Matías Lucuix, un estrella que llegó a lo más alto

RIO GRANDE.- Semanas atrás se conoció la importante noticia que Matías Lucuix iba a conformar parte del cuerpo técnico del seleccionado argentino de futsal que iba a disputar la Eliminatorias Sudamericanas en Paraguay que iban a otorgar tres pasajes al Mundial de Colombia.

Para muchos, Matías Lucuix es un verdadero desconocido, pero para el ambiente del futsal, se trata del jugador argentino de futsal que más lejos llegó y de una verdadera figura mundial de esta disciplina, siendo distinguido y triunfando, nada más y nada menos, que en la Liga de España, el primer nivel del futsal internacional.

Con una carrera deportiva vertiginosa y llena de éxitos, el destino le jugó una mala pasada y una fractura en una de sus piernas prácticamente le quitó de las manos la ilusión ser uno de los mejores jugadores del mundo. Sin embargo la vida le dio otra posibilidad y hoy está cumpliendo otro de sus sueños: seguir ligado al futsal pero como entrenador, en este caso asistiendo a Diego Giustozzi en el banco de la Selección Argentina.

En un momento de tranquilidad en la concentración argentina, Matías Lucuix, de 30 años de edad, con su paz interior y la humildad que lo caracteriza, accedió amablemente a dialogar mano a mano con El Sureño y nos contó desde sus comienzos hasta la actualidad.

“Mis comienzos fueron siempre jugando al babi (como se le llama el futsal para los más chicos en Buenos Aires), en los clubes de barrio, después tuve un paso en cancha de 11, en donde tuve un lindo paso por las inferiores del club Tigre, ahí estuve desde chico, desde la octava división hasta la quinta, pero ahí no jugué mucho y después empecé a jugar con amigos al futsal, también en el club Tigre que había entrado en la competición de AFA, y más por amigos del barrio, que jugábamos siempre juntos, surgió la posibilidad de jugar a este lindo deporte y me enganchó mucho, estuve dos o tres años jugando en Tigre hasta que me llegó la posibilidad de poder ir a jugar a River y la verdad es que como que cumplí un sueño. Yo soy hincha de River y la verdad que jugar con la camiseta del club que uno es hincha es algo muy lindo y realmente fue un salto muy grande e importante en mi carrera deportiva, porque era algo distinto y hoy en día considero que fue el gran comienzo de mi carrera futbolística”.

Estando en el club Tigre, Matías se inclinó por el futsal, algo al menos llamativo. “Fueron decisiones. La verdad es que son esos momentos en donde sos muy joven, en donde no tenés las cosas y bueno me tocó elegir. Pero no fue por nada en especial, simplemente que preferí estar con mis amigos, concentrarme en los estudios y creí que eso era mucho mas importante. Era un momento en donde estábamos muy juntos casi todo el día y preferí divertirme y jugar con mis amigos y dejar un poco de lado lo que es entrenar tanto tiempo y todo lo que implica estar en un club, así que bueno me dediqué al futsal, y después, como te dije, salió esta posibilidad de ir a River y ahí conocí un mundo nuevo, obviamente un lugar que era mucho más profesional de lo que era Tigre, en el sentido de que entrenábamos bastante, nos exigíamos por jugar en River y ahí de a poquito me fui dando cuenta que el futsal era lo que más me gustaba, sentía que tenía ganas de seguir creciendo y luego de un par de años, tuve la posibilidad de llegar a jugar en Primera División en River, después de ganar varios títulos en cuarta y en tercera División, con un grupo de compañeros que al final nos fuimos haciendo muy amigos, y la verdad que jugar con ellos y llegar a Primera fue algo muy importante en mi carrera”.
La llegada a la Selección

“Estaba entrenando en River, todavía no tenía muchos minutos en Primera, porque era un equipo que venía de ganar todo con Oscar Trama, y de a poquito me fui metiendo, y de golpe me llegó la citación a la selección. Formar parte de la selección es un orgullo especial. Yo creo que cualquier persona que practica un deporte de manera competitiva sueña con jugar en la selección y representar a tu país, así que para mí fue un paso realmente muy importante, fue ahí donde me di cuenta que lo que quería era vivir de este deporte, que era algo que me gustaba hacer y que disfrutaba, y estoy seguro que jugar en la selección fue lo más importante que me pasó en mi carrera”.
Llegada España

“Mi llegada España se dio justamente gracias a la Selección, porque surgió todo en los Juegos Panamericanos que fuimos a jugar a Río de Janeiro. Yo formaba parte de un grupo de jugadores que casi todos jugaban en Europa, y de acá eramos cuatro o cinco, y lo tenía de compañero a Diego Giustozzi, y él me dijo que estaba la posibilidad de ir a Europa, que el club Caja Segovia me quería ver, que tenían ganas de que yo vaya a hacer una prueba y bueno, no lo dudé ni un segundo y viajé. La verdad que no conocía nada del equipo. Había tenido una chance de irme antes a jugar a Italia, pero yo quería irme a España, era mi sueño, me veía capacitado, me sentía muy bien futbolísticamente, y cuando se dio la posibilidad de ir a España no lo dudé, y mas de la mano de Diego (Giustozzi) que a pesar de que no lo conocía mucho, me ayudó muchísimo así que le voy a estar agradecido de lo que él hizo por mí por toda la vida”.

“Los primeros momentos en España fueron muy duros. Estuve casi seis meses sin jugar por tema de papeles, y por tema de que tampoco estaba todavía al nivel de los jugadores de España y del equipo, yo justo llegué en un momento en donde la Liga era muy fuerte, en donde el noveno equipo tenía cuatro o cinco extranjeros de primer nivel, y era todo muy difícil. Además era un juego muy físico, y yo me tuve que adaptar mucho a eso, tuve que crecer bastante en ese aspecto y la verdad que los comienzos fueron duros pero de a poco me fui ganando mi lugar. Fueron casi seis meses, porque llegué en agosto y empezamos la pretemporada y hasta febrero o marzo no contaba con muchos minutos, no jugaba mucho y estaba un poco indeciso. Por suerte el entrenador fue una persona que me apoyó y me ayudó muchísimo y el me decía que ya mi momento iba a llegar, él tenía una forma de llevar a los jóvenes muy especial y le verdad que el tiempo le dio la razón. Yo era muy joven tenía 21 años, y estaba en un equipo muy experimentado con jugadores de mucho nivel y la verdad que era un argentino que quería jugar, porque no me conocía nadie, no era nadie. Pero bueno me costó un poco pero la verdad que terminé logrando mi objetivo. De a poco en los entrenamiento me fui esforzando, fui cumpliendo en los pocos minutos que me daban y ahí me fui ganando su confianza hasta el final del torneo, que no tuvimos la suerte de clasificar a los play-offs pero terminé jugando muchos minutos, y fue un poco ahí que empezó mi carrera en España”.

El paso al Inter Movistar

“Ya en Segovia hacía cuatro años que estaba, creí que ya había dado todo, porque con un equipo muy joven habíamos llegado a jugar una final contra el Barcelona, algo que no lo esperaba nadie, y sentía que ya era el momento de machar, ya el año anterior había tenido la posibilidad de irme pero el equipo prefirió que no me vaya, porque justo jugábamos la Copa, y me dijo que no era el momento, pero bueno ya después de ese año, mi cabeza estaba puesta en seguir creciendo y en poder jugar en el Inter Movistar que era, en ese momento, el mejor equipo del mundo y era un paso importantísimo en mi carrera, tanto en lo deportivo como en lo económico y el hecho de concretar ese paso fue algo muy bueno”.

“Ir al Inter Movistar es como ir al Real Madrid, es un equipo que es la contra del Barcelona, que ahora también tiene un equipo de futsal, es el equipo mas laureado, es el que mas títulos ganó a nivel mundial y realmente es una referencia para todo aquel que sabe de fútbol sala. Por eso para mi poder ir a jugar ahí fue algo importantísimo, fue una alegría enorme y será un recuerdo en mi vida que no me voy a olvidar”.

Sobre las sensaciones de jugar en el primer nivel, Matías comentó “te sentís un verdadero jugador profesional, yo no sé cómo viven los grandes jugadores de fútbol, pero ya llega a ese nivel, tanto en Segovia como en el Inter Movistar en su momento, ya sentí que llegar al techo, a la gloria, a lo que soñaste desde chico cuando imaginás jugar en un equipo como esos y bueno gracias a Dios a mí se me dio. Pero lo difícil es mantenerse”.
La maldita lesión

El 8 de noviembre de 2012 el seleccionado argentino se enfrentaba a Australia en uno de los partidos correspondientes al Mundial de Tailandia, y allí, Matías Lucuix sufrió la fractura de tibia y peroné que desgraciadamente lo marginó de la actividad profesional.

“Yo sufrí la fractura de tibia y peroné, se me rompió el hueso casi en tres partes y lamentablemente tuve que sufrir tres operaciones, se me complicaron las primeras dos intervenciones por el tema de las infecciones, pero bueno, ya en la tercera por suerte el hueso ya me soldó bien, y ahora estoy perfecto, la verdad que después de todo lo que pase le agradezco a Dios de poder estar bien, de poder realizar deportes, de correr, así que bueno, estoy feliz por ello”.

“Después de la segunda operación, la verdad que lo que menos hacía era pensar en jugar, la verdad que pensaba en volver a hacer una vida normal, en poder caminar, en poder salir a dar un paseo con mi señora y ya no pensaba en volver a jugar, yo ya sabía que llegar a ese nivel que estaba antes iba a ser imposible y también, un poco los miedos de volver a pasar por todo eso te dan a decir, acá se acabo todo. La peleé mucho también, pero ya llegó un momento en donde bajé los brazos y me entregué”.

“Los médicos nunca me dijeron de no volver a jugar, ellos me decían que la posibilidad de jugar estaba, incluso yo hice la misma rehabilitación que hice en las otras dos operaciones, siempre estuve con los fisios del Inter Movistar, en la clínica donde me operé me realicé la misma kinesiología, pero bueno, fue un paso que lo tomé mas por mi decisión que por lo demás, fue algo personal, fue hablado con la gente de mi entorno y bueno ya está. Después me alejé un poco de lo que es el ambiente de futsal y eso también me ayudó mucho a pensar en otras cosas y bueno, ya la verdad que estoy curado y ahora vuelvo a disfrutar de nuevo el futsal, pero esta vez del otro lado”.

Para el final, le pedimos a Matías que les de un mensaje para los chicos que recién comienzan y para aquellos que sufrieron una lesión similar. “A los chicos que recién empiezan les digo que disfruten de este deporte que es tan lindo, yo siempre trate de disfrutarlo y de vivirlo así, y a los pasan una lesión le digo que la luchen, que no bajen los brazos pero que piensen que no se acaba la vida, que hay otras cosas no solo patear una pelota y que hay otras cosas en la vida son lindas”.

Matías Lucuix, un enorme jugador de futsal y una gran persona.
Matías Lucuix, un enorme jugador de futsal y una gran persona.