En el juicio del crimen del joven de 19 años a manos de sus propios primos, declararon los efectivos que trabajaron en la investigación y en los peritajes. Dieron cuenta de todos los indicios que apuntan y comprometen a los primos Diego y Ramón Kubitz como presuntos autores del homicidio con fines de robo.RIO GRANDE.- El proceso contra los primos Diego y Ramón Kubitz, acusados de haber asesinado a su primo Gerardo Vélez el 5 de enero; siguió en su segunda jornada, dedicada a declaraciones testimoniales.
Por el hecho en el que fue hallado el joven Vélez sin vida dentro de la vivienda que habitada, la cual fue incendiada, los oficiales de Delitos Complejos; Pereyra y Cárdenas, declararon sobre las vías de investigación.
Señalaron que la vía de un crimen pasional fue desestimada rápidamente y que todo apuntó hacia los primos de la víctima, quienes habían sido observados frecuentándolo en sus últimos días de vida.
Así fue que llegaron a la vivienda de los Kubitz, donde Pereyra asegura que el imputado Diego Kubitz le refirió que “la noche anterior había estado en compañía de la víctima”.
Hallazgo del botín
Los efectivos señalaron que tras los primeros elementos recolectados, un mes después de sucedido el crimen retornó a la provincia, de sus vacaciones, una mujer que había dejado su casa al cuidado del imputado Ramón Kubitz.
Esta mujer llamó a la Policía cuando dentro de su vivienda encontró una bolsa conteniendo casi 20 mil pesos en efectivo, un celular dañado, una billetera con documentación a nombre de la víctima, Gerardo Vélez, y otros elementos que se procedió a incautar en el allanamiento a esa casa.
En la bolsa del celular y los efectos personales de la víctima había tres colillas de cigarrillo, a las que se les realizó un rastreo de restos de saliva, los cuales tenían el ADN de los imputados -2 de Ramón y 1 de Diego Kubitz-.
El dinero estaba envuelto en una bolsa de tela de un casco, de la misma marca que uno que poseía Ramón Kubitz, quien asimismo es propietario de una moto.
A esto luego se sumaron las declaraciones de los peritos de la Policía Científica, que trabajaron en la escena del crimen, éstos dieron cuenta de colillas de cigarrillos en un cenicero y en el cesto de basura, las que tenían rastros de ADN de la víctima y de los dos imputados.
La víctima tenía seis lesiones mortales
Los peritos de la Policía Científica, Velázquez y Monzón en su testimonio, además, indicaron que la vivienda principal, que estaba al cuidado de Vélez, presentaba indicios de robo con cajones abiertos, una puerta rota y demás elementos removidos; mientras que en la vivienda posterior -la del incendio- se encontraban las marcas de sangre, siendo esa la escena del crimen.
A pesar de ello determinaron que Vélez pasó sus últimas horas de vida allí, presumiendo por los indicios que había estado cenando, mirando televisión, y cortándose las uñas entre sus últimas actividades, en la vivienda principal.
Las lesiones mortales fueron seis heridas cortantes en la zona del cuello, las que por su gravedad indican que fue asesinado en la vivienda posterior y que no hubo traslado del cuerpo, lo que hubiera generado un reguero de sangre importante.
Finalmente, el perito de Bomberos Detzel detalló que el siniestro fue claramente intencional con el uso de un “acelerante” que por análisis químicos, y el hallazgo de una botella con resto de líquido, se presume fue nafta arrojada sobre el colchón donde fue hallado el cuerpo de Vélez, así como un segundo foco ígneo que no llegó a propagarse.
El juicio continuará hoy con más testimoniales.
