Celebración de los 15 en un lugar soñado

Loreley Corsich se convirtió en la única quinceañera de la Argentina en poder festejar su cumpleaños en medio de la pandemia con la presencia de más de 60 personas, sin distanciamiento social y sin límites de abrazos. Sucedió en la Base Antártica Esperanza, en el único continente del planeta, libre de coronavirus.

Impactante recuerdo de Loreley de la celebración de sus quince años.

USHUAIA.- El domingo 31 de mayo, después de varios meses de preparativos y planes, los 63 integrantes de la dotación de la Base Antártica Esperanza se reunieron en el comedor de la casa principal para festejar, sin distanciamiento, sin barbijos y con muchos abrazos, el cumpleaños número 15 de Loreley Corsich, quien junto a su familia se encuentra invernando como parte de la dotación de este año.
Desde 1978 en que hay presencia de familias en la Base Antártica Esperanza se han celebrado todo tipo de acontecimientos, como casamientos, bautismos, comuniones, e incluso también cumpleaños de quince. No obstante este año, es el único rincón del mundo donde se pueden realizar celebraciones sin límites de invitados y sin tomar precauciones especiales, porque el Continente Blanco está libre de coronavirus.
“La pasamos genial y el mejor regalo para nosotros fue que a ella no se le borró la sonrisa en toda la noche” contó a El Sureño la mamá de Loreley, Tamara Milan, quien es sargento Primero del Ejército y parte del plantel de LRA36 Radio Nacional Arcángel Gabriel.
Su papá, el sargento Primero Juan Marcelo Corsich, presta servicios en la base como mecánico motorista a rueda y está a cargo de la reparación de todos los vehículos de la base. Hizo el curso antártico en 2015, invernó solo en Base Esperanza en 2016 y en Belgrano II en 2018 y es la primera vez que lleva consigo a su familia, que habitualmente vive en San Miguel, provincia de Buenos Aires, para compartir esta experiencia.
“Antes de venir acá, el plan para festejar los 15 años de Loreley era hacer un viaje familiar porque ella no quería fiesta importante”. Sin embargo, en octubre del año pasado les confirmaron que habían sido aceptados para formar parte de la dotación de Base Esperanza, por lo que antes de viajar y previendo que la fecha los encontraría en la Antártida, salieron a comprar el vestido y los accesorios, al cual le adicionaron una capa de corderito que agregaron al equipaje de la familia.
Del resto de los detalles de la fiesta se ocuparon los 63 integrantes de la dotación, sin distinción, quienes trabajaron mucho para armar la decoración del salón, preparar la comida, organizar la música, armar tarjetas, regalos, ceremonias y detalles para que no faltara nada. Incluso, un carnaval carioca.
“No fue un gasto económico exuberante, fue todo muy sencillo y hecho con mucho amor. Los cocineros armaron la torta y prepararon todo el menú, fiambres, arrolladitos, empanadas, fondue de queso, mesa dulce… comimos muy bien!”, asegura Tamara.
Tampoco faltó el video y la producción fotográfica que durante cuatro horas el personal de la base realizó a la intemperie junto a Loreley para aprovechar los escenarios de ensueño que rodean ese mágico lugar. Hubo una misa en la capilla para celebrar el acontecimiento y los 15 chicos que forman parte de la población que inverna este año en Esperanza le regalaron una rosa cada uno, cuando la quinceañera entró al salón.
Obviamente, el operador técnico de la radio fue el musicalizador del evento y un meteorólogo de la Fuerza Aérea que, además, es periodista, se puso a cargo de la animación de la fiesta. Y cuando él se tuvo que ir a descansar para poder cubrir su turno en meteorología al día siguiente, el carpintero de la base quedó al frente del micrófono.
“Creo que lo mejor que pudo pasarle a Loreley fue festejar sus quince años acá, porque las fotos que se lleva y los recuerdos que le quedan de ese momento, a pesar de estar lejos de la familia, son los mejores”, admite su mamá.
El acontecimiento unió a todos los integrantes de la base e hizo más llevadera la nostalgia de los que están solos, sin sus familias. “Con el transcurrir de la noche íbamos viendo en la cara de los participantes y comprendíamos sus sentimientos. La gente que vive en la casa principal y a quienes mal llamamos solteros, en su mayoría son personas que han dejado a su familia en el continente y tienen hijas que están próximas a vivir esta experiencia, o ya la han pasado y ven a su familia en las nuestras. Eso sensibiliza un montón”, señala Tamara.
“Hubo gente de la dotación que desde su talento le hicieron regalos, uno fue el sargento ayudante Unco que tocó una parte de una canción con saxofón, que sorprendió a Loreley. Incluso, el sargento primero Saucedo le recitó un poema escrito por él, en el que la describió como una Princesa Austral”.
La Base Antártica Esperanza está ubicada en punta Foca en la Antártida Argentina y actualmente es el único establecimiento del Continente Blanco donde hay personal temporal cumpliendo funciones militares, científicas o de servicio, acompañados de sus familias.
Este año la dotación de Base Esperanza está compuesta por un total de 63 personas, entre los cuales hay 15 niños, 19 “solteros” y 10 familias.
Vale recordar que las primeras familias en instalarse en esa base lo hicieron en el año 1978 en un número de siete, formando un poblado, para el cual se creó una escuela y se instaló una oficina de Registro Civil y una oficina postal.
En 1997, la escuela pasó a pertenecer a nuestra provincia recibiendo el nombre de “Presidente Raúl Alfonsín”, la cual se ha convertido también en la única escuela del país en la que se dictan clases normalmente durante la pandemia, por encontrarse en territorio libre de coronavirus.