El cambio climático es el principal responsable de una sequía récord en la selva amazónica que secó ríos, matado delfines en peligro de extinción y trastornado la vida de millones de personas en la región, según un estudio publicado este miércoles.
SAN PABLO (Reuters-NA).- De acuerdo con el análisis de World Weather Attribution, un grupo internacional de científicos, el calentamiento global hizo 30 veces más probable la sequía, impulsó las altas temperaturas y contribuyó a la disminución de las precipitaciones. El estudio se centró en los meses de junio a noviembre del año pasado.
Se espera que la sequía que afecta a los nueve países de la selva amazónica -entre ellos Brasil, Colombia, Venezuela y Perú- empeore en 2024, después de que la temporada de lluvias comience a remitir en mayo, dijeron los científicos a Reuters el año pasado.
La protección de la Amazonia, la mayor selva tropical del mundo, se considera vital para frenar el cambio climático debido a las enormes cantidades de gases de efecto invernadero que absorben sus árboles. La sequía redujo el nivel de los ríos en algunas partes de la región a sus puntos más bajos jamás registrados.
“Deberíamos estar realmente preocupados por la salud de la selva amazónica”, afirmó Regina Rodrigues, coautora del estudio e investigadora de la Universidad Federal de Santa Catarina.
Los investigadores señalaron que la sequía podría agravar los incendios forestales, lo que unido al cambio climático y la deforestación podría empujar a la Amazonia más rápidamente hacia un punto de no retorno tras el cual el bioma se seca y deja de ser una selva exuberante.
El calentamiento periódico del Océano Pacífico oriental, conocido como El Niño, también contribuyó al descenso de las precipitaciones, pero no al aumento de las temperaturas, según el estudio.
Aunque la región se ha enfrentado al menos a otras tres sequías intensas en los últimos 20 años, el alcance de esta sequía no tenía precedentes y afectó a toda la cuenca del Amazonas, dijo Rodrigues.
En Brasil, uno de los principales afluentes del río Amazonas descendió a su punto más bajo desde que se iniciaron los registros en 1902 y otros cursos de agua más pequeños prácticamente desaparecieron.
“Los cursos de agua se secaron en cuestión de meses. La gente se vio obligada a hacer enormes viajes, arrastrando barcas por tramos secos del río para acceder a alimentos, medicinas y otros bienes esenciales”, explica Simphiwe Stewart, investigadora del Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, con sede en Holanda, y coautora del estudio.
Los investigadores brasileños afirman que el bajo nivel del agua y las altas temperaturas provocaron el año pasado la muerte de al menos 178 delfines rosados y grises del Amazonas, especies en peligro de extinción.