Sólo la cuarentena los pudo detener

Dos años después de haber tomado contacto con una comunidad wichi de la provincia de Salta y haberse comprometido a regresar, el grupo scout Timaukel había logrado organizarse y reunir los recursos para viajar nuevamente esta semana. “Apenas pase todo esto, vamos a ir”.

El primer viaje a Salta selló a fuego un compromiso de amistad y solidaridad entre los scout Timaukel y los niños wichi.

USHUAIA.- Catorce jóvenes y adultos pertenecientes a la agrupación scout “Timaukel” que tenían planeado viajar ayer a Salta para realizar tareas voluntarias en la comunidad wichi de Pluma de Pato, vio postergado su proyecto por la cuarentena impuesta para prevenir la transmisión del coronavirus. Sin embargo, confirmaron que una vez que pase la emergencia por la pandemia, cumplirán con el compromiso que asumieron con los niños de esa comunidad aborigen.
El viaje, al que denominaron “Despierta Salta 2020”, estaba previsto para el 21 de marzo, vía aérea con conexión a Salta y desde allí a la comunidad aborigen, distante 400 kilómetros de esa capital sobre ruta 81. “Hace una semana ya veíamos que esto venía para mal y lo peor iba a ser el aislamiento porque no íbamos a poder volver a la provincia. Lo suspendimos para más adelante, cuando pase todo esto seguramente vamos a ir”, explicó Jorge Salas, jefe del grupo scout, en diálogo con El Sureño.
En 2018 el grupo viajó a Salta, motivado por integrantes de la Fundación de la Mano por el Mundo, quienes trabajan con comunidades originarias de diferentes lugares de América. Allí convivieron durante 12 días con los niños y jóvenes de la comunidad wichi de Pluma de Pato y ese primer contacto selló a fuego un compromiso de amistad y solidaridad mutuo. Aquella experiencia había recibido el nombre de “Saltarte 2018”.
“Como miembros de Scout Argentina organizamos actividades que tengan que ver con la inclusión, la educación en valores y la solidaridad. La de 2018 para nosotros fue una experiencia espectacular en lo emocional. Allá no dejamos más que sonrisas y momentos compartidos”.
Para solventar los gastos que implica poder unir los 4500 kilómetros de distancia que los separa de su objetivo, desde hace casi dos años los miembros de la agrupación han vendido rifas y elaborado pizzas; aunque el mayor esfuerzo económico ha sido individual, ya que cada uno ha pagado sus propios pasajes.
“Es llamativo hacia afuera, que decidamos ir tan lejos para cumplir esta misión. Seguramente sería más fácil enviarles todo el dinero que nos sale el viaje para que puedan comprar alimentos u otras cosas que necesitan, pero la vivencia que tienen los chicos con nuestra presencia, no tiene precio”.
En aquella oportunidad, los fueguinos y salteños unieron sus almas para siempre, tras lograr que todos los miembros de la comunidad, que son reacios al contacto por su cultura y porque están acostumbrados a que el trato con los foráneos se limite al asistencialismo; se abrieran y habilitaran espacios para el diálogo, los juegos y la comunicación entre pares.
“Nosotros no llevamos alimentos ni nada para dejarles. Simplemente vamos para compartir, para hacerles conocer otro mundo, con chicos que hacen otras cosas. Aquella vez llevamos talleres que los dan los mismos chicos, de bordado, macramé, dibujo y pintura. En este viaje, además de esos talleres, dos bomberos que se sumaron tenían planeado brindar un taller de primeros auxilios. También realizamos actividades scouts que incluyen juegos, charlas, canciones”.
“Esa primera experiencia fue tan importante y motivadora que nos comprometimos con ellos a regresar lo antes posible. Cuando nos despedimos, los chicos de la comunidad pensaban que volveríamos en poco tiempo”, señala el líder del grupo.
“Aunque no lo creas, los chicos al día de hoy se acuerdan de nosotros, porque nunca habían tenido una experiencia de este tipo. Alguien que vaya a compartir el tiempo con ellos, que los escuche, los abrace, que jueguen”.
Ahora, a pesar de las medidas de aislamiento vigentes y la incertidumbre acerca de cuándo se podrán levantar las restricciones para viajar, los integrantes del grupo Timaukel creen que hasta la primavera no podrán retomar sus planes de ir a Salta por sus obligaciones escolares. Por lo pronto, siguen comunicados a través de la “Fundación de la Mano por el Mundo”, que es el nexo entre ambos extremos del país, mandando videos y noticias.
“Los scouts somos gente de palabra y no podemos fallarles a los chicos. Ellos regresaron con la idea de volver y se emocionan cuando recuerdan a los chicos y no se olvidaron los nombres de ninguno de ellos”, concluyó el líder scout.