BUENOS AIRES (NA).- En una sesión tensa, la Cámara de Diputados debatía anoche el proyecto de expulsión del exministro de Planificación Federal, Julio De Vido, quien en una aparición fugaz en el recinto rechazó los cargos y cuestionó a la oposición de montar una ofensiva en su contra con una lógica electoralista y «revanchista».
Si bien restaba camino por desandar, las cuentas preliminares no le sonreían al oficialismo, que pese al apoyo del Frente Renovador, del interbloque Progresistas y de buena parte del bloque Justicialista, no alcanzaba el número necesario para destituir a De Vido por «indignidad moral». «La forma con la que están llevando a la Justicia esos temas tienen la misma liviandad con la que se discutió en la Comisión de Asuntos Constitucionales el encuadre legal de mi destitución: nulo, vacío, inconsistente, arbitrario y revanchista, violentando gravemente la Constitución Nacional, sólo buscando las mayorías necesarias para levar adelante una instrucción precisa que les dio el Poder Ejecutivo: echarme de mi banca en ocasión de esta campaña electoral», sostuvo De Vido durante su exposición, en la que le apuntó además contra el asesor acuatoriano Jaime Durán Barba y la diputada Elisa Carrió.
Fue el miembro informante del oficialismo y presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, Pablo Tonelli, quien dio el primer paso en la sesión especial al defender el dictamen de mayoría, y sostuvo que más allá de la «responsabilidad penal» que se tramita en la Justicia «no hay duda de la responsabilidad política» del actual diputado del Frente para la Victoria-PJ.
«Pueden haber dudas sobre la responsabilidad penal y eso lo determinarán los jueces pero no hay duda de la responsabilidad política», sostuvo el diputado del PRO, que agregó que el «principio de inocencia» que podría proteger a De Vido de una sanción disciplinaria de este calibre «no es absoluto».