El crecimiento sostenido se observa desde la década de 1980 y ya se avistan ejemplares en zonas donde no se veían antes de la caza, como Necochea, Mar del Plata y Uruguay.
BUENOS AIRES (NA).- La población de ballenas francas australes en la Península Valdés, Chubut, alcanzó un nuevo récord histórico con 2.110 ejemplares censados, entre ellos 82 crías, superando los registros de 2018, según confirmó el biólogo marino e investigador del CESIMAR-CENPAT, Mariano Coscarella,

“La población viene creciendo sostenidamente desde la década de 1980. En los 2000 crecía muy rápido, en la década del 2010 se ralentizó un poco, pero siguió creciendo. Eso explica por qué cada vez aparecen más ballenas en lugares donde antes no estaban”, señaló Coscarella en diálogo con Radio Rivadavia.
El investigador destacó que los censos son posibles gracias al financiamiento de los operadores turísticos de Puerto Pirámides, interesados en la conservación y en el conocimiento de estos animales. “Ellos financian todos los años este tipo de relevamientos porque necesitan saber dónde están las ballenas y cuántas hay cada temporada”, explicó.
Sobre los avistajes, Coscarella remarcó que la temporada se extiende desde mayo hasta diciembre, con un pico entre agosto y septiembre: “En lugares como El Doradillo se pueden ver a metros de la playa. También se realizan excursiones embarcadas, donde los guías tienen mucha experiencia y saben cómo manejarse con respeto hacia los animales”.
El biólogo aclaró que las ballenas llegan a las aguas de Chubut por la tranquilidad y protección que ofrecen los golfos. “Hemos demostrado que las zonas con menor energía de olas son las preferidas. Vienen a reproducirse y parir porque encuentran un hábitat seguro para sus crías”, detalló.
Además, cada año nacen ejemplares muy particulares: “Aproximadamente el 5% de los ballenatos son blancos. Este año contamos alrededor de 15. Con el tiempo su piel se va tornando gris, pero son un atractivo especial para quienes los avistan”.
Finalmente, el investigador recordó que, tras la temporada de reproducción, las ballenas migran hacia zonas de alimentación en el Atlántico sudoccidental.
“Tenemos registros de animales que viajan hacia áreas cercanas a Brasil, otras a las Georgias y hasta más al sur. Esto lo sabemos gracias a un proyecto con rastreadores satelitales que desarrollamos desde 2014”, concluyó.