Cariló, bosque, dunas y playa, inolvidable lugar, perfecto para vacacionar

Si quieres conocer un lugar diferente donde el lujo se confunde con la naturaleza, debes visitar Parque Cariló en la provincia de Buenos Aires. Sumamente distendida y agradable, Cariló se ofrece al turismo como un paraíso de frescura, libertad y satisfacción.

BUENOS AIRES.- Parque Cariló es el balneario más exclusivo de la República Argentina. Ubicado a 400 kilómetros de Buenos Aires, está inmerso dentro de un bosque de excepcional belleza. Cuenta con cuatro playas con todas las comodidades y sus viviendas son las más lujosas de la Costa Atlántica. Sin ningún lugar a dudas, Cariló, que en mapuche significa médano verde, es uno de los pueblos más bonitos de Argentina.

De indescriptible belleza, Cariló permite abarcar en una mirada los bosques y las extensas playas vírgenes.

Perfecta articulación entre naturaleza y urbanismo, la ciudad de Cariló se alza al sureste de la provincia de Buenos Aires, en el partido de Pinamar, cautivando al turismo con su oferta de playas y balnearios enmarcados por paisajes de incomparable belleza. Tranquilidad, adrenalina, renovación, disfrute y diversión, todo es posible en esta localidad de la Costa Atlántica.

Cariló es un bosque inmenso encerrando un pueblo de hermosura y estilo únicos; y es un centro turístico veraniego de exclusividad. Cuenta con una amplia oferta de Hoteles, Hosterías, Apart Hoteles, Resorts & Spa, Tiempo Compartido, en su gran mayoría cercanos a la playa o con vista a ella; así como con una cartelera plena de sitios fascinantes por recorrer y magníficas actividades por realizar.

Su sofisticado centro comercial cuenta con 20 galerías, en las que podrás encontrar las más afamadas marcas de indumentaria y la mejor calidad en gastronomía, ya que sus restaurantes permanecen abiertos las 24 horas durante la época estival y los fines de semana de todo el año.

Dueña de amplias playas, Cariló sólo cuenta con tres balnearios y un parador, conservando de esta manera el aspecto salvaje y virgen de sus médanos, bosques y mar. Mientras en la ciudad, su diseño urbanístico se armoniza con la naturaleza en un constante intento por engalanar la apariencia de este lugar mágico desde sus orígenes.

Atractivos de Cariló

Más que destino perfecto para los turistas exigentes, Cariló se brinda propicia para la práctica diurna y nocturna de diversos deportes náuticos y playeros, cabalgatas, y travesías en cuatriciclo. Participación en eventos artísticos y culturales; relax y deleite en los múltiples restaurantes y bares que se extienden por la ciudad; o un espectacular paseo de compras por los diferentes paseos y galerías del centro comercial; constituyen sólo una parte de la encantadora propuesta carilense.

Su centro es pequeño pero pintoresco, con una arquitectura que mezcla las construcciones de madera con las lujosas casas y aparts alejados de sus playas.

En las afueras, encantadoras estancias campestres cautivan a los veraneantes de Cariló, situadas a escasa distancia del partido rural General Madariaga, con la serenidad de su entorno, sus delicias criollas, sus actividades y alojamiento. También una inmensa laguna bonaerense, La Salada Grande, invita a distanciarse del núcleo urbano para sumergirse en un ambiente natural y lanzarse en la pesca deportiva.

Y si todo lo anterior ya era extraordinario, villas balnearias como la ensoñada Valeria del Mar y la antigua y residencial Ostende, suman sus playas paradisíacas, sus espacios deportivos y sus deslumbrantes paisajes a la propuesta turística de Cariló, constituyendo así una opción irresistible que nadie querrá dejar de conocer y vivenciar.

Playas soñadas

Mágica en sus frondosos bosques, desolada en sus médanos, y reluciente en sus extensas y doradas playas, que acompañan el ir y venir del mar, la ciudad de Cariló, brotada en la Costa Atlántica de la provincia de Buenos Aires, encanta a miles de turistas cada año intimándolos a regresar con una seducción irresistible.

Disfrutar de días de sol en los acondicionados balnearios de Cariló, complaciéndose con sus excelentes servicios, refrescándose en las aguas cristalinas y divirtiéndose en las múltiples actividades propuestas, constituye de por sí el principal e inobjetable atractivo de esta ciudad veraniega, pero no el único.

Cabalgatas por la orilla del mar, atravesando la vegetación de la reserva forestal, o bajo la tenue luz de la luna; aventuras por los bosques y la arena montados sobre bicicletas; desafío a los médanos de la costa a bordo de cuatriciclos o travesías por espacios recónditos llegando a zonas de arenas blancas; excursiones 4×4 internándose en los bosques; práctica de surf, sandboard, beach voley y fútbol playero; conforman parte importante de la cartelera turística recreativa de Cariló, sumándose a la planificación del verano en sus costas.

Pesca deportiva

Bella y atrapante por dónde se la vea, Cariló es uno de los destinos exclusivos que regala la Costa Atlántica de la provincia de Buenos Aires. Especialmente indicada  para disfrutar durante la época estival, sus postales costeras también son elegidas por los visitantes que llegan a este rinconcito de ensueño anhelando deleitarse con jornadas de pesca deportiva. Apostados con sus cañas sobre la costa, los pescadores lanzan sus líneas y esperan en la tranquilidad de la tardecita o el amanecer que los peces encuentren sus carnadas. Las aguas que bañan esta zona aparecen transitadas por especies como brótolas, pejerreyes, chuchos, rayas y burriquetas durante la época invernal; mientras que en verano, con las corrientes cálidas del Golfo de Brasil, llegan otras especies de mayor tamaño como corvinas, lenguados o pejerreyes.

Las doradas playas de Cariló son un paraíso de tranquilidad y pureza, se caracteriza por la cantidad y calidad de sus servicios.

Esta región pesquera aparece salpicada por pozones y canaletas, lugares ideales para probar suerte con el pique ya que allí generalmente se refugian muchos peces. Pero hay más opciones: quienes prefieran internarse mar adentro podrán contratar una excursión, con un guía de pesca que indicará cuáles son los lugares más propicios para lograr excelentes capturas y deleitarse con una experiencia fascinante bajo la modalidad embarcada.

Con un entorno que combina el colorido de verdes bosques, el dorado de la arena, y el azul intenso del mar, la pesca deportiva también es una actividad ideal para disfrutar de la hermosura que ostentan estas postales.

Entretenimientos y más

Paseos de compras, recorridos por puestos artesanales, juegos de aventura en pleno centro urbano; espectáculos artísticos, eventos culturales, delicias gastronómicas; diversión, música y tragos en los abundantes pubs y bares de la costa; dan ese toque de distensión y frescura que caracteriza la noche de Cariló, cuando no se prefirió ir en busca de la adrenalina en expediciones nocturnas hacia los espacios más ocultos de la zona.

Serena o desafiante, aunque siempre placentera, la ciudad de Cariló promete jornadas de disfrute sin límites en sus deslumbrantes marcos naturales o en sus espectaculares espacios diseñados, y jamás falta a su promesa.

Historia

La historia de esta región costera de Buenos Aires comenzaría por el año 1835, momento en que Don Félix de Álzaga recibe estos terrenos de Juan Manuel de Rosas, por haber sido jefe del Regimiento “El Restaurador”. A su muerte, las tierras serían heredadas por Martín de Álzaga, esposo de la joven Felicitas Guerrero. Pero tras la muerte de ambos y la inexistencia de descendientes, la fortuna pasaría a manos del matrimonio Guerrero, hasta que su muerte distribuiría la herencia entre sus siete hijos.

Bella y atrapante por donde se la vea, Cariló es uno de los destinos exclusivos que regala la Costa Atlántica de la provincia de Buenos Aires.

Pasarían los años hasta que, desde la lejana Bélgica, llegarían a estas costas Fernando Robette y Agustín Poli, decididos a crear un balneario atlántico y apoyados por inversores de su país. Un entorno de médanos, semejante al paisaje del balneario europeo conocido como Ostende, daría origen en tierras de Manuel Guerrero al nuevo Ostende, fundado por los dos belgas y el francés José Bourel. No obstante, la Primera Guerra Mundial obstaculizaría el magnífico inicio, quedando solo en el proyecto Bourel y el arquitecto francés Huguier, quien hará resurgir las esperanzas turísticas de la zona con la construcción del Atlantic City Club.

En 1930, la revolución que derroca al presidente Irigoyen aplastaría nuevamente el proyecto Ostende. Sin embargo, de este sueño truncado surgiría la planificación de Pinamar. Un nuevo emprendimiento, con nuevos protagonistas: Valeria Guerrero Cárdenas, quien solicita la forestación de sus campos situados sobre la costa; y el arquitecto Jorge Bunge, contratado por ésta como encargado de la tarea. La forestación comenzaría en 1941 con fijación de médanos, y en 1942 ya se llevaría adelante la construcción de un prestigioso hotel y varias casas particulares de veraneo que darían vida a la región. En pleno desarrollo, en febrero de 1943 quedaría inaugurada Pinamar como localidad balnearia y turística.

Valeria Guerrero, hecha a un lado del glorioso proyecto, decide crear un balneario propio en los campos del litoral atlántico que aún le quedaban. Así, entre 1946 y 1947 inicia la forestación y loteo de lo que más tarde se convertiría en la localidad de Valeria del Mar.

Las localidades de Montecarlo, Ostende, Mar de Ostende, Pinamar, Valeria del Mar y Cariló conformarían el Municipio Urbano de Pinamar, creado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires en julio de 1978.

Cosas para ver y hacer

Sus bosques: para fijar las dunas se importaron diversas variedades de árboles. Al mismo tiempo sirven de hogar para varias especies de animales y aves. Pinos mediterráneos, pinus californiano (Radiata), pinus Nigra (europeo) y árboles de Nueva Zelanda, Australia y México. Todos ellos le dan un marco de extrema belleza al verde bosque.

Los paseos: con tres kilómetros largos de playas y 2,5 kilómetros de ancho de bosque podrás realizar trekking, avistamiento de aves, caminatas y cabalgatas por toda la extensión del parque.

Las playas: balneario Hemingway es el número uno del lugar, le siguen Cozumel, Divisadero y Parador Neruda.

Deportes: tenis, atletismo, pesca deportiva, surf, kitesurf y golf. El Golf Club de Cariló dispone de un campo exigente con greens de buen rodamiento y un “rough leñoso” en un bosque de pinos.

Golf en Cariló

Dueño de un escenario apasionante que atrapa a los amantes de esta disciplina, el Golf Club Cariló despliega sus extensos greens en un marco de verdes bosques de pinos que incrementan las excusas para elegirlos.

Construido en dos etapas, los primeros nueve hoyos datan de 1976, y remiten al estilo británico, mientras que los nueve restantes se agregaron recién en 1998, con marcadas reminiscencias norteamericanas. Esta versatilidad en la cancha le brinda al golfista la posibilidad de experimentar, en un mismo lugar, diferentes ritmos en el juego.

Además de esta peculiaridad, los golfistas se encontrarán con una serie de variables en el diseño, que proponen el desafío constante: así los tiros ciegos, doglegs a derecha e izquierda, desniveles marcados, fairways con áreas de aterrizaje de drive de variada superficie y estrategia, greens francos de muy buen rodamiento y velocidad, conforman una propuesta difícil de resistir. Para quienes gusten de disfrutar de la tranquilidad y la belleza del paisaje, el Golf Club también es un lugar indicado para relajarse bajo el sol, leer un libro, o disfrutar de los servicios del Club House.

Estancias: otra opción

Situada a escasa distancia del partido rural General Juan Madariaga, Cariló incorpora a su cartelera turística la visita a estancias campestres cuyas encantadoras y variadas propuestas han sabido conquistar a los veraneantes de la región.

Cariló es un buen lugar para el turismo de estancias, donde se pueden disfrutar de diversas actividades y la vida de campo.

Estancia Dos Montes

Extendiendo sus atractivos a lo largo y ancho de 2 mil hectáreas, este establecimiento rural invita a disfrutar de un espléndido día de campo. Paseos en antiguos carruajes, cabalgatas, práctica de polo, mountain bike, pesca con mosca, entretenimientos infantiles, avistaje de aves, son algunas de las opciones irrechazables, además de las exquisiteces de la comida regional.

Estancia Charles Viejo

Constituye uno de los establecimientos más tradicionales de la zona y posee una magnífica colección de carruajes antiguos y arneses que ha alcanzado renombre internacional. Aquí el visitante puede hospedarse y disfrutar sus vacaciones a todo campo. Se ubica en el Paraje Juancho, a 14 Km. de Gral Madariaga.

La Salada Chica

Espectacular unión del ámbito rural y la actividad acuática, este establecimiento linda con la majestuosa y enorme laguna bonaerense La Salada Grande. Ofrece alojamiento en una confortable y encantadora casona, mientras la laguna se exhibe como el espacio ideal para la pesca de pejerrey y el contacto con la naturaleza. Situada a 20 Km. de la ciudad de Gral Madariaga. Fuente: Argentinaturismo.com.ar

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