimiento de otros espacios como gimnasios, clubes, y centros culturales, “no deja de ser el Club Social de toda la vida”, destacó Nogar, y ademitió que es “el lugar donde transcurrieron años junto a familias que aún hoy disfrutamos y cultivamos una sana amistad y que, también, se ha trasladado a nuestros hijos. Era el lugar de encuentro obligado donde se disfrutaba la amistad y la camaradería. Me estoy refiriendo a las décadas del 50, del 60 y comienzos del 70, del añorado Río Grande de ayer…”
En el último tramo de sus recuerdos, Néstor Nogar, protagonista de una historia particular de esta institución recalcó que “no deja de ser una satisfacción pero también responsabilidad como herederos y seguidores de la idea de aquellos creadores visionarios; no perdemos la esperanza que nuestros jóvenes nos sigan para darle vida y progreso al Club más antiguo de Río Grande. Han pasado 80 años y aquí estamos…”.