En el mes de septiembre se celebra el Día del Bailarín Folklórico en honor a Santiago Ayala “El Chúcaro”, maestro fundador del Ballet Folklórico Nacional, conocido por su innovador estilo y coreografías que fusionan tradición y originalidad.
BUENOS AIRES.- El Ballet Folklórico Nacional debutó el 9 de julio de 1990, en el Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires; bajo la dirección de Santiago Ayala y Norma Viola, con un repertorio integrado por cuadros coreográficos basados en mitos, costumbres, historias, leyendas y paisajes; estas creaciones fueron reflejo de la expresión de las culturas regionales y tradicionales argentinas.
Desde agosto de 2023, es conducido por un nuevo equipo directivo: Glenda Casaretto, directora, Fernando Muñoz, subdirector y sus asistentes coreográficos: Soledad Buss y Juan Paulo Horvath.
El elenco está integrado por cuarenta y dos bailarines provenientes de diferentes provincias del país y por un equipo artístico-técnico de destacados profesionales en iluminación, escenario, vestuario, sonido, utilería y multimedia, como así también de un equipo administrativo.
Todos ellos planifican y contribuyen para llevar adelante las propuestas artísticas. El Ballet Folklórico Nacional se ha presentado con gran éxito en Colombia, Brasil, Paraguay, Chile, México, España, Portugal, Bulgaria, Albania, Francia, Suiza y Japón. Desde su creación hasta la fecha, continúa realizando presentaciones y actividades didácticas a lo largo del país, llevando el arte de la danza argentina a todos los escenarios posibles, manteniendo inalterable su compromiso con el pueblo convencidos de que la cultura es un pilar fundamental de nuestra sociedad.

Cuerpo de Baile
Carolina Barbatto, Sabrina Castaño, Barbara Contreras, Soledad Diz, Mara Doval, Romina Fabretti, Graciela Ferreyra, María Belén Italiano, María Celeste Italiano, Nerina López, Giuliana Mangione, Cándida Mazacotte, Ángeles Moar, Gabriela Ponce De León, María Celeste Ramírez, Marina Rea, Mariángeles Regiardo, Candelaria Torres, Constanza Torres, Agustina Vigil, Jimena Visetti Herrera, Leandro Bojko, Alexis Bogado, Rodrigo Colomba, Nicolás Diaz, Victor García, Brian Gimenez, Jonathan Lazarte, Maico Llanes, Alexis Ledesma, Ezequiel López, Sergio Pacheco, Cristian Paillamán, Alfredo Ribalta, Gonzalo Rivero, Matías Rodríguez, Lautaro Rondan, Federico Santucho, Darío Sosa, Cristian Vattimo, Adrián Verges, Juan Manuel Visetti.
PROGRAMA

El sueño de la Pastora
Música de Ariel Ramírez – Gilberto Rojas – Anónima / Coreografía: Santiago Ayala y Norma Viola.
La acción se desarrolla en el noroeste argentino, en medio de ese paisaje mágico surge la historia de amor entre la pastora y el cardón.
La Huella
Fragmento de la obra Giros, de Jorge Caballero / Versión de Mariano Luraschi / Música: * Malambo Sureño: Cristian Vattimo / * Cadencia y Trigo: Raúl Carnota. Letra de Mario Bazán.

Mercedes…mujer, voz y pueblo
Coreografía: Candelaria Torres / Música: Romance de la Luna Tucumana. Letra: Atahualpa Yupanqui. Música Pedro Aznar / Edición de sonido: Candelaria Torres y Emiliano Tedeschi / Diseño de vestuario: Candelaria Torres y Rosa Lafuente / Realización de vestuario: Rosa Lafuente, Mabel Elisabeth Herrera, Nancy Gomez, Javier Saavedra Garcia / Realización de los ponchos: Ismael Reyna.
Homenaje danzado a la cantante tucumana Mercedes Sosa, quien transmitió nuestra historia por el mundo entero, mediante la música argentina con sus inigualables interpretaciones.
Zamba y Chacarera
Coreografía: Nydia Viola / Música: La tristecita de Ariel Ramirez / La Telesita de Andrés Chazarreta.
Pericón Nacional
Coreografía: Norma Viola y Santiago Ayala / Juegos pampeanos y Malambo / Música de Oscar Cardozo Ocampo / Coreografía Norma Viola y Santiago Ayala.
Allá por el año 1870 los paisanos se reunían en las llamadas “pulperías”, estas eran locales solitarios que se encontraban en la inmensidad de la pampa y a gran distancia unos de otros. Allí reinaba la alegría del encuentro y practicaban sus entretenimientos favoritos: Juego de Pato – Carrera de Cuadreras – Juego de Taba – Riña de Gallos – Visteada (práctica del manejo del cuchillo y la rapidez de la vista para la pelea). Y en los atardeceres nunca faltaba un romance entre el gaucho y una moza que se declaran su amor por medio de un “escondido”, danza de la época.
Luego venía el desafío entre unos y otros de la danza más viril, cuyo zapateo remeda el galope del caballo, El Malambo.